Capítulo 7

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7

Kai vió a Luhan salir disparado, dejando la puertilla abierta, batiéndose por inercia. Una venita se formó en su frente, antes que el moreno pisara el acelerador, largándose. La puertilla se cerró con fuerza por el movimiento, y Kai apretó el manubrio conduciendo cerca de la zona. Tal vez lo encontraría en algún callejón lloriqueando.

Ciertamente estaba cansado de tanto estrés, pero si ese era el oficio, debía resistir.

Su móvil sonó indicando una llamada, y la contestó de forma rápida, sin siquiera reducir la velocidad o aparcar el coche. Sostuvo con una mano el volante mientras giraba en una intercepción.

—Soy Kai.

—No te oyes bien ¿algún problema? —Preguntó directamente Kris desde la otra línea.

El moreno relamió sus labios, mientras mirada las calles vacías, buscando al irritable rubio hermano menor de Kris Wu. —Todo bien por aquí. — mintió.

Kris no insistió. —Bien. Estaré fuera del país por un tiempo, hazte cargo de las cosas por allá.

—¿Dónde estás? ¿Debo preocuparme por algo?

—Oh, no. Es un viaje corto a China, necesito... terminar un pendiente.

—Entiendo. —Kai fue disminuyendo la velocidad, hasta que termino aparcado.

—Es todo. Cuida de Luhan mientras no estoy. Sé que puede ser estresante lidiar con él, pero no es una excusa.

Kai se recostó contra el asiento soplando su cerquillo y escuchando en silencio la petición.

—Lo entiendo.

Kris terminó la llamada, pero Kai permaneció con el móvil pegado a la oreja.

—Pero, tal vez necesita una reprimenda.

Luego de murmurar aquello, dio vuelta en U y se largó a toda velocidad, dejando solo una estela de humo a su paso.

"Adiós, Luhan"

Kris no estaría pisándole los talones 24/7, y Luhan no iba contarle a nadie que, por pura mala suerte, Kai lo olvidó en una zona inhóspita y clasificada como altamente peligrosa. Ya que estaban ahí por culpa del rubio y su mal carácter.

¿Cómo se le dice a eso?

Jaque Mate.

Detuvo el coche en el pórtico de un bar a unos kilómetros de la pequeña ciudad del terror. Empujó las puertas de madera y todo era según el manual de bares con pinta andrajosa; una rockola del 93, una barra con un bar tender que parecía un ex convicto violador de caballos, humo de cigarrillo y más clientes maleantes, pero luego de eso, era un lugar agradable para pasar el rato mirando esa lámpara incandescente y a los mosquitos incendiándose.

Pidió la especialidad de la casa, y recibió una baso de vidrio grande con una sustancia parecida a la cerveza de barril, no estaba muy lejos de donde perdió a Luhan así que no veía problema tomar unas cuantas más.

Luego de tres iguales, se desajustó la cordata y se quitó el saco. En su lengua, la cerveza sabía igual que todas las cosas que comía o bebía.

Nada.

Esa nueva actitud de chico malo e indiferente que había optado para protegerse hacia un tiempo, empezaba a pasarle factura. Porque ahora, nada tenía sabor.

Ni siquiera el sexo.

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-The Mechanic- |EXO|Dove le storie prendono vita. Scoprilo ora