32- Te quiero

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Gavin recibió el mensaje, el ya sabía que algo había salido mal, pues ya estaba con el resto de agentes disparando a los divergentes que salían del barco. Pero ahora, sabía de quien había sido la culpa, entonces muy enfadado se dirigió hacia Hank, quien no parecía muy interesado en disparar a los androides. Lo golpeó con fuerza en el rostro y muy enfadado le grito. - Todo estaba saliendo de perlas, si no fuera por tu puto androide divergente habríamos conseguido terminar la misión. Y se perfectamente que tu lo ayudaste, el sargento Smith me dijo que insististe en dejar esta zona sin vigilancia. Esto no va a quedar así Hank. Cyberlife va a estar en tu contra.-Hank se recompuso y miró a Gavin, realmente Gavin lucia molesto, lo entendía, era un detective joven que realmente había llevado a cabo un plan bastante eficaz. Tenía todo el derecho de estar enfadado, si hubiera salido bien seguro se posicionaría como el mejor detective de Detroit, y en unos años podría llegar a ser el capitán del equipo. Pero no le iba a dar la razón, pues ellos no deberían ser quienes decidieran sobre la vida de los androides, quienes de una forma o otra ya eran consientes de si mismo y del significado de la libertad. Y mucho menos, iba a aceptar que fue su androide el que lo planeó, pues esto supondría muchos problemas para Connor.

- Gavin, vete a la mierda. Si tu androide es tan bueno, ¿cómo ha salido mal el plan?- Hank se apartó un poco del más joven, y cogió su arma reglamentaría.- Ahora tenemos que entrar al barco y ver que androides quedan.

Gavin paso de mostrar un rostro enfadado a un rostro un tanto malvado.- Esta bien, vamos a por los androides que queden dentro, sea cual sea le pienso reventar la cabeza. - Hank hizo caso omiso a la amenaza y se apresuró a adentrarse al barco, esperaba, rezaba internamente porque su androide ya no estuviera allí, que se hubiera ido muy lejos con Markus. Incluso, no le importaba si no lo volvía a ver, mientras Connor pudiera ser libre, el sería feliz. Pero el teniente se equivocaba.

                                                                                     ***
Para alivio de Markus, era Connor el que había abierto la puerta. - ¿Por qué sigues aquí?- Preguntó el de ojos marrones mientras buscaba por toda la estancia una salida del barco.

-Tuve que ayudar a unos que estaban atrapados. Se que hay aquí una salida pero no la encuentro.- respondió Markus nervioso. Estaba vez era Connor, pero pronto podrían llegar los policías, o rk900.- Tenemos que salir de aquí.

Connor asintió y juntos buscaron la forma de salir de aquel lugar antes de que fueran detectados. Vieron una ventana que daba directamente con una de las salidas del ala norte. Los agentes estarían ahora ocupados tratando de atrapar a los androides que huían por el ala este así que se aventuraron a salir por ese lugar. Escucharon golpes tras la puerta por la que había entrado Connor. Así que se dieron más prisa en salir. 

Quién golpeaba la puerta cada vez lo hacía con más insistencia hasta que grito - ¿Connor?- En ese momento el androide que estaba a punto de salir por la ventana se detuvo y fue hacia la puerta. Markus lo detuvo del brazo, Connor comprendió que no podría despedirse no al menos como el habría querido. 

-Hank, te quiero.- Pero las palabras del androide sonaron tan débiles que el teniente no alcanzó a escucharlas.

Ya siendo incapaz ya de hablar, terminó de salir y juntos corrieron por sus vidas. Comenzaron a escuchar disparos, pero no se detuvieron hasta encontrarse a salvo. Su refugio fue una casa abandonada que aparentaba estar deshabitada desde hacía mucho tiempo, y había sido hogar de vagabundos y yonkis. No les importó el aspecto, solo que fuera seguro para ellos. 

                                                                                          ***

Hank había escuchado voces, y había apostado que una de ellas era la de Connor. Dejo de golpear la puerta cuando comenzó a escuchar disparos en el piso superior. Corrió, pero llegó a la planta cuando ya habían cesado los disparos y lo que vio fue montones de androides ya sin vida, los que habían estado demasiado dañados para huir. Gavin y rk900 estaban ahí, los dos parecían molestos y se giraron cuando el teniente entro a la estancia. Hank se sorprendió al ver el aspecto de rk900, lleno de sangre azul, pero no parecía importarle. El androide tenía una mirada penetrante y una sonrisa extraña, además adoptaba una posición de ataque frente a él, de la que Gavin, por su enfado, no se percataba. En ese momento Hank sintió miedo, por el por Gavin y por el futuro. Para Hank era evidente que rk900 no estaba bien de la cabeza, si los androides podían tener sentimientos humanos, también se podrían volver locos y exterminar todo a su paso.

-Tú, tú eres el culpable de todo esto. Trabajaste junto a rk800. ¿sabes que es una máquina? él nunca llegará a sentir amor por nadie, solo es un modelo dañado que esta jugando a ser pinocho. - El led del androide era rojo. -Hablaré con Cyberlife sobre los acontecimientos, con suerte te despedirán y me dejaran destruir el modelo rk800. Hank no dijo nada, solo se quedo quieto, pues pensaba que si se movía el androide podría reaccionar de una forma agresiva. 

Cuando ya hubo terminado todo los policías se reunieron en la comisaría, la operación no había salido como Gavin esperaba, pero no se podía negar que habían capturado varios androides. Cyberlife no estuvo nada contenta con las noticias, sus altos cargos pidieron destituir  al teniente Anderson, pero el capitán de la policía se negó, alegando que la culpa era de la empresa por darles un androide defectuoso.  Hank, agradecido volvió a casa, y cuando vio a Sumo, lo invadió una gran tristeza. - Volvemos a estar solos, chico.- Y acaricio la cabeza del animal que se acercaba a saludar a su dueño. Sumo miraba tras Hank, y parecía buscar algo, hasta se asomó como pudo a la ventana para mirar hacía a fuera.- Lo se, él no va a venir... no se si lo volveremos a ver. -El teniente abrió una botella de cerveza y se sentó derrotado en el sofá. No sabía cuando volvería a ver a Connor, o si lo volvería a ver. Recordaba con cariño sus ojos marrones y sus preguntas nacidas puramente de la inocencia. Recordó los pequeños gestos del androide, que al principio le habían parecido aterradores, pues simulaban muy bien a los de los humanos, y luego pasaron a ser parte del encanto del androide. Continuó bebiendo hasta el amanecer.

                                                                                                     ***

Frente a la casa del teniente un coche estaba aparcado, dentro estaban Gavin y Ryan. Ahora tenían una nueva misión, y esa era capturar a Connor antes de que el virus que tenía lo terminara de consumir, que según los pronósticos de Cyberlife, no faltaba mucho tiempo. Sabían que en cualquier momento Connor trataría de hablar con Hank, y sería entonces cuando ellos lo atraparían. Pero Gavin no dejaba de pensar en lo que había ocurrido durante la misión, y en el aspecto de su propio androide, pues cuando llegaron de vuelta a la comisaria fue cuando pudo darse cuenta de que su androide parecía haber salido de una guerra de pintura azul. - Ryan... ¿por qué estabas tan manchado?

El androide que tenia su mirada fija en la ventana del teniente le respondió seriamente. - Solo hacia mi trabajo.

-Tu trabajo no era bañarte con la sangre de los androides.

- No era eso lo que hacía, simplemente me manche.- A Ryan estaba empezando a molestarle las preguntas de Gavin ¿Porqué el humano no le dejaba trabajar tranquilo?¿Además quién se creía para cuestionar su trabajo. Rk900 era el modelo más avanzado de Cyberlife y nadie debería cuestionar sus acciones, pues el era superior a cualquiera. Y esta idea se le fue implantando cada vez más y más rápido en sus sistemas. Como una bestia que devoraba todo lo que encontraba y que odiaba verse refutada. 

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Hola! espero disfruten del cap!

Un beso enorme a todos!

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