Camila's Pov
Estaba tirada en toda mi gloria cuando de repente la puerta de mi cuarto se abre bruscamente. Volteé un poco alarmada y era mi madre con un pañuelo en la cabeza y guantes de limpiar puestos.
"¡Mila, hay nuevos vecinos!" Dijo mi madre un tanto emocionada. Levanté las cejas y me acomodé más en mi cama.
"Que bueno, ma. Salúdamelos" Dije y cerré mis ojos. Pero la paz no llegó a mi al sentir las manos de mi madre sacudirme.
"Mueve tu flojo trasero, hay que darles la bienvenida" Y escuché la puerta cerrarse. No sé cuanto tiempo pasó, me estaba quedando dormida hasta que escuché el grito de mi madre
''CAMILAAAAAA''
Me levanté asustada y corrí a la cocina con los ojos medio cerrados. ''Ya, ya, ¿Qué pasó?
''Ve a darles esta tarta y diles que son bienvenidos, ándale.'' Me entregó la tarta y antes de que pudiera decir algo yo estaba afuera de casa y mi mamá cerrando la puerta tras de mi.
Bufé y caminé hasta la casa -la cual era la de enseguida, y vi unas cajas en la entrada y la puerta abierta. Miré unos segundos, tratando de buscar a alguien, pero no vi a nadie.
Estaba considerando dejar la tarta en la entrada e irme, pero justo en ese momento unos preciosos ojos verdes se encontraron en mi camino.
Nos quedamos unos segundos en silencio hasta que hablé.
"Emmm, ¿está tu mamá?" Pregunté y ella rió. Amé su risa y su sonrisa.
"Sí, en California." Dijo con una sonrisa. "¿Esa tarta es para mí? Cambió el tema bruscamente.
"Emm, sí, de bienvenida.." Dije sintiendo mis mejillas quemar y se lo entregué. Lo agarró, inspeccionándolo y me volvió a mirar de nuevo, esta vez como analizándome a mi.
"Gracias, ¿Quieres pasar a probarla conmigo?" Preguntó con una sonrisa coqueta. Me tomó por sorpresa la pregunta.
"Tengo -Tengo que pedirle permiso a mi mamá." Dije y de repente me sentí ridícula. Negué con la cabeza y sonreí un poco tímida. "Esta bien."
Ella sonrió, mordiéndose el labio y se movió al lado para dejarme pasar.
"Voy a meter las últimas cajas, espera un momento." Puso su mano en mi hombro y se apresuró a salir. Me tomé unos momentos para ver su estupendo cuerpo cubierto solo por una camisetita blanca y unos shorts de mezquilla muy pequeños.
Escuché que aseguró su auto, metió otras cajas más y cerró la puerta con seguro.
"Disculpa el desorden, como acabas de ver me acabo de mudar y he estado todo el día de aquí para allá." Dijo apresurada, pasándose la mano por la frente. Yo solo asentí embobada y ella soltó un largo suspiro, luego rió bajito.
"Espero no te moleste, pero quiero ir a tomar una ducha... Si quieres puedes esperar en el sofá y ver la t.v., creo que está bien instalada." Ella sonrió como orgullosa y yo solo murmuré un "Está bien."
"Ya vuelvo, que esa tarta no se comerá sola." Reí y ella tocó mi hombro, subiendo por unas escaleras que estaban a unos pocos metros de nosotras.
Sola ahora, me quedé inspeccionando el lugar. Las casas eran iguales pero esta había sido modificada un poco, ya que tenía una gran ventana al patio trasero, que daba a una piscina y unas sillas de playa acomodadas hacia el frente junto con un pequeño asador.
No había mesa, pero había una barra con una alacena con platos que no parecían acomodados aún.
Frente a mi, un largo sillón color café fuerte, un silloncito circular frente a este y en frente un mueble sin decoraciones con una gran televisión plasma con bordes rojos. Me pregunté si sus padres serían ricos. Luego me pregunté su edad, ya que parecía que vino sola, y algunas otras millones de preguntas sobre ella me atravesaron.
