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«¿Cómo te sientes, pequeña?»

Es lo primero que escribo en mi teléfono cuando me despierto por la mañana. Puedo oír el sonido del agua corriendo desde el baño y la cama de Harry está abandonada y desecha al otro lado de la habitación. Harry, como siempre, está silbando en la ducha.

Tomo una respiración profunda antes de incorporarme en la cama y quitarme el sueño de los ojos con mis dos manos. Suspiro. Espero que Keyra vuelva pronto al instituto.

Miro al armario desordenado y desastrozado frente a mi, ¿tendré que abrigarme? Me arrastro hasta la ventana y deslizo las cortinas oscuras para encontrarme con la lluvia chocando contra el cristal. Ropa abrigada será.

Doy un par de golpes en la puerta del baño y Harry deja de silbar. —¡Date prisa, Harold!

—¡Sí, lo siento! —Exclama de vuelta.

Después de mi turno de tomar la ducha chequeo mi teléfono en busca de un mensaje de Keyra, pero no hay nada aún, lo que en realidad es obvio. Ella debe seguir durmiendo a esta hora, después de lo afiebrada que estaba anoche.

—¿Cómo está Keyra? —pregunta Harry en cuanto entra a colgar su toalla en el baño. Levanto un dedo para que espere a que escupa la pasta de dientes antes de responder.

Me quito el cepillo de la boca y me agacho para escupir. Me enjuago con prisa y respondo.

—Se veía muy bien ayer, sólo tuvo un poco de fiebre en la noche y Will la mandó a la cama. Pero en el papel de información dice que es normal si tiene fiebre o vómitos, cosas por el estilo. —resoplo. —Espero que le haya bajado la temperatura, sin embargo.

—Eso espero—dice. Nos sentamos en nuestras respectivas camas—. ¿Qué tal tú? ¿Es duro?

—Hombre —suspiro—. No en éste momento, pero estoy un poco asustado, para ser honesto. No sé cómo lidiar con ésto, aún no sucede nada demasiado alarmante, pero me siento como si estuviese constantemente preparándome para lo peor. Y ni siquiera sé cómo es. —admito.

Harry y yo siempre estamos bromeando, y si no lo hacemos, estamos hablando sobre las chicas o sobre cosas que suceden al rededor. Pero, aún así, se siente raro ahora, porque estoy hablando sobre algo mucho más serio y profundo que tener una cita o discutir con alguien. Me siento un poco incómodo, pero a la vez creo que necesito hablar con alguien sobre ésto.

—Tal vez estés esperando algo que no necesariamente tiene que suceder, ¿no has pensado en eso? Quizá sólo sea el miedo.

—Hermano, estamos hablando de un puto cáncer, es más que sólo miedo —me quejo. No es que le tema a cosas imaginarias, le temo a cosas que en realidad le suceden a las personas que padecen de cáncer.

—Yo lo sé, Niall. Pero siempre estamos viendo cosas malas sobre el cáncer, gente en las noticias o en los diarios y conocidos de conocidos que necesitan recaudar dinero o donantes, pero, ¿los ves morir siempre?

Me quedo en silencio, esperando a que concluya.

—No todos los enfermos de cáncer mueren. No todos sufren tanto, es sólo que las personas no hablan sobre sus amigos que no murieron de cáncer, o sobre conocidos que ya dejaron el tratamiento con éxito o enfermos en las noticias que ya están mejor. Tú sólo oyes la parte cruda de la enfermedad, pero si se hace fácil jamás te enteras. Tal como con los donantes de sangre, ¿creíste que sería tan simple como pegar algunos anuncios en el instituto? Apuesto a que pensaste que si no recaudaba lo suficiente, Keyra estaría en un problema, cuando en realidad sólo tienen que reponer lo que el banco de sangre ya le dió durante la operación.

Keyra en las nubes (fanfic n.h)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora