60

2K 95 9
                                    

Ya es cerca de la 1am cuando enciendo los focos del auto para volver a casa. La barbacoa estuvo deliciosa, pero la forma en que todos nosotros parecíamos formar parte de la misma familia, incluyendo a Liam y a mí, se sintió aún mejor.

Enciendo el contacto del motor y estoy dispuesto a presionar el acelerador, hasta que Keyra aparece junto a la ventanilla del acompañante y mi primera reacción es quitar la llave de inmediato.

—Joder, Key. Me asustaste como la mierda —suspiro. Ella se mete en el interior del coche y cierra la puerta detrás de sí. Mi corazón literalmente salta debajo de mi piel.

Sigue en pijama y el sueño en su rostro es tan imposible de ignorar como el verde de sus ojos.

—Lo siento —es todo lo que dice, y sin explicación alguna, se arrastra por encima de la palanca de cambios hasta caer sentada sobre mi regazo. Su cuerpo está temblando muy fuerte a causa del frío y me pregunto si Will sabe que ella está aquí ahora.

—¿Sucede algo? —pregunto. Ignoro el por qué, pero de pronto me siento algo intimidado por ella.

Sacude la cabeza en negativa y deja caer su cabeza de lado sobre mi hombro. No me extrañaría si se quedara dormida en esta posición.

—Hey —murmuro, empujando con cuidado de su mentón para que me mire. —¿Todo está bien? —pregunto con una sonrisa invisible.

—Sí —dice. —Sólo quería decir adiós.

Es estúpido el modo en que oír eso de ella me produce pánico y piel de gallina, pero obviamente sólo está hablando de ahora mismo. Sólo de este día.

Se inclina con torpeza hacia mi boca para besarme. Pongo mucha atención en el sabor a menta y la baja tempratura de su lengua y saboreo la dulce sensación de ella tomando la iniciativa. Atrapo su labio inferior entre mis dientes antes de que pueda alejarse de mí. Ella vuelve sin protestar y el beso se hace más largo esta vez.

Las ganas de besar un poco más allá de sus labios, o quizá tocar un poco más que su cintura comienza a enloquecerme a medida que recorro su boca con cuidado. Necesito recordarme a mí mismo que nosotros no hemos ido más allá, ni hemos hablado sobre el tema.

Quiero hacerlo, sin embargo.

Quiero tomar toda su inocencia y poder hundirme en ella, amarla como jamás he mi vida he amado a nadie y tenerla conmigo, tan cerca, que jamás necesitemos estar un centímetro lejos otra vez. Y, joder, estoy comenzando a perder la cabeza y todo el control de mí mismo cuando me doy cuenta de que su respiración y la mía se estan tardando en volver por cada nueva inspiración de aire. Me esfuerzo por relajar mis movimientos y respirar con más normalidad. Deslizo mi lengua con más lentitud a través de su boca hasta volver a abrir el espacio entre nosotros.

La rara anestecia haciéndose cargo de mí comienza a desaparecer a medida que abro mis ojos nuevamente hacia su sonrisa tímida. Se muerde los labios, y juro que requiere de un esfuerzo infinito en mí no volver a besarla de nuevo.

Ambos abrimos la boca para comenzar a hablar, interrumpiéndonos el uno al otro. Keyra se ríe más fuerte de lo que esperaba, rompiendo con la armonía del silencio a nuestro al rededor.

—Tú primero —dice su voz de oveja, como suena cada vez que está tentada de risa.

—Iba a preguntar cuándo tienes tu próxima quimioterapia —digo. No es precisamente en lo que estaba pensando hace un minuto, pero era necesario comenzar a hablar sobre algo antes de volverme loco con ella aún sentada en mi regazo.

—Mañana —dice.

—¿Mañana? —pregunto sorprendido, pero mi voz aún suena muy despacio. No necesito hablar más fuerte en este espacio tan pequeño.

Keyra en las nubes (fanfic n.h)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora