Capítulo III

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El resto de la noche fue muy normal, Wonsik era muy parecida a la versión masculina, sólo que más chillona y tierna. Lo raro fue que a la hora de dormir ella lo hizo en otra habitación. Supongo que es porque no quiere incomodarme.

Al despertar por la mañana, ella no estaba. La cocinera me dijo que se fue a su trabajo y no pude evitar preguntar de qué trabaja a lo que la mujer tuvo que contarme todo lo que sabía. Ahora, desayunando solo, sé que Wonsik trabaja como diseñadora de interiores y hasta tiene su propia revista. Lo sabía, siendo mujer sería más difícil ser arquitecta ya que es un área en donde la mayoría de trabajadores son hombres.

Casi al mediodía llego papá, solo quería saber cómo me encontraba, fue muy amable pero yo no pude evitar ser frio y distante con él. No puedo olvidar como me trato en aquella cena, yo sé que estuve mal al no contarle de mi relación con Ravi, ni decirle que ya estaba casado, pero si él se interesara más en mí me habría preguntado o hubiera investigado pero ni siquiera eso, nunca le intereso en lo más mínimo lo que hacía con mi vida, lo mismo mamá, solo me consentían con cosas materiales con tal de que no los molestara. Pero cuando por fin decidí contarles de mi vida ellos la critican como si fuera un crimen lo que estaba haciendo, igual, en realidad solo ellos quedaron en ridículo ya que los demás de la familia si me apoyaron, aun así me sentí muy humillado y ofendido por mis padres.

Dejo de pensar en eso cuando Ravi entra a la casa con una sonrisa en los labios.

—Si quieres podemos comer afuera —propone sentándose a un lado mío, en el gran sillón.

—Sí —sonrio y ella también lo hace. Me dice que tomara una ducha rápida antes de subir corriendo las escaleras. Parece una niña, se ve muy feliz.

Minutos después también subo para bañarme y cambiarme. Al estar listos, salimos en su auto. No es común que la mujer conduzca pero ella está desconfiada de que pueda hacerlo, de todas formas no me molesta. Cuando llegamos al restaurant y pedimos una mesa, no puedo disimular mi cara de felicidad, y es que nos trataron como una pareja. Antes todos nos trataban como si fuéramos amigos, eso me molestaba y siempre les recalcaba los anillos de casados que llevábamos.

Ahora que lo pienso, hace mucho que no como en un restaurant ya que Wonsik siempre prefirió algo más familiar, lugares llenos de gente vulgar y pobre, pero con amor y cariño en la mirada. Malditos pobres. Viéndola ahora, toda elegante al pedir su comida con total naturalidad me da la impresión de que es alguien diferente, creo que ser una ricachona cambio un poco sus gustos.

—¿Cómo fue nuestra boda? —pregunto antes de beber de mi vino, esto es exquisito.

—No puedo creer que olvidaras eso —se queja indignada, suspira y agarra su copa con vino—. Fue enorme, con mucha gente, la mayoría parientes tuyos. Para mi gusto, demasiado exagerado pero lo mejor fue cuando papá se emborracho y saco a bailar a tu madre —comienza a reír pero se detiene al ver mi expresión de confusión— ¿Qué pasa?

—¿Tus padres están vivos? —ella levanta una ceja por mi pregunta, está disgustada.

—claro que sí, ¿Por qué no lo estarían? —le sostengo la mirada solo para comprobar que no me esté mintiendo. No, no está mintiendo, entonces Wonsik hombre si lo hizo.

—nada, nada, es que mi memoria —digo fingiendo que mi cabeza duele, ella se preocupa pero antes de que pueda decir algo nuestro pedido llega.

Ravi me mintió ¿Por qué lo hizo? Él me dijo que sus padres habían muerto hace años en un accidente automovilístico. Ahora quisiera saber la razón de su mentira. Ya se me fue el apetito, tengo que dejar de pensar en él si ahora lo tengo aquí, solo que es ella.

Por Obra de ArteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora