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Durante la primera clase del día no he podido hacer más que recordarme a mí mismo que debería estar tomando apuntes, sin embargo no he escrito ni una sola palabra en mi cuaderno. Harry lleva toda la mañana haciendo el payaso para mi y, la verdad, es que ha servido un poco, pero solo en las ocasiones en que no olvido que el sigue sentado en el pupitre de mi derecha, porque me he descubierto un millón de veces ignorándolo sin ni siquiera darme cuenta. 

Para la segunda clase me siento un poco más concentrado, y cuando al fin logro alcanzar el ritmo en el que Gauss pasa la materia, la clase se ve interrumpida por alguien golpeando la puerta. Él acomoda sus anteojos sobre su nariz y pasa sus pequeños y entrecerrados ojos por encima de todos nosotros. 

—Señorita Johnson—dice—, la buscan por aquí. Por favor sea rápida. 

Ella sale con prisa del salón, dejando una estela de su perfume al pasar por mi lado. Oh, mierda. 

Gauss continúa con su clase en cuanto Keyra sale del salón, hasta que, apenas un minuto después, vuelven a golpear la puerta con cuidado. El profesor parece estar haciendo lo humanamente posible para no alterarse, lo cual es un enorme mérito en él, debería destacar eso. Llega hasta la puerta en tres zancadas y la abre. Bajo las miradas expectantes y bocas silenciosas de todos los que estamos dentro del salón, comienza a regañar a quien quiera que esté afuera, llamándolo repetidas veces "señor" y pidiéndole que ya no le haga perder el tiempo. Su voz jamás sube de volumen, sin embargo. 

Ni siquiera comprendo el por qué, pero mi mente me lleva inmediatamente a la idea de que podría ser Hornmann quien ha venido por ella hasta nuestro salón, no obstante, mi cuerpo logra relajarse nuevamente cuando veo a Mike entrar en la sala para tomar las cosas de Keyra y salir rápidamente. Todo sucede tan rápido, que incluso Toffee se queja con él, preguntándole qué diablos está sucediendo. Mike no dice nada, sólo murmura con prisa que debe alcanzar a Keyra. ¿Alcanzar a Keyra? ¡¿Qué diablos?!

Gauss retoma la clase con un carraspeo de garganta y un impaciente "bueno", una vez que Mike ya ha desaparecido del salón. 

«¿Dónde está Keyra?—me pregunto—¿Dónde se ha metido?» 

Ni siquiera me he dado cuenta del momento en que decidí venir hasta el riachuelo pero, como sea, mis pies ya me trajeron hasta aqui. 

La débil luz del Sol, que se coló a través de los cristales de los salones durante toda la mañana ya no está, y en su lugar, el cielo ahora está cubierto por una gruesa capa de nubes. Aunque no tiene pintas de llover, no por el momento. 

Me acerco a la banca de madera con las manos en los bolsillos de mis tejanos, pero no alcanzo a llegar hasta ella cuando noto una pequeña mancha roja sobre el pasto seco. Santa mierda, ¿es eso sangre? Pareciera como si algo hubiese muerto aquí, y de seguro algún gato intentó cazar a un pájaro o un ratón, sin embargo no hay ningún bulto de animalillo muerto por aquí. 

Como sea, debió ser hace poco, porque la mancha parece muy líquida y roja. De sólo verla me estremezco por completo, e incluso parece escena de CSI. 

Desplazo mis pensamientos sobre el charquito de sangre, zanjando el tema en mi mente con un pequeño lamento por el pobre animal que debió morir ahí, y me siento sobre la madera seca de la banca. Suspiro. 

—¿Niall? —llama una voz de chica. Esa es Toffee.

Miro en la misma dirección por la que llegué y ahi está Toff, acercándose con cuidado, como si se tratara de un animal no domesticado en vez de mí. 

—Hey. ¿Conocías este lugar? —pregunto. 

—No—dice. —¿Puedo...? —apunta con un dedo a mi lado en la banca. 

—Claro—respondo con voz cariñosa. Recuerdo lo mal que le hablé anoche y me siento un poco mal por ello, quizá ésta podría ser la oportunidad para ofrecer disculpas, apesar de que sé con total seguridad que ella ni siquiera está molesta conmigo ahora. 

Hey, ella dijo que no conocía este lugar. —¿Me seguiste? —pregunto gracioso. 

—Uh, algo así—admite avergonzada. En realidad no me molesta que lo hiciera. 

Reprimo una risa y bajo la mirada hasta sus manos, que no dejan de moverse. 

—¿A dónde fue Keyra? —pregunto. 

—No lo sé. 

Esperaba una respuesta como esa, a juzgar por la expresión en su rostro cuando Mike salió del salón con las cosas de Keyra, no obstante, esperaba que ella ya lo hubiese averiguado, ya han pasado como dos horas. 

—¿Ustedes están bien?—pregunta. Por supuesto que ella vino a hablar sobre esto, pero no creo que sea lo correcto, yo ni siquiera he hablado con Keyra sobre el rumor de Megan. 

—Algo así—digo, sabiendo que ella no va a creerme. Por alguna razón deconocida, me siento avergonzado ahora de estar respondiendo así, la forma en que Toff me regaña sólo con su mirada me hace sentir como un niño que no quiere admitir que ha hecho cosas malas. 

—¿Algo así?—pregunta, encarcando una ceja. 

—Escucha, Toff —me giro sobre mí mismo para poder mirarla de frente. Le ruego con mis ojos—. Es que ni tan siquiera he conversado con Keyra sobre esto, creo que no sería correcto que tú te enteraras ahora si ni ella misma lo sabe. 

«Mala elección de palabras—me digo—. Antes de salir de mi boca sonaba mejor, ahora parezco un idiota»

—Lo entiendo—murmura. Me acosa con la mirada por sólo unos segundos, pero que parecen ser para siempre—. Sólo déjame decirte algo, Niall. 

Trago saliva, asiento con la cabeza. 

—Sea lo que sea, ella no lo sabe, y no entiende por qué diablos estás actuando así de pronto. Pero no lo merece. No merece tener que lidiar con tu estúpida actitud sin siquiera saber qué bicho te picó. —Abro la boca, pero ella me corta—Y siento sonar tan ruda contigo, pero creo haberte oído decir que no le harías daño, y mira la clase de conversación que estoy teniendo ahora con mi mejor amigo sobre mi hermana. 

Suspira mientras yo asiento con la cabeza, sin ser capaz de mirarla directamente. Ella tiene tanta razón, joder. Soy un idiota de tomo y lomo. Recuerdo su amenaza cuando hablamos en la playa de Lake district y ya ni siquiera me parece gracioso, porque yo realmente estoy dañando a Keyra por un estúpido rumor sin resolver, cuando debería haberlo consultado con ella en cuanto Megan me lo dijo. 

—Voy a resolverlo—digo. Me atrevo a ver sus ojos por un segundo, y ella está tan molesta que me estremezco. —Lo prometo. 

Toffee suspira y se pone de pie para caminar a pasos flojos hasta desaparecer tras la puerta de latón. 

«Que sepas—me digo a mí mismo—, que tu único problema es que no te atreves a preguntarlo, porque podrías perderla»

Y esa es toda la puta verdad. 

Y estoy perdido. 

Salto de la banca como si me hubiesen puesto presión y me la hubiesen quitado e inflo mis pulmones, para enmarcar mi boca con ambas manos y gritar: —¡Toffeeeeeeeee! 

Me dispongo a correr por la derecha del riachuelo hasta cruzar la puerta y buscar a Toff con la mirada. Ella está de pie, volteándose hacia mí. —¡Toff! —lanzo de nuevo. Llego hasta ella corriendo, a pesar de saber que no se irá a ninguna parte —Toff—jadeo—, ¿podrías decirme en cuanto sepas que Keyra ya está en su habitación? —jadeo— Voy a hablar con ella cuanto antes. 

Ella sonríe con satisfacción, casi puedo oírla decir que está orgullosa ahora. Asiente con la cabeza con sus ojos cerrados. 

—Gracias. 

Keyra en las nubes (fanfic n.h)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora