Capítulo 30

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[Flashback]

Estaba recostado plácidamente en su no muy cómoda cama, intentando dormir. A veces conciliar el sueño se le hacía meramente imposible, siempre caía preso de su mente. Preguntas profundas acerca de la vida, cómo: Si Patricio era la estrella, ¿por qué Bob Esponja era el personaje principal?

El sonido de su móvil le indicó un mensaje. Desbloqueó el aparato con algo de cansancio, extrañamente moverse era jodidamente difícil. Leyó rápidamente y su ceño se frunció casi como acto reflejo.

En el silencio absoluto, solo se percibo su pesada respiración. La redacción había sido simple y provenía de un usuario poco común: Kim Minseok.

Se levantó de un salto, colocándose las zapatillas y una camisa azul a cuadros, que no termino de abrochar correctamente, antes de salir como una bala hacia el lugar.

En esos momentos maldecía el día en que acepto trabajar con la rata de Zico.

Sentía su pecho estrujarse con perturbadora fuerza, con cada paso, sus extremidades en muchas ocasiones, dudaban en avanzar. Lo verídico de los hechos lo abrumaba, cómo se había tornado todo tan de repente así.

Cuando estuvo frente al departamento, subió las escaleras de emergencia saltando con agilidad sobre ellas, al tener la puerta frente a sus ojos, divisó la cerradura rota y rasguños en la madera de la puerta; había sido forzada, no cabía duda, y esta se hallaba entre junta, con la luz del interior bañando las ranuras con luminosidad amarilla.

Suspiró sintiendo algo extraño acumularse en su pecho, no quería admitir que eso le asustaba. Pateó la puerta entrando, y al caminar por la desértica sala, una voz interior le recordó que más personas sufrían por su culpa.

Cuando llegó a la habitación, las puntas de sus dedos se agitaron en un espasmo inconsciente, ante la acción de empujar la puerta. Un inesperado brillo lo cegó por unos instantes y cuando acostumbró a su vista a la nueva habitación encontró una imagen, casi sacaba de un libro de terror.

Minseok estaba de rodillas con las manos atadas a la espalda y el pecho rozando el suelo, gruesas lagrimas recorriendo sus mejillas hinchadas.

Todo era tan lento para su foco visual.

Dio un paso dentro de la habitación y Zico salió de entre las sombras apuntando la cabeza del peli-naranja, haciéndolo gemir del miedo.

La sangre bombeó por su yugular y se acumuló en su cabeza e hizo tronar sus dedos, sentía acalambradas las piernas y el cuello. Sus ojos ardían, no había parpadeado ni un segundo. Un movimiento en falso y todo terminaría para Minseok.

Jongdae levantó los brazos en señal de rendición, debía ser cuidadoso. —No, no... no tienes que hacerlo, te daré el dinero, Zico... Por favo—

Pero la sílaba quedó suspendida en el aire al compás con el estruendo del arma disparándose.

Chen se sentó gritando, sudando y agitado sobre el sillón, había despertado de la forma más espantosa de una pesadilla.

Solo le tomó unos segundos saber que se hallaba en su habitación, sintió su cara húmeda y la frotó con sus mangas. Todo su cuerpo se estremeció al recordar el final de aquel horrible sueño. Aun podía oír el arma disparándose.

Las pesadillas cada vez se sentían más, y más reales.

Se cubrió el rostro protegiendo sus ojos con sus palmas, mientras se repetía mentalmente: Fue solo un sueño. Cuando el timbre de su celular le atrajo a la realidad. Separó sus dedos, dejando libre la vista por unas ranuras, y leyó.

-The Mechanic- |EXO|Where stories live. Discover now