Capítulo 3

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3

Seul, 11:23 hrs.

Abrió los ojos con pesadez, sentía el cuerpo ligeramente entumecido y su cerebro seguía embriagado por el sueño. Le costó ver con claridad debido a los rayos de luz que se colaban por los ventanales en dirección a sus ojos.

"¿Qué pasó...?"

Distinguió a duras penas donde se encontraba; bien, era obvio que estaba en la habitación de alguien. Una LCD, muebles caros, un juego de sillones, y un balcón.

¿Qué mierda era...? ¿El castillo moderno de alguna princesa?

—Joder...

Ladeó la cabeza aturdido, y por fin se fijó en el cuerpo que dormía junto a él. Sopló evitando que los cabellos rubios se introdujeran en su boca o nariz, mierda, estaban demasiado, muy cerca.

Intentó ponerse de pie con mucho cuidado, no quería despertar a quien fuera que dormía tan profundamente.

Se sentó en el borde de la cama y frotó su cara despabilándose, y al hacerlo una pequeña sonrisa se dibujó inconscientemente en su rostro. Evitó hacer ruido pero cuando se levantó, se topó con la no tan sorpresiva imagen de que el aún seguía desnudo.

Sehun buscó su ropa esparcida por todo el lugar.

Sí que habían follado mucho.

Tomó sus pantalones y se los puso de forma rápida, luego la camisa, pero esta vez no se molestó en abrocharla. Tomo sus zapatos y se dirigió a la puerta de salida.

Cuando tomó la perilla de la puerta su vista se fijó en algo que le llamó la atención, se puso de cuclillas y tomó la prenda de color rojo; era la ropa interior de Luhan. Sehun no pudo evitar una sonrisa acompañada con una mueca de rareza. De pronto, un extraño impulso le detuvo, haciéndole girar la cabeza en dirección al sujeto en la cama.

¿Qué demonios estaba haciendo?

Eso había sido sexo. Bien, sexo con un tipo, pero sexo, solamente.

Detalló con su filosa mirada la espalda baja, desnuda de Luhan tendido en la cama, que debido a las sabanas delgadas no dejaba demasiado a la especulación, y la llama volvió a encenderse caliente y feroz, pero, de inmediato apartó la vista de forma brusca.

Era un maldito viernes y debía mover su trasero de ahí, o llegaría demasiado tarde. Caminó nuevamente hacia la puerta de caoba, y esta vez sí se largó.

Sehun le echó una mirada al Bugatti frente al porche del enorme departamento y dejó su saco sobre el asiento copiloto, para luego encender el motor y arrancar.

Había estado tan apresurado, que no notó su muñeca libre de su objeto favorito, sobre el timón del coche.

Su precioso reloj... ¿Dónde estaba?

Justo en esos momentos el reloj descansaba tranquilamente sobre el suelo tapizado del cuarto que había abandonado minutos antes.

El drástico cambio de las calles pintorescas de Gangnam-gu, hasta su hogar, se le hacía eufórico. Era como caminar de un mundo hacia otro.

Suspiró algo cansado, cuando metió el coche en el taller, bajó y lo cubrió justo como ayer con su cobertor. Tomo sus cosas y caminó tranquilamente hasta su habitación.

Pero en medio de su camino por el corredor una voz que ya conocía le detuvo, de pronto.

—Hey, Sehun... ¿Qué rayos sigues haciendo aquí? — Preguntó con un toque de enfado. —Deberías estar en la escuela, bribón...— Siguió rezongando su primo, que preparaba el desayuno y tenía puesto un mandil de flores, era algo demasiado horrible para la vista.

-The Mechanic- |EXO|Where stories live. Discover now