Keyra en las nubes (fanfic n.h)

3

Termina de abrir la puerta por completo y la escaneo con la mirada, en busca de una excusa para volver por donde mismo he llegado. Keyra está en pijama.

—Oh, ya ibas a dormir. Lo siento, ya me v...

—No te preocupes —interrumpe, medio riéndose. —No hay problema. —Se voltea, como asegurándose de algo y vuelve a hablar. —Entra. 

Se hace a un lado y entro, pero sigo sintiéndome algo invasor ahí dentro. Sobre todo porque me doy cuenta de que Toffee no se encuentra. —¿Segura que no molesto aquí? Realmente puedo volver por la mañana. 

—¡Claro que no! —Exclama, sonriendo tan grande como su piel se lo permite y sus ojos se achinan. —No te preocupes. 

Es tan adorable, que no logro diferenciar si insiste en que no es un mal momento sólo por ser cordial o si realmente le pone tan felíz que un chico que ni siquiera conoce se presente en su habitación en su primer día de clases. Aun que la primera opción definitivamente me hace más sentido. 

—Está bien. —Me rindo. Y reparo en sus ojos, que bajo la luz tenue de su lamparita ya no se ven tan grises. 

De pronto me doy cuenta de que me está mirando extraño y su cabeza está ladeada. Bien hecho —, Me digo. estás quedando de sicópata aquí.

—Ah. —Di algo inteligente ésta vez. — Yo... ¿Toffee no está? —Reacciono al fin. 

—Sí, está en la ducha. —Dice. —Pero saldrá en un minuto. —Se sienta sobre su cama y me invita a hacer lo mismo, por lo que me volteo y tomo asiento sobre un sillón, idéntico al que tenemos Harry y yo en nuestra habitación. Y que probablemente todos los cuartos del insituto tienen. Seguro que este año hay más presupuesto para detalles como ese. 

—Gracias —Digo. Más vale que vayas al grano pronto, Horan. —Bueno, venía a preguntarle... En realidad a ambas, ah, si van a asistir a la fiesta de bienvenida.

Sus ojos se agrandan muchísimo, y vuelve a mostrarme sus paletas separadas, en una sonrisa. —¿Hay una fiesta de bienvenida? —Pregunta su vocecita aguda.

—Claro, como en todos los colegios, ¿no?

—Supongo. —Murmura, reprimiéndose a sí misma. Vale, c que acabo de cortar todo su entusiasmo. 

La puerta del baño se abre y Toffee sale tras ella. —¡Niall! —Exclama, con exagerada impresión y se lleva una mano al pecho. —No sabía que estabas aquí, ¡me asusté! —Se ríe.

Keyra y yo nos desternillamos de risa y yo me disculpo: —Lo siento, no quería asustarte. —Esa risita aguda sigue sonando a mi lado, y es extremadamente adorable. —Bueno —Digo al fin, —ya me voy. 

Me pongo de pie y le recuerdo a la chica sobre la fiesta. Beso a cada una en las mejillas y salgo de ahí, regañándome a mí mismo por haber actuado tan extraño y nervioso. ¿Qué diablos? 

Hecho una carrera hasta la habitación de los chicos, donde todos me esperan para encargar algo de pizza y estrenar, al fin, el nuevo GTA que Zayn compró hace unos días por internet, y que apenas hoy ha llegado por la correspondencia del instituto. 

—¡Al fin! —Exclaman Harry y Lou cuando me ven entrar en la habitación. Las camas están semi desechas y ellos están encima. El empaque del juego sigue intacto, y me siento importante al notar que ni siquiera han removido el plástico de envoltura por esperarme. Debió ser tentador para ellos  comenzar a jugar sin mí. 

Liam busca un tríptico de papel sobre el escritorio y lo pone sobre una de las camas. Todos nosotros nos reunímos al rededor de éste, como si se tratase de un objeto realmente valioso y Lou lo toma con ambas manos, haciendo que éste se doble en las esquinas. Comienza a leer todas las variedades de sabores en pizza disponibles y, finalmente, nos decidimos por dos familiares de carne y queso.