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—Juro que si éste examen baja mi promedio general de calificaciones voy a cortarme las bolas—le digo a Harry y Zayn en nuestro camino hasta el salón de descanso.

Sólo vamos ahí últimamente, porque siempre está lloviendo o simplemente hace demasiado frío para estar afuera.

—No es para tanto, hombre—Zayn dice.

—Lo es, amigo. Sólo imagina si Keyra tiene una emergencia en casa, Ellison no va a dejarme salir de aquí sin mi perfecto y ñoño promedio sobre 8 —digo.

—Primero; estás paranoico—Harry interviene, tomando su dedo índice como número uno. —Segundo; No creo que Ellison sea tan cruel como para no dejarte ir con ella si hay una emergencia. —añade, agregando su dedo medio al conteo. —Estoy seguro de que sólo lo hace para que te esfuerces.

—Lo hago—insisto. Juro que lo hago. —Pero sólo tengo un millón de otras cosas de las que preocuparme.

Pienso un segundo en mencionar mi idea sobre volver al instituto el próximo semestre, pero prefiero guardarlo hasta que lo haya pensado bien. De todos modos mi cerebro está aún cansado a esta hora de la mañana como para pensar con claridad sobre mis ideas.

—Sabemos que sí, hermano. —Zayn toca mi hombro en señal de apoyo. Lo hace un poco bromeando y un poco en serio, pero aún así agradezco el gesto.

Brandy se acerca a nosotros trotando a través del pasillo y se detiene en seco, algo jadeante por la carrera.

—Hey, chicos.

Besa la mejilla de Zayn, luego la mía y por último a Harry en la boca. Lo abraza y Harry se apresura en tomar su mano para seguir caminando. Por primera vez me doy cuenta de que la forma en que Harry la mira es exactamente igual a la forma en que yo miro a Keyra: Como un idiota enamorado hasta las entrañas. ¿Se dará cuenta Brandy de lo bobo que lo hace ver?

Keyra y yo hemos discutido últimamente, pero nada se compara con la cantidad de peleas que Harry y Brandy tienen semanalmente. Son como el perro y el gato. Y aún así ellos se aman.

Entramos en la sala de descanso y Zayn literalmente corre a lanzarse sobre el sillón más grande. Harry sigue a Brandy hacia los pequeños cojines repartidos en la alfombra y yo me detengo junto a la puerta cuando mi teléfono comienza a vibrar. Es Keyra.

—Hola, princesa.

—¡Te extraño tanto! —exclama y puedo imaginar su falsa expresión de sufrimiento mezclado con risa ahora mismo. —¿Cómo estuvo el examen? —pregunta.

—Estás jugando con mis sentimientos, no puedes sólo preguntar eso cuando han pasado veinte minutos apenas. Necesitaré como tres días para superarlo.

—¿Tan mal estuvo? —pregunta sorprendida.

—Algo así. No pude recordar nada ni concentrarme —me lamento. Me siento sobre el suelo, apoyando mi espalda en el marco de la puerta. Puedo escuchar a los chicos discutir sobre el canal de televisión ahí dentro. —Me dieron a Oscar Wilde.

—Tienes que estar bromeando—dice. —¿No pudiste recordar nada sobre él? Ni siquiera leí tus textos de repaso y sé un milón de cosas, Niall.

—No estás ayudando, bebé. Sé que hay muchas cosas, sólo me bloqueé mentalmente—me defiendo.

—Lo siento—dice y una risa casi imperceptible se le escapa. —Lo siento. De todos modos habrá muchos exámenes más en lo que queda del año. Una mala calificación no es nada.

—Sí, uh, no se si rinda el resto de exámenes del año, ¿sabes? —Quiero encontrar la manera de introducir el tema sin que sea demasiado abrupto. Aún no tomo la dedición y tengo que decírselo también a mis padres. Tal vez me maten, pero estoy seguro de que comprenderían mis razones si se los explico con cuidado.

Keyra en las nubes (fanfic n.h)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora