—Un poco. —Se queda en silencio por un momento. Podría apostar que está pensando en una respuesta inteligente que pueda arruinarme, hasta que suspira.

—¿Cuándo es tu cumpleaños? —pregunta, su voz ahora suena extremadamente relajada.

—En Septiembre, 13.

—Eso es en menos de una semana.

Me molesta el hecho de no saber si ella podrá estar aquí en el instituto para mi cumpleaños, es por lo mismo que no siento ni tan siquiera una gota de entusiasmo por ello. Pero no puedo decirselo sin hacerla sentir culpable o presionada, por lo que sólo dejo escapar un sonido afrimativo. —Ajá.

—No suenas muy entusiasmado.

—No lo estoy, realmente.

La escucho tragar saliva al otro lado de la línea. Luego suspira por tercera vez desde que atendió el teléfono y se hace un silencio entre nosotros. Por más que lo intento, no puedo dejar de pensar en lo molesto que es su tratamiento hasta ahora y preguntarme qué diablos es lo que me espera. Tengo que buscar información sobre esta enfermedad en cuanto corte el teléfono si no quiero perder la cabeza pensando en todo esto.

—¿Tienes un segundo nombre? —pregunta de pronto. No esperaba esa pregunta en este momento, pero mientras me haga dejar de pensar, bienvenida.

—Sip.

—Quiero saberlo, Niall. —insiste riéndose.

—¿Qué obtendré a cambio?

—Will dice que pedir recompensas a cambio de información no está bien —espeta, sonando como una niña presumida y sabionda.

—Pues vivimos en un país libre.

—Alguien está muy gracioso hoy, ¿eh?

—Lo siento—me río—, es que me pone de buen humor hablarte por el teléfono—admito. Mis mejillas estarían rojas ahora si ella pudiera verme. —Es James.

—Niall James—replica. No podría decir si lo dice para sí misma o para ambos, pero me encanta la forma en que mi nombre suena dicho por ella. Por su voz pequeña. —Niall James Horan—repite. ¿Ella está leyéndome la mente?

—Así es —musito. Su voz tiene la capacidad de viajar por debajo de mi piel, relájandome, pero poniéndome los pelos de punta al mismo tiempo. Creo que jamás lograré entender cómo es que una sola persona, tan pequeña y tan sencilla puede provocar todas estas cosas en mí. ¡Y ella ni siquiera se da cuenta!

Volvemos a sumergirnos en el silencio, pero se siente muy bien sólo saber que ella está al otro lado de la línea, pensando en quién sabe qué barbaridades.

—¿Niall? —llama de pronto.

—¿Sí?

Se toma un momento antes de responder. —Gracias por estar conmigo.

Mi estómago se revuelve al ser consciente de que no se refiere sólo a estar con ella saliendo y siendo su novio, sino al cáncer. Sé que se refiere a que sigo aquí apesar de lo complicado que ha sido estar juntos incluso desde el principio, y de lo aún más difícil que podría ponerse el camino desde ahora en adelante. Pero aún así, aunque el camino ahora sea de piedras, siempre estaré convencido de que soy yo quien debería estar agradecido, porque ella es demasiado buena para cualquier hombre que pise la Tierra alguna vez, y aún así está conmigo.

Trago saliva, pensando en una respuesta para Keyra.

—Voy a estar contigo aunque el camino sea de piedras, o de vidrios rotos. Tu lo sabes, ¿no es así?

Keyra en las nubes (fanfic n.h)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora