Había sido un día terriblemente malo para Camila.
La universidad no era como lo describían en los libros y en las películas. Era groseramente lo opuesto.
Apenas había entrado hace unos meses y estaba hasta el tope de proyectos, tareas y exámenes y apenas tenía tiempo para respirar.
En cuanto llegó a su habitación, se tiró a la cama y cerró los ojos.
No era tan tarde para dormir, pero su cuerpo pedía una relajació inmediata.De repente recordó algo que la podría ayudar.
Se dio vuelta, acostándose sobre su espalda e inspeccionó el lugar. Su compañera de cuarto, Lauren, aún no llegaba, así que rápido se quitó sus molestos pantalones, la blusa y toda la ropa que le estorbaba.
La relación entre Camila y Lauren era normal, como cualquier otra amiga o compañera de cuarto. Se repartían los gastos de las compras, la limpieza y los otros gastos del cuarto. No se veían mucho que digamos, ambas estudiaban y en cuanto llegaban, solo se saludaban e iban a dormir y en los fines de semanas ambas salían a visitar a sus familias o descanzaban.
Se echó a la cama y se acomodó lo más cómodo posible, tratando se imaginar algo sexy. Pero por alguna extraña razón no podía imaginar nada. Así que sin pensarlo tomó su móvil y buscó algo interesante.
Encontró su página de porno favorita y buscó un buen video, pero tampoco había nada nuevo. Se frustró un poco y empezó a mover su mano simplemente, y sin querer, su mente se fue a cierta chica de ojos verdes.
No supo por qué, ni como, ni cuando, pero continuo moviendos su mano más rápido. Su respiración se hizo más elavorada y abrió sus piernas un poco más y acarició todo su centro, acariciando con más presión y precisión.
Lamió sus labios secos y con su mano libre acarició su estómago y sus pechos, sintiendo sus pezoned erectos y suspirando de placer.
Su piel estaba más caliente y su respiración más pesada. Frotó su clítoris unos momentos más antes de introducir uno de sus dedos lentamente.
Gimió y metió otro, moviendolos rápidamente al imaginar a Lauren desnuda sobre ella. Se había fijado que tenía bonito cuerpo una vez que la vio llegar del gimansio. Sudada, acalorada y con ropa muy pequeña.
Sentía que ya estaba cerca a pesar de haber empezado, pero necesitaba esto más que nada. Necesitaba una liberación ya.
Movió su mano lo más rápido posible, su respiración se atoró en su garganta y gimió sintiendo su humedad empezar a salir.
"¿Necesitas ayuda con eso?" Escuchó una voz. Esa voz. Paró en seco, aterrorizada, frustrada y con el corazón latiendo a mil. Lauren estaba apoyada en el marco de la puerta, con una media sonrisa y su mirada fija en su cuerpo desnudo.
"L-Lauren, yo" Habló nerviosamente Camila. Cerró sus piernas de inmediato y buscó algo con que taparse, pero no habían ni siquiera sábanas. Abrió grande sus ojos cuando vio a Lauren caminar hacia ella, quitandose su camisa en el proceso. "L-Lauren, ¿Qué haces?"
"Quiero ayudar" Planteó y se subió a la cama, desabrochando su brassier. Camila miraba todo impactada, y Lauren al ver que no la detuvo, sonrió y le lanzó el brassier a la cara.
Con una pequeña sonrisa, Camila quitó la prenda y la vio bien. Era tan sexy. Sin pensarlo, se levantó y la tomó del cuello para besarla apasionadamente. Lauren no se resistió y se subió encima de ella, aprisionandola entre sus brazos.
Lauren mordió su labio inferior sensualmente y se lo llevó a la boca, succionándolo. Camila aguantó un gemido y agarró fuerte el trasero de la ojiverde, causandole un jadeo.