El timbre de la casa suena y nos miramos el uno al otro.

—¿Esperan a alguien? —pregunto.

—No lo sé.

Jeff sale de donde quiera que haya estado hace un segundo y y Will viene detrás de él. Si no fuesen adultos creería que iban a pelearse por abrir la puerta.

—Hola, siento la demora, el vuelo se atrasó una hora —murmura una mujer de acento evidentemente americano. ¿Vuelo?

—No hay problema, ¿ha sido un viaje tranquilo? —Will pregunta. De pronto hay mucho movimiento en comparación con la calma de hace un minuto. La mujer aparece tras la puerta y Jeff se apresura a cerrarla.

—Sí, todo bien.

Me inclino hacia el oído de Keyra, que mira la escena paralizada.

—¿Quién es? —susurro.

—Mimi.

—Oh.

Will recibe la cartera de Mimi y se la entrega a Jeff, en seguida la ayuda a quitarse el abrigo, pero ella no usa un tono de voz muy amistoso para responder al gesto.

—Qué amable, gracias —por alguna razón me siento expuesto cuando se voltea hacia nosotros. Mi mano aún rodeando a Keyra por la cintura. —Keyra, cariño—suspira sonriente.

—Hola—mi novia dice. ¿Eso es todo? ¿Que no es Mimi quien vivió con ella todos estos años?

Me levanto de un salto para ir a saludar, entonces Will se encarga de la situación mientras Keyra permanece inmóvil sobre su silla.

—Éste es Niall. El novio de Keyra.

—Mucho gusto, Keyra me ha hablado un montón sobre tí—digo.

—Espero que hayan sido cosas agradables —bromea. —Déjame darte un abrazo, Niall.

Esta mujer es demasiado amable como para comprender por qué todos están tan incómodos aquí.

—¿Qué hay del resto de tus cosas, Myriam? —Will consulta.

—Oh, está todo en el hotel. Pasé por mi habitación antes de venir aquí para no cargar con todo. Sólo vine a saludar de todas formas. Mañana temprano habrá más tiempo para pasar con esta pequeña malhumorada—dice.

Bueno, si no se tratara de Mimi probablemente estaría defendiendo a Keyra ahora. He aprendido sobre lo mucho que detesta recibir bromas cuando no está de humor, sobretodo si eso incluye nombres de adjetivos compuestos. Por lo demás, es obvio que sólo lo ha dicho para fastidiarla. De seguro Mimi la conoce muchísimo mejor que yo.

Camino de vuelta junto a ella y tomo su mano. Me mira con una sonrisa fantasma mientras Will y Mimi mantienen una exageradamente cortés conversación. Tenía entendido que no se habían dirigido la palabra durante años, por lo que entiendo que todo sea tan... teatral.

—¿Hotel? ¿Por qué pagarías por una habitación de hotel cuando puedes quedarte aquí?

—Oh, no te preocupes. No quiero molestar.

—No es ninguna molestia, Myriam. —Will insiste.

—Estaré bien en el hotel, de verdad. Gracias de todas formas.

Keyra resopla de pronto y, sin deshacerse de mi agarre, nos lleva escaleras arriba hasta su habitación. No hay nadie ahí dentro y las luces están apagadas, por lo que debemos tomarnos un momento para buscar a tientas el interrumptor en la pared.

—Aquí—dice Keyra y la luz se enciende.

Después de haber estado tantas horas en la sala junto a la chimenea, esta habitación se siente muy fría.

—¿Qué fue eso? —pregunto al fin.

—¿El qué?

—Todo. Ignoraste a Mimi. Creí que tenían una buena relación ustedes dos.

—Sólo estoy molesta por todo lo que ha pasado. Recuerda que quizo llevarme de vuelta a San Clemente.

—Por favor, bebé. Ha pasado casi un mes desde eso, ¿lo importante no es que te quedaste aquí finalmente?

—Ella sólo sigue creyendo que hace todo bien—espeta—. Por lo demás, ni siquiera me habló sobre venir aquí. Al menos pudo haberme notificado, ¿no es así?

—Ustedes tienen mucho de qué hablar.

—No será ahora—dice —Quiero descansar. Y besarte. ¿Podemos sólo descansar y besarnos?

Durante los últimos días me he descubierto a mí mismo invadido por una mezcla de sensaciones cada vez que la beso, la miro o simplemente pienso en ella. Mi corazón se acelera más que antes, siento frío y calor.

Definitivamente quisiera hacer más que besarla, pero puedo conformarme con eso.

—Podemos —sonrío. —Besarte es mi cosa favorita en el mundo, después de fastidiarte.

—¡Muy gracioso, muy gracioso! —exclama. Está a punto de comenzar una discusión banal cuando la interrumpo haciendo mi cosa favorita en el mundo. —En ese caso mi cosa favorita en el mund...

Instantáneamente su vocecita se abstiene de terminar la frase y siento cómo su cuerpo se afloja ligeramente. Abre un pequeño espacio entre los labios y hace un nuevo intento por hablar, pero no se lo permito, y en su lugar deslizo mi lengua con cuidado dentro de su boca. Sólo lo hace por jugar, no es como si realmente tuviera algo importante que decir. Deja escapar una risita amortiguada por mi boca.

«Lento», me recuerdo.

Se separa de mí, y aún riéndose, dice.

—Niall, estaba tratando de habl...

Ya no está riéndose, sino suspirando. Posa sus manos heladas sobre mis mejillas mientras me permite, al fin, besarla sin obstáculos, y sin ella tratando de hablar al mismo tiempo. Cubro sus manos con las mías para proporcionarle calor.

—Gracias—interviene—. Necesitaba eso.

—Hablas mucho—murmuro.

Comienza a reírse de ese modo explosivo.

—Lo sé, ¿verdad?

Entonces vuelve a besarme.

—¿Es molesto? —interrumpe de nuevo.

—No—digo. —Es divertido.

—Ajá.

Y así, tan de pronto como Keyra es capaz de interrumpir un beso, obtengo la respuesta a una pregunta que me estaba haciendo hace días sin siquiera saberlo.

La amo.

_____________________________

5. "K debería tomar un descanso": Juego de palabras con la inicial de su nombre y el ejercicio algebraico.

Keyra en las nubes (fanfic n.h)Where stories live. Discover now