Lauren se dirigió a donde siempre iba después de clases. A la biblioteca. Lo que era ilógico, ya que ella iba a la biblioteca de la escuela.
La encargada del lugar ya conocía a Lauren, así que solo la saludó con una amable sonrisa y Lauren entró feliz a buscar el libro que quería esa semana.
Lo encontró con facilidad y se sentó en su lugar favorito, una esquina con un hermoso sillón color pistache, con una mesita enfrente donde ponía sus cosas y cerca una gran ventana que daba a la salida de la escuela.
La biblioteca siempre estaba casi vacía, solo habitada por Lauren, Ally -la encargada- y alguno que otro nerd como ella escondido por ahí.
Miró unos segundos por la ventana que le proporcionaba una maravillosa luz, y por ahí, entre la gente y sus amigas divas, la vio.
Camila...
Ella se veía tan malditamente guapa con su chaqueta negra, su polera gris y los pantalones negros apretados abrazando sus largas piernas. Lauren vio intensamente como Camila subía a su moto, su largo cabello marrón agitándose con la pequeña brisa mientras se colocaba unas gafas negras. Finalmente arrancó, junto con sus demás amigas detrás y salió de la escuela.
Camila siempre había sido una "chica mala" por así decirlo. Siempre estaba metida en peleas, hacía bromas pesadas y caminaba como malota con su chaqueta por el pasillo. Pero la mayoría de veces, ella estaba metida en peleas ya que defendía a otros chicos que eran abusados por otros mayores. Y obvio, ella siempre ganaba. Era como una especie de Robin Hood.
Su pequeña Robin Hood -como le gustaba llamarle en secreto.
Siempre le había gustado Camila, desde que había ingresado a esa escuela. Camila iba un grado más que ella, así que casi nunca la veía y cuando lo hacía, se tomaba su tiempo adorándola.
Aunque después de todo, Lauren no tenía esperanzas. Para ella, era obvio que Camila no la conocía. Que no tenía una idea de su existencia. Y casi tenía razón; Camila si sabía quien era, la había visto una vez. La vez que Lauren se le había quedado mirando fijamente en la cafetería. Habían mantenido contacto visual unos segundos después de que Lauren se había sonrojado y había apartado la mirada. Camila pensó que tenía bonitos ojos, pero eso fue todo.
Volviendo de su trance, Lauren sacudió la cabeza y volvió su vista al libro que tenía en sus manos titulado "Carrie" de Stephen King.
El tiempo voló y Lauren estaba tan sumida en el libro que ni siquiera se había dado cuenta cuando apagaron las luces y Ally apareció frente a ella agitando las llaves con su mano.
-Aló?? Lauren?? -Llamó la pequeña. Lauren se sobresaltó y levantó la mirada. -¿Sabes que horas son?
-Emmm, ¿Las...4? -Preguntó insegura. Ally le mostró la pantalla del celular. -¿LAS 8 Y MEDIA?
-Sí, -Río-, pero no te preocupes, confío en ti y puedes quedarte el tiempo que quieras, toma -Le entregó las llaves.- Solo asegúrate de cerrar bien la puerta y... ni le digas a nadie. -Dijo Ally con una sonrisa tierna.
-Wow, gracias Ally. -Dijo Lauren sonriendole a la pequeña. Ally solo se encogió de hombros con una pequeña sonrisa, le dio un beso en la cabeza y se fue, dejando toda la biblioteca al alcance de Lauren.
El sonido de la puerta principal cerrándose resonó por la vacía habitación y Lauren esbozó una grande sonrisa.
Se abrazó del libro contra su pecho muy feliz y continuó leyendo lo que le faltaba.
***
Ya iba a la mitad del tercer libro que había tomado cuando de repente escuchó la puerta principal abrirse. Miró rápido hacía un lado pero al voltear la luz se apagó. Casi sintió como comenzaba a temblar de miedo y a ciegas buscó su celular para aluzar.
