Capítulo XXX

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Las semanas pasaban y Bom comenzaba a ganarse el cariño del señor de la casa, Leo se hacia el difícil pero cada vez que ella le traía regalos comestible él cedía enseguida, hasta intentaba ser más amable.

Los visitaba dos o tres veces entre semana y los domingos se la pasaban los cuatro juntos. Todo estaba yendo muy bien, hasta Hakyeon se había sumado a las salidas. Bom se sintió flechada por él apenas lo vio y al enterarse de que era gay se sintió una tonta por todas las veces que le coqueteo, pero lejos de ser incomodo los había unido más, ahora N y Bom eran los mejores amigos, no tenían nada en común excepto el rechazo absoluto de Leo, por ello unían fuerzas para molestarle.

A los tres meses, Bom se había ganado la confianza de Taek Woon, así que podía retirar a Hongbin de la escuela y llevarlo unas horas de paseo.

Sin embargo, ese bonito gesto había creado rumores para nada agradables.

—Creen que salgo con ella —se queja Taekwoon, deja su celular en la mesita después de haber leído los comentarios de sus seguidores—. Hasta molestan a Binnie en la escuela, le dijeron que su padre es un pedófilo por haberse metido con una niña —furioso se quita la camisa y se acuesta en la cama boca abajo, Ravi se acerca y se sienta sobre sus muslos—. Tuve que explicarle lo que era la pedofilia, fue muy incómodo.

—¿Debería ponerme celoso de ella? —susurra Wonsik al oído de su esposo, que bufa molesto.

—Deberías consolarme, esto es horrible.

Ravi deja un dulce beso en la mejilla de su chico antes de reincorporarse y comenzar con un relajante masaje sobre la espalda del mayor.

—Tranquilo, amor, Hongbin es un niño muy inteligente y fuerte, seguro que te defenderá en la escuela.

—Ya lo hizo —susurra Leo, casi quedándose dormido—, ahora todos saben que somos pareja —sonríe divertido.

Nunca nadie se había dado cuenta, él siempre llevaba a Hongbin a la escuela, y algunas veces lo hacía Ken o Hakyeon, también así como Wonsik o, de vez en cuando, Hyuk lo recogía. Todos sabían que Leo era el padre, pero al no haber presencia de una fémina supusieron que era padre soltero y los demás sólo hermanos o amigos.

—Amo a ese niño.

—Yo también.

—¿Sabes que también amo? —Ravi sonríe y baja sus manos haciendo un recorrido desde los hombros hasta las caderas de Leo, terminando en su trasero—: tu trasero, es tan esponjoso y suave —mueve sus manos dando leves caricias. Taekwoon se sonroja, nunca le habían alagado por su trasero y ahora que tiene Wonsik le recuerda todo el tiempo su nueva adquisición; caderas rellenas y estomago sobresaliente.

—¿Podrías dejar de recordarme que estoy gordo? —pregunta un poco molesto, está celoso de su esposo, de no poder estar a la par como antes; en las mismas condiciones físicas.

—Es que me encanta —susurra el menor, se encorva y deja un chupetón en el costado izquierdo de la cadera de Leo, justo debajo del pequeño tatuaje que tiene: es el símbolo del infinito con sus iniciales por encima—. LR —acaricia el tatuaje con su dedo pulgar y sonríe recordando viejos tiempos— ¿Cuántos años llevamos juntos? —comienza un recorrido de besos hasta el hombro del mayor, que ladea el cuello y cierra los ojos—, Teakwoonnie —ronronea Wonsik para provocar al otro, besa el blanco cuello y lo muerde como si fuera un vampiro dejándole una marca. Leo gime de dolor y jala un mechón de los cabellos de su amante, éste sonríe y le da un beso en la mejilla como pidiendo disculpas.

—Llevamos catorce años juntos, casi quince—responde Taek Woon, le había costado un poco concentrarse con tantas sensaciones placenteras recorriéndole el cuerpo. Suspira al sentir el miembro de su amante rozar su trasero, y aunque ambos llevan bóxers, ese sutil roce mando descargas placenteras que se alojaron en sus entrepiernas.

Por Obra de ArteWhere stories live. Discover now