19- Trabajo

979 161 41
                                    

Tras la explosión el trabajo en la comisaría se había acumulado, solo funcionaban con la mitad de la plantilla y aquellos que trabajaban lo hacían con miedo en el cuerpo. ¿Quién había atentado contra la comisaría? para Reed estaba claro, los divergentes. RK900 trabajada a toda potencia, el detective se sorprendió pues a pesar de haberse rehusado los primeros días a tener un compañero androide, ahora no podía imaginarse investigando sin él. Era increíblemente práctico. No solo cumplía las funciones de un detective sino que también analizaba y reproducía las pruebas. Lo único que Gavin echaba en falta en su compañero, y que era una cosa que lo carcomía por dentro, era esa cercanía, la amistad que se veía claramente entre Hank y Connor. Pero a diferencia de Connor, RK900 era mucho más serio y directo, le recordaba un poco a los comienzos del androide de Hank, pero aun así parecía más amigable que la maquina que le había tocado. Igual se debía a que no tenía aun un nombre. ¿Debería ponerle uno?

La investigación les llevo a uno de los barrios más peligrosos de la ciudad de Detroit, a una casa donde tuvieron que interrogar a un androide doméstico. Para RK900 era fácil, no tenía piedad, torturaba a quién fuera y como fuera. No le importaba que apariencia tuviera, si se asemejaba a un niño o a un anciano, el androide les torturaba hasta que no les quedaba otra que confesar. A Reed le gustaba, era de su estilo, no podía negarlo pero le molestaba que el androide luciera tan fuerte tan poderoso frente a él. Igual si se hacía su amigo no se sentiría tan mal. 

- Oye maquina.. quieres un café después de terminar el caso?

- Reed no soy su amigo, soy su compañero de equipo, no se que espera pero no pienso tener divergencia al igual que mi antecesor. 

- Joder, mira que podrías ser más agradable puta maquina.

- Detective, ¿Cuándo no le salen bien las cosas siempre toma una actitud hostil? ¿o es solo por que soy una maquina?

- Sabes que me tienes que obedecer ¿no? yo podría pedirte que hicieras lo que me saliera de la punta de la polla y tu tendrías que obedecerme.- dijo el humano altanero.

- Si, con tal de que no sea una molestia para CyberLife.

- Pues si no es molestia para CyberLife me vas a comer lo que yo te diga- Cada vez le molestaba más esa estúpida maquina.

- Nunca me he opuesto.


                                                                                                ***


El último caso del día había sido muy agotador, odiaba tener que llevar los de Hank, ese viejo había salido herido y encima no podía disponer de Connor ya que se pasaba todos los días en el hospital. Ya era obvio para toda la comisaria sabia el estado del androide, menos para el propio androide. Observó  a RK900 quien terminaba de enviar los últimos informes a CyberLife. Gavin se acerco por detrás y le tocó descaradamente las nalgas, se tomó su tiempo para disfrutarlo, al androide pareció no molestarle.

- Reed se que esto se considera acoso. No debería tocar así a sus compañeros.

- Solo lo hago contigo.. quería un poco de diversión tras tanto ajetreo.

- Detective, tenemos que centrarnos en ese Markus, una tal North envió la bomba en su nombre, los divergentes no se aclaran con lo que quieren. Estoy seguro que esperaban frenarnos.

- Que plasta eres.. - dijo el detective alejándose del androide y sirviéndose otra taza de café.- Entonces.. no hemos terminado aún? Donde podemos encontrarlo?

- Aún no estoy seguro, así que no te preocupes, esto termina por hoy. Avisaré a CyberLife de mis progresos y de que he superado a RK800 en sus progresos.

- Vaya.. eso te gusta no? superar a la tostadora de Hank.

- Me gusta funcionar perfectamente, me han diseñado para superar lo obsoleto. 

- Eres malo.. - Gavin no podía disimular lo que le gustaba ver así a su compañero.- Si ya esta todo me voy a casa, tu puedes seguir.


***************************************************************************************

Esta parte a sido solo Gavin y RK900, espero que les haya gustado!

Fallo en el sistemaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora