Capítulo 36

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*En el siguiente capítulo únicamente van a ser mostrados los recuerdos de Amara, sin embargo en otras partes de la novela se encuentran extractos de estos, para una mejor compresión de la línea de tiempo pueden leer el capítulo que les sea indicado entre paréntesis*

Capítulo 36

Pasillos blancos, tempestad por todos lados. Apenas podía mantenerse despierta, pero hacía su mayor esfuerzo para no desfallecer.

Recuperaría su memoria, lo que había soñado tener desde el primer momento que llegó a ese lugar; sin embargo, ahora sentía miedo ¿Era tan malo lo que iba a ver? ¿Habían descubierto un secreto tan grande como para tomar esas acciones? Realmente no lo sabía y eso era lo que le aterraba, el no saber a lo que tenía que enfrentarse.

Sumida en sus pensamientos, ni siquiera se percató del momento en el que la habían llevado a una sala distinta, sino que regresó a la realidad hasta que sintió un fuerte pinchazo en la parte baja de su cabeza.

Sus ojos se fueron cayendo al sentir la pesadez del líquido que la recorría, pero no sabía si era por los medicamentos o si realmente estaba pasando lo que veían sus ojos: Kate estaba llorando y decía unas palabras que con gran dificultad pudo identificar.

—Perdóname, lo único que siempre quise fue agradarle, hacer lo que él quería y que, en un momento, pensé sería mejor para todos.

Pestañeó un par de veces al percatarse de que,en la muñeca de la mujer, se vislumbraba un cronómetro, uno que palpaba 50 segundos.

—Perdóname y sé fuerte con el mundo que te espera. Nadie tuvo que haber pasado por lo que ustedes, pero ustedes eran justo lo que necesitábamos —escuchó por última vez antes de que sus parpados se cerraran, iniciando la recepción de recuerdos, su momento más esperado pero que, a la vez, sería la peor prueba a la que tendría que enfrentarse.

Murmullos, sollozos, gritos; todo estaba combinado en un mar de tono oscuro espeso que arrasaba con la chica. Buscó tomar aire, salir, pero le era inútil y no hacían más que hundirla mucho más.

A diferencia de una transcripción de recuerdos, devolver la memoria a alguien era un proceso mucho más complicado, ya que con ella, no solo se trataba de una regresión, sino de una manipulación de recuerdos.

Amara no solo debía recuperar los recuerdos damnificados, postergados y vivos, sino también mantener un balance de los que en algún momento habían manipulado en su memoria, recuerdos que ni siquiera ella sabía que podría ver.

Comenzando a caer sumergida en aquel mar espeso fue como llegó a su mente el primer recuerdo de su vida: su madre.

—Es preciosa —se escuchó provenir de una voz dulce y lejana.

—Tiene tus ojos —murmuró la voz de un hombre que lloraba, pero estas no eran lágrimas de tristeza, sino de felicidad.

Los rostros eran borrosos,;podía escuchar lo que decían, pero no verlos del todo. Sin embargo, eso le era suficiente, era lo único que necesitaba en ese momento: reconocer la voz de sus padres.

—¿Qué nombre le pondremos? —preguntó la mujer.

—Yo he elegido el del niño, elige tú el de ella.

La mujer miró a la niña con una sonrisa, sintiendo nostalgia al saber en el lugar que vivían. —Que sea Amara, como la flor del amaranto.

—La flor de la inmortalidad —concluyó su esposo sabiendo a lo que se refería: los niños no solían sobrevivir mucho en la Ciudad Prohibida.

—La flor de la inmortalidad —concluyó su esposo sabiendo a lo que se refería: los niños no solían sobrevivir mucho en la Ciudad Prohibida

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