Capítulo 21

226 61 25
                                    

Capítulo 21

—Entonces, dices que, si le preguntamos cualquier cosa, ella nos responderá algo que pasó antes, ¿como una caja mágica? —pregunto Ángela, caminando de forma rápida por los pasillos.

—Es la teoría que tengo, pero al menos tenemos que probar —respondió Joel.

La chica asintió y miró de reojo una de las cámaras. —Aún nos vigilan, no sé porque aún no han hecho nada. Lo que me contaste no es nada lindo. ¿Qué se supone que estaba haciendo Amara en esa sala? —preguntó en un susurro.

—No lo sé, pero si no han hecho nada es porque tienen otra cosa más importante en la cual preocuparse —dijo, entrando a la sala de entrenamiento, seguido de la chica.

Al estar constantemente vigilados el único lugar donde podían hablar sin que los descubrieran era la sala de entrenamiento. Trataban de dar una buena pelea, generando más ruido que el de sus voces. Aun así, también usaban una jerga que solo ellos conocían.

—Las gemelas llevan casi una semana sin aparecer, ¿crees que se trate de otra prueba?

—Es lo más probable —dijo Joel un tanto pensativo, pero a pesar de todos los problemas que tenían en ese momento, lo que más le preocupaba era el estado de su amiga. Sabía que ella también había recibido recuerdos de otra persona y, por descarte, las únicas dos personas de quienes pudo recibir un recuerdo eran Amara y él.

La tomó del brazo suavemente antes de entrar al simulador y la miró a los ojos. —Ángela, ¿hay algo que quieras decirme?

La chica sintió de nuevo una sensación extraña y de adrenalina la recorria y bajó suavemente la mirada. —No —murmuró—, lo que sea que tengamos que hablar, lo haremos como siempre —dijo, mirando el simulador.

Joel tomó la barbilla de la chica para que pudiera mirarlo. —Algo pasó, tú no eres así, ni siquiera puedes mirarme a los ojos.

La chica se percató de su error y trató de mirarlo con seguridad como lo hacía siempre. Pensó que tal vez soltar algún chiste donde le coqueteaba le serviría para llevar las cosas con más normalidad y él no lo comprendería, como pasaba usualmente, pero en ese momento las cosas eran diferentes. No podía decir nada, porque, cada vez que le miraba, corrían por su mente las imágenes de aquel recuerdo que a él le había sido borrado, pero que ahora ella tenía.

—Sabes que puedes confiar en mí.

Ángela guardó silencio por un rato, pero luego habló tomando valor y volviéndole a mirar. —¿Y tú también podrías hacerlo? ¿Tú confías en mí?

—Sí, siempre lo he hecho.

—Entonces confía en mí ahora, no importa lo que pase. Solo confía en mí sin necesidad de que te diga nada—. Presionó uno de los botones de entrada y preparó la pelea para ambos.

Joel solo sintió una oleada de culpa, pero a la vez de misterio que le recorría el cuerpo. No le gustaba que Ángela pensara que él no confiaba en ella, pero tampoco la quería forzar a decir nada, por lo que solo se limitó a entrar con ella en el simulador, sin preguntar nada del asunto.

El sentido de melancolía noabandonaba a Ángela, pero, para no preocupar más de lo que ya estaba el chico, le dedicó una sonrisa antes de comenzar a pelear.

El sentido de melancolía noabandonaba a Ángela, pero, para no preocupar más de lo que ya estaba el chico, le dedicó una sonrisa antes de comenzar a pelear

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.
Memorias PostergadasWhere stories live. Discover now