Capítulo 93: Transporte Público.

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Me desperté y me encontraba sola, Zachary no estaba en mi habitación ya; me preguntaba cuando se habría ido anoche en cuanto me dormí. Miré la hora en mi despertador que ahora estaba desactivado y me di cuenta que eran las 2:34 pm, pegue un brinco de la cama y como resultado de aquello me tuve que volver a sentar en la orilla de la cama porque me maree y se me nublo la vista, cuando se me paso me quedo un dolor de cabeza muy molesto.

Me levante de la cama esta vez con cuidado y tome mi neceser de aseo personal, me metí en el baño y tarde alrededor de veinte minutos o eso me pareció. Baje a almorzar ya cambiada con la ropa que llevaría hoy a la academia, no tenía muchas ganas de ponerme un mono o leggins por lo que opte por algo más cómodo:

Zachary no estaba en casa y mis padres tampoco, estos dos últimos debían de estar trabajando; volví a mirar la hora cuando termine de comer eran las 3:42 pm, tenía que ir a la academia dentro de unos minutos para mi ante-penúltimo ensayo antes de ...

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Zachary no estaba en casa y mis padres tampoco, estos dos últimos debían de estar trabajando; volví a mirar la hora cuando termine de comer eran las 3:42 pm, tenía que ir a la academia dentro de unos minutos para mi ante-penúltimo ensayo antes de la competencia que sería este domingo. Eso me tenía ansiosa y aún más nerviosa, me frustraba ponerme a pensar en ello por eso intentaba lo menos posible en hacerlo. Llame a Zachary.

— ¿Aló?– Contesto al tercer tono.

— Hola, hermanito.

— ¿Qué sucede? ¿Te paso algo?

— ¿Qué? No, no es eso. – Dije muy rápido. — Solo te llamaba para que te fijaras en la hora y condujeras directo a Stylish Dancing Agency.

Se quedó en silencio un momento muy largo y luego dijo:

— Esta bien, sí.

— ¿Ah?– No entiendo porque dijo aquello de esa manera. — ¿Dónde estás Zach?

— En una café, ¿Por qué?– Dijo como si nada.

— No, nada. Solo preguntaba. – Trate de sonar casual. — Y... ¿Con quién estas?

— Con nada. – ¿Ah? ¿Qué sucedía con él?

— ¿Con nada o con nadie?

— Ay, tú me entendiste. – Dijo de manera brusca.

— Sí, claro...– Dije con un doble sentido.

— Nos vemos luego, ¿sí?– Dijo y colgó, ni siquiera dejo que le respondiera.

Algo muy raro estaba pasando con Zachary... Debía descubrir de qué se trataba. Busque una mochila y metí todo lo necesario en ella, mi teléfono lo puse donde siempre; entre mi short y mi braga. Descubrí que me habían dejado sin auto por lo que opte por ir a la parada de transporte público más cercana, habían unas cinco o seis personas aparte de mí en la parada; estaba esperando un taxi y no vi ni el primero pasar cuando un bus se paró y no estaba muy lleno, quizás quedarían algunos asiento; se montaron 4 y quedamos tres, me fastidie y decidí montarme justo cuando se montó la última persona.

Camine por el pasillo y me senté a la izquierda de la tercera fila, junto a mí se hallaba una anciana que tenía aspecto de no haber dormido muy bien anoche, me sonrió soñolienta y a mitad de camino ya estaba dormida. El transporte hizo unas cuantas paradas y aun no estaba muy cerca de la agencia de Mark; pasajeros subían y otros bajaban. La abuela a mi lado no volvió a abrir los ojos y me asuste un poco y comprobé su respiración con disimulo.

Después de un momento de yo haber comprobado que la anciana seguía viva, un niño de unos dos años de edad que estaba detrás de la señora mayor comenzó a llorar aparentemente por una galleta que se le había caído o eso entendí que decía entre llantos y la anciana se levantó del asiento alterada mirando de lado a lado y luego mascullo.

— ¡Me he pasado mi parada!– Dijo fuertemente para ser tan abuela. — ¡Deténgase! – Le dijo al chofer de un grito.

El conductor freno repentinamente fuerte provocando que la mujer mayor se tambaleara hacia adelante chocando con el asiento de al frente y luego hacia atrás cayendo en donde estaba sentada con anterioridad, de repente se levantó apresurada y tras pagar el pasaje se bajó del transporte público muy apresurada. Pobre abuela pensé.

El bebé comenzó a reír aparentemente por aquella situación de la anciana y yo estaba en estado de reírme o no reírme, el resto de los pasajeros en el lugar hicieron como si ya eso fuera algo usual. Por lo menos para mí no lo era. Luego de que la anciana se bajara el chofer hizo parada en mi destino, pague mi pasaje y baje del transporte.

Cuando llegue Mark estaba fuera del edificio hablando por teléfono, cuando le pase por el lado le hice una seña en forma de saludo y el me la devolvió de la misma manera. Entre en el gran edificio y Hilary recepcionista me saludo alegremente.

— Hola, Sarah. – Dijo esta con una sonrisa sincera. — Estás lista para tu último ensayo.

— Todavía queda el de mañana. – Le recordé imitando su sonrisa.

— Cierto. – Dijo justo cuando estaba presionando el botón para llamar al ascensor.

En ese momento me di vuelta al escuchar que Hilary saludaba a alguien que acababa de entrar, me gire a ver y me percaté de que se trataba de mi hermano Zach. El ascensor llego y sus puertas se abrieron para darme paso, mi hermano miro hacia atrás y se apresuró a caminar para llegar antes de que el ascensor se fuera. Yo entre y puse la mano en una de las puertas del ascensor para que no se cerrar, mi hermano llego y presionamos el botón del piso al que íbamos. Cuando las puertas se comenzaron a cerrar logre ver a Jessica que venía entrando en el edificio.

Llegamos a nuestro piso y entramos en el estudio "A", ya estaban casi todos. Mark aún no había subido y en ese momento entro Jess con un rubor en las mejillas, luego de unos minutos llego Mark y todos ya habíamos terminado de calentar.

— Comencemos muchachos, tenemos mucho trabajo por hacer, mañana nos espera un día muy estresante pero muy bueno a pesar de lo que pase. Hoy solo quiero que repasen un poco sus rutinas y luego si lo desean se pueden retirar.

Cada uno de los grupos se fue a un salón diferente a ensayar, yo me fui al del lado para ensayar sola. Como ya me sentía preparada para mañana no me esforcé tanto en mi ensayo y salí temprano de la academia ya que me tenía que ir en transporte público, pediría un taxi. Zach no iba a casa aun y yo tenía hambre ya, casi era hora de cenar.

El chico nuevoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora