Apoyo mi frente sobre mis manos juntas. Tomo aire e intento comenzar de nuevo, aunque mis ojos ya estén picando por las lágrimas juntándose. Vuelvo a mirarla.

—Odio verte así—casi susurro.

Presiono mis dientes y cierro mis ojos, aún tratando de evitar lo inevitable. Desde que comencé a llorar ayer, no he podido dejar de hacerlo todo el tiempo. Una vez que sueltas la mierda que has estado guardando durante meses, no deja de salir, es como un globo desinflándose. Y entonces una lágrima de mierda cae hasta mi barbilla.

Joder.

—Por más que trato de ser fuerte—digo—, de que tú me veas siempre en calma para no asustarte aún más de lo que estás, para que tengas en quién apoyarte... —suspiro. —Por más que lo intento, han pasado tantas cosas.

Keyra busca mi mano a tientas sobre la camilla y la toma con más fuerza de la que hubiese esperado que tuviera. Tira de mí, haciéndome salir del asiento y ponerme de pie a su lado, y apoya su mejilla sobre la palma de mi mano. Siento la humedad de una de sus lágrimas, mientras ella cierra sus ojos y toma una respiración. Sus dedos se mueven sobre mi piel, acariciándome.

—¿Por qué a ti? —farfullo. —¿Por qué, habiendo tantas personas en el mundo, tenías que ser tú?

¿Por qué demonios fue elegida exactamente Keyra para tener esta maldita enfermedad? ¿Acaso lo merece? Por supuesto que no lo merece. Podría asegurar que muchas otras personas malas en el mundo merecen esto más que ella.

Keyra se queda quieta de pronto y abre sus ojos, acosándome con la mirada. Quita sus manos y las lleva a la mascarilla en su cara y comienza a tirar de ella para quitársela, sin obtener resultados.

—No hagas eso—digo, quitando sus manos de ahí y devolviéndolas a la superficie de la cama. Probablemente está tratando de hablar conmigo. —Despues podremos hablar, ¿sí? —le doy una sonrisa fantasma.

Sorbo por la nariz y suspiro, preparado para dejar de ser una nena. Luego froto toda mi cara con una mano para quitar las lágrimas y deshacerme de la picazón que me da la sal.

—Ya vamos a salir de esto, como lo hemos hecho de todos los problemas.

Esbozo un intento de sonrisa. Keyra también lo intenta.

—¡¿Cómo está?! —chilla Brandy, asaltándome en cuanto entro en mi habitación del instituto. Me doy cuenta de que Harry ha hecho mi cama y ordenado mis cosas, desde que dejé todo sin hacer ayer, porque esperaba hacerlo cuando volviera por la noche. Por supuesto que nada de lo que sucedió ayer estaba en mis planes.

—Está mejor—digo, y me descubro a mi mismo realmente más aliviado que hace unas horas. —La anestecia ya dejó de hacer efecto y estuve hablando con Keyra... Bueno, hablándole. Porque ella tiene una enorme mascarilla de oxígeno que con suerte le permite ver lo que tiene en frente.

Suspiro y me siento sobre mi cama. Estoy muy cansado.

—¿Qué sucedió con exactitud? —Harry pregunta, entornando sus ojos y frunciendo el ceño. Brandy imita su gestode forma inconsciente.

Respiro sonoramente antes de responder.

—Estaba todo bien, yo iba a llevar a Key a su quimioterapia, pero tuve que detener el auto antes de comenzar siquiera a avanzar porque ella de pronto se puso mal. Se bajó del auto y se desmayó, luego intentó ponerse de pie y comenzó a toser y a tener arcadas y entonces comenzó a sangrar. —sólo recordarlo me da escalofríos.

—Dios, suena tan irreal—dice Brandy—, es horroroso.

—Lo fue.

—Entonces, ¿por qué le sucedió eso?

Keyra en las nubes (fanfic n.h)Where stories live. Discover now