Capítulo 28

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28

Cuando Luhan escuchó a Sehun decir esas cosas sintió una sensación incomparable. Como si se hubiera convertido de repente en alguien fuerte, increíblemente fuerte.

Pero ahora, lejos del taller, y Sehun, ahora, frente a su pórtico; sus manos temblaban.

Cuando introdujo las llaves en la cerradura, sus dedos la dejaron caer, torpemente las recogió con un bufido y checó a los costados, viendo que nadie estuviera cerca.

—Solo... estoy un poco cansado... —Se consoló así mismo. El sudor frío bajó por sus cienes, humedeciendo su cabello.

¿Qué tan difícil podía ser simplemente dejarlo todo? No podía ser tan complicado, además, se lo había prometido a Sehun.

Se maldijo por su estupidez. ¡¿Qué sabía Sehun?!

¡Por supuesto su adicción no era como cualquier otra!

"Calma, Luhan... solo necesitas descansar..."

Intentó confortarse, pero en realidad seguía tenso. La sola idea de dejar que aquello sucediese, lo ponía con los pelos de punta.

Dejó caer su abrigo en medio camino, mientras avanzaba; su sala completa se convirtió en un laberinto: gris, lila, esos colores dañaron sus córneas, en el instante que puso un pie dentro se sentía sofocado y ahogado.

Luhan se tomó la frente.

Arrastró los pies dentro de la habitación, que parecían pegados al suelo con una especie de goma potente. Mordió su labio cuando noto las escaleras, como el esqueleto de una víbora. Esa era una sucia jugarreta de su mente, porque le dolían los costados con cada movimiento, por más simple que fuera.

¿En serio... podía simplemente dejarlo?

"Odio verte así."

"Puedo ser yo."

Las vigorosas palabras de Sehun, ahora ya no le daban valor.

Aferro sus manos a las barandas de madera, sus dedos parecían tener arena, áspero y grumoso. Todo su sistema estaba en su contra. Tal vez había descubierto lo que tenía planeado e intentaban detenerlo.

Cuando llego al final de estas infernales gradas, observo su habitación que a mera vista se hallaba a unos pasos, pero no, ahora mismo para él era un Oasis, justo al final de un tormentoso desierto.

Estaba en conflicto. No se trataba de cigarros o yerba, mierda... Era más grande que eso.

Pero... ¿podía hacerlo?

El sudor en su frente y espalda lo asqueaba, lo cegaba. Abrió la puerta de su habitación con violencia, sin ánimos entro a su cuarto de baño; el santuario de sus "soluciones."

Medio corrió hasta estar dentro, el blanco abrumador de las paredes, lo ponía incómodo. ¿Cuándo escogió ese color para su baño?

Aferro sus uñas al lavadero, su reflejo era una tortura; los cabellos desordenados, los ojos rojos y locos, el sudor hacia brillar su rostro. Luía tan desesperado, que era patético.

Luhan odiaba ese aspecto.

Abrió las puertillas del gabinete desviando la mirada, simplemente no quería verse en ese estado tan deprimente.

Docenas de frascos blancos lo saludaron burlones, distintas formas y tamaños.

"¡Soy tan jodidamente débil!"

-The Mechanic- |EXO|Where stories live. Discover now