Trigésima quinta parte

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Jennie se descargó la carpeta y se colocó sus auriculares. Comenzó a escuchar la segunda grabación —teniendo en cuenta que ya había escuchado la primera— con los auriculares conectados al ordenador.

Estaba nerviosa. Notaba sus pulsaciones en todos los rincones de su piel, pero tenía que escuchar las siete grabaciones si quería llegar a alguna conclusión.

Juntó sus manos con los codos apoyados sobre el escritorio y cerró los ojos mientras escuchaba.

"Comienza a mosquearme tener a esa zorra por aquí cerca."

"¿Qué es lo que te ha hecho?"

"Qué es lo que no me ha hecho..."

"No entiendo nada, Sungkyung."

"Le conozco, Sehun. Fuimos juntas al instituto. Me da asco pensar que fuimos amigas alguna vez. Es una persona... es... ugh, es repugnante."

"¿Qué pasó?"

"Es... le gustan las chicas. Y se enamoró de mí. Repugnante."

Jennie se mordió el labio, forzándose a aguantarse las lágrimas.

"No creo que sea para tanto."

"No me junto con esa clase de escoria."

Los adjetivos despectivos que Jennie iba diciendo sobre ella sirvieron para enfurecerle y fortalecerle, en vez de hundirle. Quiso pensar que Jisoo también tenía algo que ver al respecto cuando le dijo que no estaba sola y que le defendería pasara lo que pasara.

Jennie se dio cuenta de que sintiéndose miserable no llegaría a nada. Necesitaba acción. Necesitaba poner a Sungkyung en su sitio y, como había dicho Jisoo, defender lo que era suyo.

Jennie pasó a la siguiente grabación, cada vez con más argumentos a su favor, y sabiendo que no iba a perder nada.

No esta vez.

//

—Liz, ven aquí.

Lisa siguió la voz de su madre hasta la cocina. Nadine le hizo sentarse en la silla y ella apoyó su cuerpo contra la encimera, mirándole fijamente.

—He recibido un mensaje de Sehun bastante desconcertante. Me gustaría que me lo explicaras.

Nadine le tendió su teléfono móvil y Lisa lo cogió, prestando atención al mensaje que le había enviado.

«Probablemente ya te has enterado, pero Lisa y yo lo hemos dejado. Voy a echarles de menos a todos, pero siempre pueden contar conmigo si lo necesitan»

—No quiero hablar de eso —respondió con sequedad, devolviéndole el teléfono.

— ¿Perdona? ¿Has dejado a tu novio de toda la vida y no quieres hablar de ello? ¿Pero se puede saber qué te pasa? —Nadine preguntó, frunciendo el ceño—. Estoy preocupada por ti, Lisa. Llevas unos días actuando muy raro, y pasas muy poco por casa.

—Bueno, pero estoy aquí ahora, ¿no es así? De verdad, mamá, no quiero hablar de eso.

Lisa se levantó de la silla y caminó dispuesta a salir de la cocina, hasta que Nadine dijo algo que le haría retroceder casi al instante.

—Es por Jennie, ¿no es así?

Dio media vuelta y miró a su madre sin decir nada. Poco a poco, caminó hasta la silla y se sentó, completamente en silencio.

—Discutieron el otro día. Dios, Lisa, estabas llorando. Jamás te había visto llorar por algo así. Entiende que me preocupe...

—Discutimos —Lisa chasqueó la lengua—. Y fue una discusión fuerte.

Hermoso pájaro de verano → jenlisaWo Geschichten leben. Entdecke jetzt