Capítulo XVI

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Taekwoon se levanta de la cama y sale de la habitación, procurando hacer el mínimo de ruido. Todo está a oscuras así que se guía de la pared para llegar a la sala, va en silencio hasta que de nuevo choca con ese cuadro colgado del techo.

—Maldita sea —susurra acariciando su frente. Está al final del pasillo, sabe que hay un interruptor por ahí para encender la luz. Da con ella y al tener luz camina sin problemas hasta la cocina por un poco de agua, se sirve y cuando lleva el vaso con agua a su boca...

—¡Buuh! —escucha al tiempo que siente unas manos frías tocar sus brazos, pega un brinco del susto y su atraganta con el agua derramándose un poco sobre su remera. Volteo y Hakyeon se ríe sin hace mucho ruido mientras él toce.

—Me asustaste.

—Esa era la intención —ella no para de reír, Leo niega con la cabeza y sonríe al verla actuar como una niña— ¿No puedes dormir?

—Tuve una pesadilla —responde tomando más agua, ella apoya su espalda contra la mesada y le mira curiosa.

—¿Con que? —Taekwoon le mira de reojo mientras limpia todo el agua derramada del suelo con las servilletas de papel.

—Fue horrible, vi tu cara y me desperté muy asustado —bromea tirando las servilletas mojadas en el cesto de basura, ella se acerca y le golpea el brazo.

—No seas malo —le regaña ella dándole un golpe en la cabeza, él se ríe al ver que hace un puchero 'enojada' pero enseguida se ríe. Quedan en silencio unos segundos sin saber que decir.

—Hakyeon —susurra el mayor, ella le mira esperando a que hable, pero él duda, no está seguro de qué es lo que quiere saber, sólo quiere quitarse todas la dudas—, ¿Tú sabes por qué antes yo salía ser bueno y ahora ya no? Sé que tiene que ver contigo porque hasta ahora eres la única que no me ha contado nada —Hakyeon parece sorprendida antes sus palabras, pero enseguida baja la mirada y se lleva ambas manos a la cara jugando con sus cabellos, nerviosa.

—Sí... yo... eso es porque tú... —susurra sin mirarle, respira profundo—. Tú pasaste por una tristeza enorme que te alejo de todos —él le mira sin decir nada, quiere que le cuente todo y ella parece estar dispuesta a hacerlo—. Intentare ser breve —respira profundo y medita que decir unos segundos—: hace siete meses me entere de que estaba embarazada, estábamos tan felices, íbamos a tener un hijo, sobre todo tú, estabas tan feliz. Me prometiste separarte de Wonsik y dejar toda la farsa del matrimonia atrás para estar conmigo, teníamos grandes expectativas para un futuro juntos, los chicos estaban felices por nosotros y nos apoyarían —se muerde el labio y agacha la mirada—. Aun así todo se vino abajo cuando en mi trabajo se enteraron, soy asistente de Wonsik. Supongo que era muy extraño que alguien soltera estuviera embarazada, así que los acosos no se hicieron esperar. Estaba cansada de ellos así que les hice frente, pero todo término mal, muy mal —queda en silencio unos segundos, sintiendo sus manos temblar—. Todos me odiaban. Una de las chicas me empujo gritándome que era un zorra, caí por las escaleras, no era alto, ni me hice daño, sólo cuatro escalones... para mí no era nada, pero para el pequeño —Hakyeon se encoje a si misma abrazando su estómago, reprime los sollozos intentando ser fuerte. Leo a su lado no sabe qué decir, ni que hacer, está demasiado sorprendido—. Fue una pérdida tan grande para ambos, tú me culpabas de todo, tu dolor me hacía sentir como una completa basura así que decidí alejarme —ella levanta la vista y le mira a los ojos, le brinda una mirada triste llena de lágrimas que oprimen el corazón del mayor—. Lo siento, yo te abandone, necesitaba recuperarme, sólo pensé en mí y no en ti. Ambos nos destruimos mutuamente, nos separamos en vez de apoyarnos —se limpia las lágrimas y respira profundo—. Yo me fui de viaje con Ken para cambiar de ambiente, también se nos unió Hyuk, los tres me ayudaron mucho. Hace dos semanas volví para arreglar lo nuestro, pero tú eras tan indiferente conmigo, tan frio. Habías cambiado tanto, ese chico dulce y atento que una vez fue el amor de mi vida murió. Yo quería traerte de regreso, pero era casi imposible, no sonreías, no te importaban las demás personas, tratabas a todos como se te daba la gana y nadie te llevaba la contraria, dabas pena ¿Cómo discutir con una persona que sufre cada día de su vida? ¿Alguien que parece estar muerto en vida?

Por Obra de ArteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora