Advertencia: Si no ves la serie ''Orange is the new black'' puede que no entiendas algunas cosillas o puedes spoilearte.
Una aquí que es una apasionada fan ya está esperando la séptima temporada.
¡Disfruten!
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"¡Noooo! ¡¿Qué están haciendo?! ¡Sáquenme de inmediato! ¡¿Qué no saben quien mierda soy?!"
Gritaba una desesperada ojiverde apretando y sacudiendo sin éxito los fierros verticales que la aprisionaban en una pequeña, oscura y tenebrosa celda en una cárcel para mujeres ubicada en en un condado de New York, específicamente en Litchfield.
Lauren Jauregui, prestigiada hija y estudiante había sido puesta tras las rejas después de haber sido encontrada y revisada junto con otros chicos de papi fumando marihuana en un lugar no muy adecuado que digamos.
Y como las divas como Lauren Jauregui no corrían, fue la única arrestada y condenada en la comisaría, seguidamente trasladada a una pequeña e inmunda prisión, absolutamente todo lo contrario en donde Lauren pensaba que iba a estar en el inicio de sus vacaciones.
Tras haber insistido en llamar a sus familiares, quienes típicamente estaban en sus típicos viajes de negocios, no contestaron ninguna llamada, por lo tanto y debido al mal comportamiento con las autoridades dentro y fuera del lugar, su sentencia se había alargado a 15 días.
15 días en los que Lauren Jauregui iba a vivir en una cárcel de mujeres.
¿Cómo iba a sobrevivir quince largos días ahí?
Lauren continuaba gritando, enojada y desesperada, casi arrancándose el feo traje naranja de su cuerpo del asco y del coraje.
"¡Ya cállate, mierda!" Se escuchó el grito de otra chica detrás de ella. Con el corazón desbocado, Lauren se volteó de inmediato al notar que había alguien compartiendo la celda con ella y que no estaba sola como pensaba.
Nada reconfortante.
Con la poca luz que había, pudo observar unos ojos marrones que parecían furiosos. Vio aquella nariz fruncida y unos labios apretados, con el cabello alborotado como si hubiera estado un largo rato dormida.
Estaba tan en shock por el grito que ni cuenta se dio de que estaba zorreando abiertamente a aquella misteriosa chica.
"¡Y no vuelvas a gritar, quiero dormir!" Su voz sonó de nuevo un poco menos alta que antes pero la molestia no salía de sus palabras antes pronunciadas.
Lauren frunció sus cejas, volviendo en sí y apretó fuerte sus manos.
"¡¿Y QUIEN MIERDAS TE CREES TU PARA GRITARME, SUCIA HIJA DE PUTA?!" Gritó Lauren a todo pulmón, sintiendo como la vena de su cuello latía, sin importar que era de noche y que se suponía que deberían de estar en la cama. Pero ella no pertenecía a la cárcel y no tenía por qué seguir esas estúpidas reglas.
El arrepentimiento se hizo presente en su cuerpo de inmediato cuando aquellos ojos se abrieron de sorpresa, seguido de fruncirse, fácilmente pudiendo ver como se encendían.
La morena saltó desde la litera superior hasta el suelo, provocando que sintiera su corazón casi salirse de su pecho.
Lauren gimió asustada y ella sola se acorraló en la pared, donde Camila rápidamente puso sus manos a cada lado de su cabeza.
Sus ojos, oscuros y penetrantes la miraban intensamente. Su respiración estaba pesada y con la cercanía pudo apreciar que tenía un tatuaje en su cuello de alguna frase en cursivas que no logró leer, porque rápidamente tensó su cuerpo al sentir las manos calientes de la chica rodear y apretar levemente su cuello. Lauren cerró los ojos y tragó pesado, sintiendo que comenzaba a sudar del miedo.
