—Joder, amigo, ¿qué diablos fue eso?

—No lo sé—digo, y me sorprendo al darme cuenta de que estoy jadeando un poco. —No sé, yo —suspiro—no sé si creerle, Harry, y Keyra es mi novia, me siento culpable. 

—Si te hace sentir culpable, significa que deberías ignorar a Megan, hombre —lamo mis labios, como si eso fuese a calmarme. Harry parece haber leído mi mente cuando agrega —. Pero si crees que ella podría estar diciendo la verdad... —hace un gesto con sus cejas, frunce los labios—supongo que entonces deberías preguntárselo directamente. 

—Oh, mierda —murmuro. 

Me dejo caer sobre la cama, flectando mis rodillas del mismo modo que en el suelo, pero ésta vez el resto de mi cuerpo está estirado, a excepción de mis brazos, que cubren mis rostro cruzándose sobre mi cabeza. 

Harry se queda en silencio, dándome espacio para seguir ahogándome en mis pensamientos por algunos minutos que parecen alargarse, hasta convertirse en una verdadera eternidad. 

Ya es de noche. 

Harry enciende la luz. 

—Creo que ya es hora de ir al salón de descanso —dice. 

Suspiro al recordar que iríamos. ¿Cómo se supone que actúe ahora? Aún no ordeno mis propios pensamientos, y siento que mi yo interno sigue gritando desesperado por respuestas a todas las dudas que tengo guardadas. 

—¿Crees que puedas ir? —pregunta. Él de algún modo logra siempre comprender lo que estoy pensando, y sospecho que eso podría deberse a todos los años que llevamos siendo compañeros de cuarto. 

Tengo que ir. No tengo una excusa y supongo que debería afrontar las cosas.

—Sí, voy a ir. 

Cuando llegamos al salón de descanso, sólo Zayn está ahí y creo que no ha llegado hace más de dos minutos, para abrir la puerta y encender las luces, nada más. Compró palomitas de maíz, pero no parecen ser suficientes para todos nosotros, por lo que Harry nos deja para ir por más.

Mientras tanto, Zayn y yo nos ponemos en cuclillas frente al televisor, para encenderlo junto al reproductor de DVDs. 

—Ésto es lo único bueno que encontré en el local de arriendos—dice, indicando a la caja de DVD que se encuentra en el suelo.

La recojo para observar la carátula y título de la película. Hay una chica de cabello corto y alborotado, de un color rojo muy fuerte para ser real y a su derecha, en grandes letras rojas y alargadas pone «Corre, Lola, corre»

No se ve muy prometedora, pero podríamos darle una oportunidad. De todas maneras no sé si llegue a concentrarme mucho en el film. 

Todo mi cuerpo se tensa cuando escucho las voces de las chicas aproximarse desde el corredor. Ellas entran y nos saludan con un ruidoso «Hola chicos». Los dos nos volteamos un segundo para responder y volvemos a lo nuestro con el reproductor y la película, mientras ellas se acomodan al fondo de la sala. Dos minutos después vuelve Harry, junto a Liam y Louis. Ya estamos todos, y la película está lista para ser reproducida. 

Alguien se encarga de apagar las luces y yo le doy al botón de play.

Me siento estúpido al analizar todos los posibles escenarios de dónde podría sentarme, pero finalmente me acomodo junto a Keyra, obviamente. Debería simplemente olvidarme del asunto, al menos hasta que hable con ella, pero me es completamente imposible mirarla sin recordar las palabras de Megan y repetirlas un millón de veces en mi mente. 

—He soñado contigo—susurra una vez que comienza la película—. Y me he despertado con ganas de besarte. 

Mierda.

Keyra en las nubes (fanfic n.h)Where stories live. Discover now