Capítulo 44:Es una apuesta, no importa.

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Ya han pasado algunas semanas después de la fiesta de bienvenida del señor Duncan y francamente es un muy buen abogado y ya hasta se le asignó un caso aquí mismo en la ciudad. Como ya saben mis padres me cuentan todo sobre su trabajo y ahora no solo a mí sino a Zach también pues mi hermano mayor está estudiando derecho civil, en cambio yo quería estudiar derecho penal. En fin mis padres nos hablaron de un caso el cual es muy parecido a lo sucedido con James, tiene ciertas similitudes pero no en todo era igual; los clientes de mis padres esta vez eran los padres adoptivos de una chica llamada Sussane y ellos vivían en San Francisco, California, mientras que sus padres biológico vivían en la ciudad, así que parte del caso sería llevado a cabo en San Francisco y después se decidía si lo terminarían aquí y todo esto significaba que nos dejarían a Zachary y a mi solos en casa, por primera vez.

Recordé que tenía un trabajo del colegio pendiente con mis amigas y habíamos quedado en hacerlo en la biblioteca del colegio que estaba abierta todos los días excepto los domingos en horarios de 7 de la mañana a 12 del mediodía y 2 de la tarde a 5:30 después de eso estaba cerrada y habíamos quedado en ir hoy jueves en el horario de la tarde, nos encontraríamos a las 2:30 allí y ya eran las 2:23 de la tarde. Salí de casa y unos minutos después me encontraba entrando en la biblioteca, en el camino de la entrada salude a unos cuantos amigos que estudiaban allí en el turno de la tarde, cuando ya estuve adentro salude al señor Marshall, quien era el bibliotecario del lugar, me devolvió el saludo. Llegue al área en donde estaban las mesas de la biblioteca todas estaban ocupadas por algunos chicos solitarios y otros en grupo, en una de las mesas de la derecha divise a Meghan y camine hasta donde esta estaba y a medida me acercaba vi a Brooke, luego a Savannah y luego a Christian un chico que estudiaba con nosotras desde hace un año y con el cuál Savannah y yo compartíamos algunas clases. Me acerque y los salude a los tres.

— Tardaste...– Dijo Broo.

— Lo siento, se me hizo tarde. – Hice una sonrisa apenada.

— ¿O se te olvido que nos reuniríamos aquí? – Pregunto Sav.

— Ya dijo que se le hizo tarde, págame. – Se adelantó a decir Brooke

— No, no espera que responda.

— No entiendo, ¿Qué rayos sucede? – Dije obviamente confundida

— Es una apuesta, no importa.

— Solo dinos. – Insistió la rubia.

— Okey... Pues, la verdad es que se me olvido. – Dije cuando entendí todo el tema.

— ¡Viste, yo te lo dije! – Esta grito de alegría, llamando la atención de muchos en la biblioteca y ganándose unos cuantos "Shhh". — Ahora págame, amiga. – Savannah hablo esta vez más bajo.

— Está bien, ten. – Dijo la morena extendiéndole una faja de dinero a la rubia.

— Lo siento amiga, pero te dije que no apostaras porque perderías.

— Chicas...– Christian hablo al fin. — Creo que deberíamos comenzar ya la tarea.

— Ouh, disculpa Chris. Tienes razón.

— No hay problema, solo comencemos y ya.

— Yo tengo algo adelantado, lo hice ayer. – Hablo Savi.

— Perfecto, no llegaré tan tarde a casa. – Dijo con un todo de despreocupación la morena a mi lado.

— Si ahora terminemos esto. – Dije rápidamente.

Comenzamos con lo que faltaba del trabajo, lo cual no fue mucho ya que Savannah ya había adelantado lo suficiente como para que solo faltaran una cuantas cosas compleja. Después de una hora ya habíamos acabado y nos encontrábamos caminando hacia Loli's milkshakes   por unas malteadas, luego de eso ya eran las 6 de la tarde y ya estaba empezando a oscurecer. Christian vivía un poco más lejos que todas por lo que yo me ofrecí a llevarlo en mi auto porque de seguro le sería un poco difícil tomar un transporte público, el en camino con Christian fue un poco incómodo al principio hasta que le saque algo de conversación y fue un poco difícil, pero luego de una aburrido e incómoda conversación sobre tareas y esas cosas nos encontrábamos hablando de libros. Después de dejar a mi compañero en su casa, me fui a casa y entre en esta en cuanto llegue.

— Hola, Sarah –Me recibió mi hermano. —. Papá y mamá se han ido.

Lo miré confundida.

— ¿A dónde fueron?

— Se fueron de viaje, a San Francisco.

Sabía que se iban a ir de viaje pero no sabía cuándo y menos que no me iba a poder despedir de ellos esto me molesto un poco porque no me avisaron y ahora no sé ni por cuanto tiempo estarán fuera.

— ¿Qué? ¿En qué momento y por qué sin avisar?

— Si, hace unas 3 horas más o menos. El juez los llamo y se tuvieron que ir con prisa, ni ellos sabían.

— Los llamaré luego a ver como se encuentran, ¿te dijeron algo más?

— Sí, uno: estoy a cargo de la casa, dos: dijeron que transferirían un dinero a mi tarjeta de crédito, el cual utilizaremos con conciencia, y tres: también esto a cargo de ti y tus saliditas.

— ¿De mí, qué se supone? ¿Qué tengo 5 años?

— Soy el mayor y estas bajo mi responsabilidad.

— Es un chiste, ¿cierto?

— Pues no, no lo es. – Rió amargamente.

—Ni sueñes en darme ordenes, hermanito.

— Saldrás, pero yo iré contigo-

— Ahora si que estás de broma.

—Nou. – Sonrió burlón. Lo miré mal por última vez y me fui a mi habitación.

Entre a la ducha y me di un baño de agua fría, el día de hoy había sido muy soleado por lo que hizo mucho calor. Busque una de mis pijamas y me la coloque para irme a dormir, no tenia muchos ánimos de nada porque me sentía muy atareada.




El chico nuevoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora