Antes que nada, quiero aclarar que me basé en un capítulo del libro "Besar a un ángel." Pa que no digan.
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Camila Cabello y Lauren Jauregui se habían conocido de una manera algo inusual.
En un simple circo. En el momento en el que una llama escupió a Camila, y sus palomitas y soda habían volado, cayendo justo en Lauren.
Lauren resultó ser una persona increíblemente amable, graciosa y llevada. Al punto en que meses después, manteniendo contacto, empezaron a desarrollar sentimientos por la otra. Tomando en cuenta que no eran novias, pero ya sabían que una era de la otra.
El problema era que ¡Lauren era la persona más reservada del mundo! Y Camila la más curiosa del Universo.
Apenas le había sacado su dirección, se había enterado por sí misma que tenía dos hermanos y descubrió que era latina ya que la escuchó hablar con su madre en español, obviamente a escondidas.
En una de sus tantas investigaciones, Camila descubrió que puedes saber mucho sobre una persona conociendo sus gustos. Y en otras de sus tantas pruebas fríamente calculadas, ya que Lauren era muy inteligente, descubrió que le gustaba la medicina.
En su lista secreta tenía miles de opciones, observaciones y métodos casi científicos, hasta que tuvo la idea perfecta, arriesgada, pero perfecta.
*
Después de una larga tarde en la playa, Camila y Lauren fueron a la casa de la morena a cenar -ya que vivía mas cerca- y a ver unas películas en Netflix; la mejor manera de terminar la noche, como diría la intelectual Lauren.
Ambas se sentaron en el gran sofá color café y escogieron una película de comedia, muy alejada de la situación, pero Camila aceptó al ver aquellos grandes ojos verdes penetrar su alma. Sí que sabía cómo manipularla, pero Camila estaba a punto de poner el cebo.
"Laur.." Camila fingió su voz cansada y enferma.
"¿Sí?" Lauren volteó a verla con esos hermosos ojos verdes. Casi se sintió culpable.
"Creo que tengo una infección en el oído..." Lauren dejó los platos que tenía en sus piernas y los puso en la mesa. La miró con tal preocupación que a Camila le remordió la conciencia.
"¿Te duele el oído?" Preguntó Lauren. "Se te metería agua en los oídos o..." Fue interrumpida. Mientras menos escuchara su voz preocupada Camila cometería su misión.
"Un poquito nada más. No mucho.. Quizá sí."
"Tenemos que ir al médic.." Lauren se empezara a parar. Camila la detuvo.
"¡No! Digo.. No creo que sea tan grave.."
"No voy a dejar que te quedes así, puede ser cualquier cosa." Empezó a buscar las llaves de su auto en la chaqueta. Camila la alcanzó, tomandola de los hombros.
"Supongo que tienes razón..." Camila vaciló. Era ahora o nunca. "Tengo una idea... ¿Te importaría mirármelo tú?"
Lauren se quedó quieta.
"¿Quieres que te examine yo el oído?" Preguntó Lauren seriamente. No había ninguna pista de gracia. Camila casi tembló por su tono de voz y asintió.
"Sí.. Es decir, no creo que sea tan difícil.. A menos que tu trabajo secreto sea recogedora de basura o.."
"No soy basurera."
"Vale. Entonces hazlo." A Camila casi se le agitó la voz por la autoridad que uso. Lauren seguía tensa en su mano. Pero no dijo nada. Camila contuvo los nervios y disimuladamente apagó la tele en la película que jamás pusieron atención.
