Por Obra de Arte

Capítulo VI

Abro mis ojos de golpe. Wonsik, soñar con él me hace mal, la nostalgia se apodera de mí en estos momentos. Miro a Hyuk aun dormido a mi lado, me siento en la cama y veo la ventana, ya es de mañana por la claridad de las cortinas. ¿Ravi ya volvió? ¿Ken seguirá dormido? ¿Le tengo que abrir la puerta a la empleada? Mi cabeza duele. Me llevo una mano a la cien. Deja de pensar, deja de pensar o si no te dolerá más.

—Leo —escucho un susurro, volteo y veo a Hyuk mirándome algo adormilado—, me duele la cabeza.

—A mí también —digo antes de ponerme de pie, él extiende sus manos indicándome que debo ayudarle, agarro sus manos y hago que se siente en la cama—. Lávate la cara.

Él protesta como un niño pero al final hace lo que le pedí, yo entro a mi habitación y directamente voy a ducharme, al quitarme toda la ropa contemplo el collar colgando en mi cuello, la esfera parece moverse, como si hubiera agua dentro. Esto es tan raro, creo que el dolor de cabeza me está afectando, o quizá no, después de todo estoy viviendo una vida que en realidad parece un sueño. Mi piel sigue siendo tan blanca como hace años, con mis cabellos negros y ojeras parezco un vampiro de película. ¿Si me quito el collar cambiaria algo? Puede que despierte junto a Wonsik hombre en ese departamento pequeño pero mucho más cálido que está gran casa. Lo voy a intentar, no pierdo nada. Con cuidado me quito el collar, al tenerlo entre mis manos la esfera parece brillar ¿Qué rayos? ¿Será que no debí quitármelo?

—¡Leo! ¿Estás en el baño? —escucho la voz de Ravi seguido de un fuerte portazo, eso hace que me sobresalte y suelte el collar sin querer, con el corazón a mil solo puedo llegar a ver como choca contra el suelo y rebota con gran impulso deslizándose hasta debajo de un gran banco en donde está el cesto de la ropa sucia— ¿Leo?

—Estoy por tomar un baño —respondo agachándome para ver hasta donde llego el collar, está muy al fondo además el espacio es muy plano, mi brazo no entrara. Aun así lo intento pero solo logro pasar hasta por debajo de mi hombro y no es suficiente para llegar al collar. ¿Quién hace las patitas de estos muebles tan cortas?

—No tardes tanto, así almorzamos todos juntos —dice ella ahora más cerca de la puerta, volteo aunque sé que no puedo verla. Si le pido que lo saque, sus brazos deben ser más delgados. No, mejor lo saco con algún palo, no quiero que ella pregunte nada.

—Está bien. ¿Ken también despertó? —me pongo de pie y contemplo la puerta.

—Sí, está lidiando con su resaca —suelta una risa divertida.

—¿Qué pasa? —extrañado me acerco un poco a la puerta, al apoyar mi mano siento como ésta se mueve, de seguro es porque ella apoyó su espalda.

—Es que, es tan raro que te preocupes así... —parece arrepentida por lo que dijo ya que su silencio fue muy repentino.

—no me importa, dime. Por favor.

—No debí decirlo pero es tan lindo que ahora te preocupes por tus hermanos, el perder la menoría te hizo mejor persona —comienza a reír, me acerco un poco más a la puerta y me preocupo cuando escucho un sollozo—. Soy egoísta al decir esto pero me gustaría que nunca volviera tu memoria. —me rompe el corazón escuchar eso, quisiera abrazarla pero no puedo, no sería correcto estando sin vestimenta alguna. ¿Qué debería decir? Me hace sentir tan mal, porque ella es tan dulce conmigo y yo le engaño, encima con Hakyeon, que supongo es su mejor amiga. Soy una basura de esposo, ¿Cómo es que conseguí tener a Wonsik siendo como soy ahora? Creo que después de todo no cambie nada desde el secundario.

—Yo. Wonsik, lo siento —susurro sin ganas de nada.

—¡No!, yo lo siento por confundirte de esta manera, estoy toda sensible por mis hormonas, el periodo me deja toda sentimental ¡Odio estar así! Parezco un saco de dobles personalidades —chilla, llora, solloza y golpea la puerta, me alejo un poco, nunca había lidiado con una chica de esta forma. ¿Qué debería decir?—. ¡Leo! No te quedes callado, me pone de los nervios que no digas nada, siento que no me estas escuchando —¡NO! Ahora suena enfadada, debo decir algo que me salve.