Cuadragésima tercera parte

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Como en los viejos tiempos, Lisa y Jennie se escaparon en mitad de la cena. Querían celebrar ese día tan peculiar de la única manera que sabían. Cervezas en mano, salieron de la casa para marcharse a la casa de Jennie, y subir en medio de la oscuridad las escaleras que conducían a la habitación.

Lisa le quitó la gabardina a Jennie, y le besó el cuello suavemente mientras Jennie movía la cabeza, cerrando los ojos y exhalando un suspiro.

— ¿Tienes alguna canción nueva que tocar para mí? —Preguntó Lisa, susurrando contra su piel—. Porque estoy ansiosa de escucharte de nuevo.

—No, en realidad no. Pero he pensado que podríamos tocar algo juntas, ¿qué te parece? —Ensanchó una sonrisa, dando media vuelta—. Nunca hemos tocado nada juntas.

—Hmh, me parece buena idea —asintió con la cabeza—. ¿Alguna sugerencia, maestra?

—Preocúpate de sentarte delante del piano, ¿quieres?

Lisa le obedeció con una sonrisa, sentándose delante del piano como le había pedido, y levantando la tapa. Jennie se sentó al lado después de abrir dos botellas de cerveza y colocándolas encima del piano.

—Sigue la partitura, ¿bueno? Estaba aprendiendo esta canción hace unos días —señaló las hojas—, yo cantaré, ¿sí?

—Está bien, está bien. Lo intentaré.

Lisa presionó sus dedos contra las teclas del piano suavemente, leyendo la partitura y fallando las primeras notas.

—No, mira —Jennie le cogió de la mano y le colocó los dedos—. Prueba ahora y continúa, lo estás haciendo muy bien.

Sonrió, notando los labios de Jennie besándole la mejilla y continuó tocando.

—Maybe it's the chemistry, the sparks that fly from you to me...

Jennie miraba como Lisa tocaba la canción con cuidado de no estropearla, de no fallar de nuevo, y continuó cantando.

—I touch your skin, I feel alive... been searching for you every night.

Lisa sonrió.

—Where am I supposed to go? I'm hoping that you won't say no. We've got all the time in the world.

Fue en ese momento cuando Jennie llevó sus manos al piano, lo cual le sirvió a Lisa de apoyo para tocar.

—It must be the chemistry, tonight. I hope that you know, I won't let you go this time.

Jennie puso el pie en el pedal mientras Lisa se quedaba completamente embelesada por su voz.

—It must be the chemistry, between you and I. I hope that you know, I won't let you go this time.

Lisa dejó de tocar y giró su cabeza, ladeándola ligeramente antes de inclinarse hacia los labios de Jennie para besárselos suavemente. Ella posó su mano sobre la mejilla de Lisa y respondió el beso con tranquilidad, cerrando los ojos.

—Pronto será jueves, y volverás a pisar el muelle para hacer que muerdan el polvo —susurró Jennie, juntando su frente con la de Lisa y acariciándole los pómulos con sus pulgares—. Confío en ti para que ganes. Pero no lo hagas por mí, yo no quiero ser el motivo. Gana por ti, porque te lo mereces, porque quiero que te hagas con el título.

—Eres maravillosa. Como novia, como amiga, como persona.

— ¿Me acabas de llamar novia?

—Eso creo.

— ¿Somos novias?

—Sí... ¿no?

Por un momento, Lisa se asustó. ¿Y si no eran nada? ¿Y si sólo estaban juntas porque eran dos personas solitarias que se habían juntado? Jennie se rio al ver la cara de Lisa completamente pálida, y sonrió cálidamente.

—Por supuesto que sí. Es que nunca te lo había escuchado. Me gusta como suena.

—A mí también. Mucho, si te soy sincera.

—Eres una romántico, ¿uh? —Jennie movió la cabeza, levantando media sonrisa.

—Te llevé a ver el atardecer, ¿recuerdas?

— ¿Debería recordarte que vimos más bien poco de ese atardecer?

— ¿Y de quién fue la culpa?

—Ugh —Jennie rodó sus ojos—. Como si a ti no te hubiese encantado perderte esa puesta de sol.

—Creo que por esa puesta de sol fallida estamos aquí, ¿no es así?

//

El jueves llegó más pronto de lo que Lisa y Jennie creían. Las noticias en el puerto volaron enseguida. No sólo sobre el incidente entre Sungkyung y Lisa, si no la relación que Lisa y Jennie mantenían. Aún no la mostraban del todo ante el público, pero había algunos gestos que ninguna de las dos se atrevía a reprimir.

Jennie y Lisa llegaban a cogerse de la mano mientras caminaban por el muelle. Un gesto que provocaba que la gente comentase, pero no les importaba.

Ese rumor, ese secreto a voces, había llegado a Sehun, quien no estaba extrañado de lo sucedido. Aquella mañana, había decidido aparecer por el muelle de la mano de Sungkyung.

Caminó mirando al frente, cruzándose con Jennie y con Lisa, quienes caminaban en la dirección opuesta.

—Marimachos —murmuró Sehun de manera perfectamente audible para Jennie y para Lisa.

—Imbécil —respondió Jennie, sin necesidad de susurrarlo, con la cabeza bien alta.

— ¿Cómo me has llamado? —El insulto por parte de Jennie había llamado la atención de Sehun. Se giró hacia Jennie, quien se mostraba sonriente mientras Lisa trataba de evitar una situación conflictiva.

—Me has llamado marimacho, ¿no es así? Yo ya sé que lo has hecho porque me gustan las chicas, y sí, me gustan. Estoy orgullosa de quien soy. Tú eres un imbécil, y también pareces orgulloso, así que sencillamente te lo he recordado.

Lisa le tapó la boca. No quería reconocerlo, pero le encantó que le hubiera dicho eso. Sungkyung, quien presenció la escena, gruñó mientras cogía de la mano a Sehun.

—Mantén a tu zorra callada, Manoban. Te tengo ganas, y cuando acabe el campeonato pienso machacarte.

— ¿Te piensas que te temo? Pregúntate si vas a salir bien parada después de la carrera, Sungkyung. Es una competición muy dura, y se avecina mal tiempo este fin de semana. Dicen que en el amor y en la guerra, todo vale, y sinceramente opino que en las regatas también.

— ¿Vas a sabotear mi bote?

—No soy tan mezquina. Es sólo que me gustaría que bajaras los humos. Tu ambición es más grande que tu talento, Lee. Espero que tu soberbia no te juegue una mala pasada.

Sungkyung decidió marcharse —o más bien, decidió huir. Lisa y Jennie se miraron y se sonrieron mutuamente, encogiéndose de hombros.

—Adoro esta tensión. No debería ser así, pero sus comentarios estúpidos sólo alimentan mis ganas de partirle la cara y de ganarle —confesó Lisa.

—Si te soy sincera, verte así de agresiva es algo que me encanta. Esa pasión me pone.

—Idiota —Lisa rio entre dientes y le pellizcó la mejilla cariñosamente—. Eres genial.

—Me llamas idiota y luego dices que soy genial. Tienes un problema.

—Tengo dos. El siguiente es que llego tarde al entrenamiento. Te veré más tarde.

—Suerte.

—No la necesito.

Lisa le guiñó un ojo y se alejó de ella para marcharse a su embarcación mientras Jennie se quedaba en medio del puente con los brazos cruzados, riéndose armoniosamente.

Notó una mano en el hombro y giró su cabeza para encontrarse con Rosé y Jisoo —quienes no dejaban de estar juntas en ningún momento— y les sonrió.

—Bienvenida de nuevo al muelle —dijo Jisoo—. ¿Te apetece volver con la rutina de comer como si no hubiera un mañana y ver como tu chica entrena?

Jennie rio mientras asentía con la cabeza, siendo consciente de que frases como esa le recordaban por qué Jisoo era su amiga. Nunca fallaba a la hora de arrancarle sonrisas.

Hermoso pájaro de verano → jenlisaWhere stories live. Discover now