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—¡Qué es esto! —Exclama en cuanto cruzamos la puertecilla de laton oxidado. Está de espaldas a mí y puedo imaginar sus enormes ojos abiertos a más no poder. Mira hacia todos lados y se vuelve hacia mí. Sí, sus ojos se ven tal como lo imaginé. 

Suelto una risotada al verla por lo graciosa que se ve con esa expresión, pero no deja de ser hermosa. 

—¿Y bien? —Insiste. La miro, esperando el '¿Y bien? ¿Qué es esto?' que no creí que ella dijera. Y entonces lo dice, pero luego no se detiene: —¿Qué es esto? ¿Cómo lo descubriste? ¿Alguien más sabe de este lugar? 

—Hey, hey, hey —La freno, mostrándole mis palmas suspendidas en el aire. Tengo la leve sensación de que si no la detengo, seguirá haciendo preguntas que ni siquiera imagino que tendría en su cabeza. —Esto es un riachuelo, como puedes ver. Lo descubrí un día, paseando. No lo sé, simplemente lo descubrí. —Digo, respondiendo en orden sus preguntas —Y no. Nadie más conoce este lugar —Supongo, pienso.

Keyra asiente enérgicamente por cada respuesta que le doy y, en cuanto termino, sigue mirándome con su sonrisa emocionada. —Ven, siéntate. —Digo, y la tomo de un brazo para acercarla a la banca. 

Se sienta a mi lado, abrazando a sus propias piernas y apoyando el menton sobre ellas. Suspira y eleva la mirada al cielo blanco. 

—Probablemente lloverá —Digo. Ella me mira con los ojos llenos de lágrimas. —¿Miraste por mucho rato? —pregunto, riéndome. Y dudo de lo que estoy a punto de hacer, pero lo hago de todos modos. —Ven aquí. —Me aproximo a ella y tomo su mentón con una mano, luego, con la otra deslizo la punta de mi bufanda por sobre su piel, teniendo el cuidado suficiente para no rasparle o hacerle daño. 

—Y, ¿qué hacías cuando descubriste este lugar? —Pregunta, aun con sus ojos cerrados. 

Siento el impulso de besarla por un segundo, y me pregunto a mí mismo qué diablos me está sucediendo. —Hey, has hecho bastante preguntas —Protesto. Ella abre los ojos y sonríe. —Deja que yo pregunta ahora. 

—Pues, pregunta lo que quieras. 

Alejo la bufanda de su rostro y vuelvo a tomar un poco de distancia. Me remuevo sobre el asiento para ponerme cómodo. 

Muero por saber todo sobre ella. ¿Por dónde debería comenzar? 

—¿Por qué viniste a Londres?

Su rostro sonriente de pronto se torna serio, pero no deja de mirarme. Aclara su garganta y responde: —Antes vivía con la hermana de mi mamá. Pero la verdad es que los ingresos eran escasos y no quería ser una carga más para ella. En cambio papá si puede mantenerme perfectamente y se ofreció a hacerlo. Es por eso que ahora me ves aquí. 

Me parece extraño que antes de llegar aquí no hubiese vivido con ninguno de sus padres. Digo, ¿no es lo común? ¿Y su mamá, dónde estaría? ¿Y por qué no habría vivido desde antes con Will? 

Me doy centa de que ella espera algún tipo de aprobación a su respuesta, por lo que asiento con la cabeza y pienso en la siguiente pregunta. 

—¿Tu madre, dónde está? Se que el padrastro de Toffee es tu papá biológico, ¿no? 

Ella asiente con la cabeza, haciéndome sentir por un momento como si estuviese interrogándola, cual investigador criminal. 

—Mi papá es Will, el padrastro de Toffee, Mike y Tiff. —dice —Y mi mamá está allí. —continúa, arrugando sus ojos y apuntando al cielo nublado. 

Mierda. Horan acabas de cagarla. 

—Oh, tu mamá... —ni siquiera puedo decirlo, por miedo a ofenderla o hacerle daño. 

Keyra en las nubes (fanfic n.h)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora