"Te me cuidas mucho, niña." El tío de Lauren la abrazó por última vez, mientras una sonrojada Lauren asentía.
Una semana después de que Camila se había marchado, le dio tiempo a Lauren para organizarse, despedirse y prepararse para volver por ella, ya que era una de las primeras veces en las que Lauren iba a la ciudad.
La ojiverde besó la mejilla de su tío ya que este metió las maletas en la cajuela del auto de Camila.
"No se preocupe señor, está dejando a Lauren en buenas manos. La cuidaré muy bien." Dijo Camila con una sonrisa de lado formándose.
Lauren rió, pensando en otros significados y Camila le guiñó un ojo.
Miró todo alrededor por última vez. El cielo azul y despejado, el olor a tierra mojada, en el fondo los animales, el viento que movía su cabello... Cerró los ojos e inhaló profundamente, llenado su pecho de aquel aire fresco.
Se dio unos segundos y abrió sus ojos, sonriéndole a su tío y finalmente entrando al auto. Se abrochó el cinturón como Camila lo indicó y el auto arrancó, levantando mucho polvo por detrás y Lauren muy feliz viendo todo el paisaje desaparecer frente a sus ojos. Volteó, mirando hacia enfrente y suspiró, formándole una gran sonrisa a Camila.
"¿Estas nerviosa, bebé?" Habló, mirando como Lauren se sonrojaba. Tomó la mano que estaba en su pierna y la apretó al ver como sonreía y asentía.
"No te preocupes, no me voy a separar de ti y voy a hacer que te sientas lo más cómoda posible." Habló Camila, mostrándole confianza. La ojiverde sonrió y besó su mejilla.
"Gracias por esto, en serio."
"Es un placer." Contestó Camila, con una satisfecha sonrisa.
Desde esa mañana, su mente estaba nublada en pensamientos morbosos con Lauren. No la malinterpreten, pero teniendo a una chica como Lauren de novia no podía frenarse.
Hacía una semana casi que no veía a Lauren y al verla tan temprano, tan fresca, deslumbrante y con pantalones apretados, se había agradecido profundamente a sí misma haber traído falda.
Los minutos pasaban largos, hablaban de cosas banales, escuchaban la música en bajo volumen, todo muy tranquilo, excepto Camila y sus hormonas.
Tras unos minutos, el auto empezó a orillarse, parando unos segundos después. Lauren confundida, volteó a verla, para encontrarse a Camila mirándola igual, mordiendo su labio y sus ojos registrando su cuerpo.
"No puedo esperar hasta llegar a casa." Camila se desabrochó el cinturón del asiento y se subió a las piernas de Lauren con algo de dificultad, desabrochando el cinturón del asiento y el de su pantalón. Por supuesto, Lauren no protestó y tomó su rostro para recibir un necesitado beso por parte de aquellos labios sedientos.
Camila suspiró en sus labios, sintiendo las manos de Lauren apretar ambos senos sobre su blusa.
Sus respiraciones estaban ya un poco aceleradas, el deseo comenzaba a tomar sus cuerpos, haciendo la necesidad mas urgente.
Desabrochó el pantalón de Lauren y no fue necesario adentrarla para sentir su prominente erección asomarse.
"Te extraño, bebé" Gimió Camila, levemente frotándose sobre Lauren.
"Ha pasado como una sema.." Casi rió Lauren.
"Calla, nunca dejaré de desearte." Finalizó, robándole un beso tan lujurioso que Lauren pareció quedar sin dudas.
Camila sin perder tiempo comenzó a desabrochar su pantalón, sus palpitaciones y su desesperación creciendo cuando sintió el calor y la dureza que el miembro de Lauren desprendía.
