Capítulo 31

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Capítulo 31

Sintiendo nerviosismo en todo su cuerpo, Ángela comenzó a caminar por los pasillos, percibiendo las miradas de algunos asistentes al hacerlo. Mojó sus labios y se dedicó a hacer lo que le tocaba, sin pensárselo demasiado, pues sabía que, de hacerlo, terminaría trabándose sin lograr completar el plan.

—Prototipo 5, se le ha convocado a la sala de conferencias. Sabe que, en un día como hoy, la responsabilidad es lo más importante —escuchó la voz que provenía de una mujer a sus espaldas.

Se dio la vuelta con una sonrisa. —Gracias por el recordatorio —dijo acercándose a ella y, al mirar la tableta que llevaba en sus manos, no tardó dos veces en efectuar la acción que tenía en mente. —Lo siento —murmuró antes de golpear la cabeza de aquella mujer contra la pared. Tomó la tableta comenzando a resetear las cámaras más cercanas, como le había explicado su compañero.

—El pasillo 32 está deshabilitado —habló al CM, al tiempo que abría parte de las puertas bloqueadas. —Necesito a Deyaneira detrás mío sacando a las personas conforme vaya despejando los pasillos.

—Estoy en camino —se escuchó desde la otra línea, a lo que la chica sonrió, pero no dejó de sentir cómo una corriente de adrenalina le recorría el cuerpo, la cual le indicaba que solo debía correr y buscar la salida más cercana que le indicaba el mapa marcado en el CM.

—¡Hey tú! —Escuchó decir a un hombre al que pronto apareció en frente de ella. —Das un paso más y te quemo viva —le dijo en tono amenazante, sujetando uno de tantos controladores del CM. —Necesito refuerzos —habló por un comunicador que tenía en el oído.

—Yo también los necesito —susurró sigilosamente a su muñeca donde tenía colocado aquel aparato, mientras levantaba ambas manos. Tragó saliva y miró al hombre con suspicacia, dando dos pasos hacia atrás.

—Quieta —repitió el hombre mostrándole de nuevo el control que tenía, a lo que la chica no pudo evitar soltar una leve risa.

—Creo que quien terminará quieto será usted —habló Deyaneira segundos antes de absorber la energía vital del hombre para luego tomar el control y pisarlo contra el suelo. —Tenemos uno, nos faltan 345 más de los provisionales.

—Lo bueno es que traerán "refuerzos", lo que significa que podremos destruir más.

—¡Detrás de ti! —le avisó para que empujara al grupo de hombres al suelo con su velocidad.

Al ver aquello, Ángela no tardó en arrastrarlos hacia ella con la telequinesis y darles un fuerte golpe contra la pared. —Toma sus armas.

—¿Qué?

—Deyaneira, esto no es una simulación. Ellos no se lo pensarán dos veces a la hora de atacarnos. Si alguien que no sea de nuestro equipo se acerca, atácalo —dijo, a la vez que le lanzaba una suerte de canicas  para que las atrapara, las cuales le había quitado a uno de los guardias. —Cuidado con esas: si se te cae alguna, explotará.

—Bien —dijo al tomarlas con velocidad. —¿Con qué te quedas tú?

—Pistolas de criptoplasma, "totalmente letales si disparas en el lugar correcto" (eso dice la tableta).  Tengo que despejarle a Joel la sala de mando, busca crear otra distracción.

  Tengo que despejarle a Joel la sala de mando, busca crear otra distracción

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