-The Mechanic- |EXO|

Capítulo 18

18

La vieja campana del instituto se oía a una cuadra de las instalaciones, advirtiendo los últimos momentos para ingresar.

Esa mañana era fría, por lo que muchos ya resguardaban sus cuerpos con prendas mucho más abrigadoras. Chalinas, chaquetas, y guantes.

—Mierda...—Sehun murmuró agitado, soplando vaho de los labios. Apresuró el paso tomando más vuelo.

—¿Tarde? — Pregunto con gracia el de sonrisa de gato al ver agitado a su amigo, golpeando su hombro cuando ambos se detuvieron frente las puertas de metal que era la entrada.

Sehun levantó la vista ignorando al castaño, para preocuparse por la inmensa entrada que bloqueaba su camino.

—El clima es un asco, pero en serio quiero dormir en la azotea. —Chen se cargó la mochila al hombro y retrocedió tres pasos, tomando impulso, para luego correr hacia los grueso barrotes y escalar sobre ellos como si fuese una especie de ninja moderno. Se acuclilló en la cima y le echo un vistazo a Sehun. — ¿Te vas a quedar ahí? — Cuestionó con ojos adormilados. Pero fue prácticamente una ráfaga de viento que le hizo abrir más los ojos, y notar que su pálido amigo había saltado esa altura.

Un ruido sordo rebotó y el polvo en el suelo se levantó. Sehun se sacudió las ropas recogiendo su maleta y colgándola en su hombro. Levantó la mirada hacia su amigo y preguntó sórdido. —¿Te vas a quedar ahí?

Chen sonrió. —¿Pero qué tal tu fin de semana? — Comento después de él contar el suyo.

Había observado a Sehun por mucho más tiempo del que llevaban siendo amigos, y era un sujeto realmente interesante. El castaño estaba muy curioso de sus límites. Y si algún día podía verlo rebasarlos.

Sehun empezó a andar hacia su clase cuando Chen se colocó a su lado.

—Pareces de mejor humor ¿Qué tanto hiciste ayer? —Canturreó Jongdae picándole con su dedo en el brazo.

Sehun metió sus manos a sus bolsillos, el frío estaba congelando sus delgados dedos.

[Flashback]

Empujó con fuerza el cuerpo del rubio; que gimió por el violento impacto. Algo golpeo su espalda informándole que tenía un soporte, sus brazos rodearon la amplia espalda de Sehun mientras enredó sus piernas en sus caderas.

El alto sin pensarlo dos veces y teniendo presos los labios de Luhan, acaricio con parsimonia y morbo sus muslos para luego postrarlo en aquel mueble, que término siendo un elegante piano.

El rugido de las finas teclas desgarró el silencio sepulcral. Luhan gimió excitado por el momento, Sehun tomó el pliegue de su camisa y de un tirón la desgarró como papel maché dejando expuestos sus pezones erectos y sus abdomen plano.