En el Laboratorio Mordinlan las cosas no son como parecen. Para el mundo, solo se trata de una organización más de recreación ambiental e investigaciones; sin embargo, nadie sabe lo que realmente ocultan esas paredes.
Tras casi haber muerto, ocho ch...
El laboratorio Mordinlan era conocido por sus grandes aportes en ciencia y tecnología para la sociedad, así como por su gran apoyo ambientalista.
—Es una industria admirable —decían unos, mientras que otros desconocían de la existencia de este o solo le recordaban a la hora de recoger sus exámenes de sangre.
De esta manera, el laboratorio podía mantener en anonimato todos sus experimentos, ya que poseía un trato especial con el gobierno y, gracias al desinterés e ignorancia de la sociedad, no corrían peligro.
Nuestra historia comenzó en el año 2145, cuando la multimillonaria Natascha Whitemore contrajo matrimonio con el gran científico y médico Jeremy Mordinlan. La boda fue la noticia más explosiva en esa época y cumplió grandes expectativas como la creación de varios laboratorios y hospitales alrededor del mundo; sin embargo, ninguno de esos se popularizó más como el laboratorio Mordinlan, su primera creación.
Con el paso del tiempo, el matrimonio llegó a la cúspide de su felicidad con el nacimiento de su primera hija, las instalaciones se dejaron en manos de personas de confianza durante un corto periodo de tiempo y todo parecía tan perfecto como un cuento de hadas.
No obstante, este periodo de paz y estabilidad no duró mucho, pues tanto poder ocasiónó que no tardaran en hacerse presentes ideas ambiciosas y soberbias en la mente del doctor. Ya nada era suficiente para él y, en consecuencia, en poco tiempo volvió adentrarse en su mundo detrás de las paredes del laboratorio, olvidándose poco a poco de su familia, hasta que llegó el momento en el que no pudo mantener un balance de esto, eligiendo su trabajo por encima de todo.
Pasó tanto tiempo en el laboratorio que se volvió un hombre ambicioso y manipulador, tanto así que había logrado tener el permiso del gobierno para crear instalaciones subterráneas, a cambio de nunca sacar a la luz pública un secreto de este.
Sin embargo, un día todo cambió. Cuando su hija Melanie cumplió los 12 años, contrajo una fuerte enfermedad pulmonar y días de tristeza y oscuridad invadieron la vida del doctor, pues, a pesar de todo lo que hizo, nada se comparó con el golpe de realidad que tuvo en ese momento, haciéndole recordar que tan solo era un humano y que ni el mayor genio podía luchar con la muerte.
Melanie murió un año después, haciendo que la pareja quedará desconsolada y, en corto tiempo, recurriera al divorcio. Natascha culpó a Jeremy por prestar más atención a sus experimentos que a la enfermedad de su propia hija, haciéndole sentir tan culpable que llegó a pensar en el suicidio.
Antes de que pasara una tragedia, una idea surgió. Al principio le pareció una locura, pero al final terminó intentándolo. A esta idea se le llama criónica, muchos científicos se olvidaron de este proceso durante años y lo catalogaron como una fantasía, pero el doctor pensaba que esta era la única oportunidad que tenía para enmendar su error, llevándolo a investigar de este tema hasta su muerte.
Generaciones tras generaciones fueron pasando y muchos de los directores de este laboratorio se adentraron en la criónica y los otros experimentos de Mordinlan, llevándonos al año 2429. Para este tiempo, las cosas habían cambiado, las instalaciones estaban a cargo de Kate West, una mujer astuta, inteligente y sumamente estudiada. Claro está, ella conocía el secreto del gobierno y lo usaba en su favor, llevándola a obtener el poder que necesitaba, tanto así que ni siquiera el gobierno sabía qué se escondía en las plantas subterráneas.
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