1- Lluvia

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Era un día gris, las calles se llenaban de pequeños riachuelos que arrastraban consigo hojas secas y basura humana. Las gotas caían implacables sobre el rostro del androide, quien hacia caso omiso a sus insistentes toques. Solo pensaba en la misión que le habían encomendado, hacia ya cuatro semanas que le asignaron la misión de localizar, desarticular y eliminar una banda de androides que estaban presentando divergencia.

Andaba con paso firme hacia la casa de el teniente Anderson, ya era la décima octava vez que no acudía cuando se presentaba un caso, por tanto como androide designado, debía encontrarle y llevarle a la escena del crimen.

Su tiempo con el teniente no había comenzado de la mejor forma, este mostraba rechazo a la idea de trabajar con una maquina, pero había conseguido cierto compañerismo que esperaba acrecentar una vez cumplida la misión.

Al llegar a la puerta observo como esta se encontraba entreabierta, sus alarmas saltaron ¿Habría ocurrido algo con el teniente Anderson? ¿Le han asaltado? ¿o simplemente entro borracho y se olvido cerrar la puerta?. Cauteloso se adentro al oscuro hogar, su preocupación disminuyo al sentir el desagradable olor de alcohol y vomito mezclados. Lo localizó sentado en el sofá con una botella a medio terminar en la mano, la cual había vertido parte de su contenido en la mugrosa moqueta verde que recorría la estancia. Se arrodillo frente a él dispuesto a despertarle pero unos sollozos le hicieron girarse. Era Sumo, el cual lloraba preocupado por su amo, además de que llevaba sin comer todo el día por el estado de Hank. ¿Qué era más importante en ese momento, alimentar al perro? o despertar a Hank para cumplir la misión?.

Evaluaba la situación mientras el gran san bernardo se acercaba lloroso, en el momento en el que Sumo se encontró frente a el y lamió su rostro, decidió que le alimentaría. No podía negarse ante tal situación, además por llegar un poco más tarde no pasará nada. Muy en el fondo sabía que esa no era la decisión que debía de tomar.

Tras alimentar al can se dirigió nuevamente al salón para retomar su tarea, movió un poco a Hank y al ver que no reaccionaba le estiro de la pierna haciendo que cayera estrepitosamente al suelo.

- Hank! soy yo Connor, debes despertar. Ha habido un homicidio en el barrio 29 junto a la avenida McGraw.

Insistió en sus movimientos, Hank abrió lentamente los ojos, molesto y desorientado.

- Joder Connor! que haces en mi casa? sal de aquí puta maquina! Yo no te enciendo mientras te cargas o lo que sea que hagas!

- Eso sería imposible Hank, en Cyberlive los androides no funcionan por energía eléctrica tenemos una fuente propia localizada en nuestro vientre que... *fue interrumpido por Hank*

- Crees que me interesa una puta mierda! déjame dormir!

- No puedo hacer eso teniente.

Levanto al teniente del suelo y se dirigió con él al baño, sería muy difícil continuar si seguía con ese estado.

Fallo en el sistemaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora