Siempre se ven inquietas cuando cuchichean, y sus expresiones faciales cambian en cosa de segundos, pasando por todas las emociones posibles. 

—Las chicas son extrañas—digo. 

—Dímelo a mí—interviene Louis, que acaba de sentarse junto a nosotros. —¿Vas a comerte eso, Niall? 

Miro la mitad de mi pie de limón en mi plato, luego le miro con recelo, y ahora no sólo sabe que sí voy a comermelo, también sabe que si se atreve a tocarlo, tendremos problemas. 

—Bien, no lo tocaré—dice con tono exagerado, levantando las palmas como quien es amenazado por una pistola.

Me termino el pie en poco tiempo y sólo me queda la mitad de la taza de chocolatada. Mis ojos vuelven a tropezar sobre la mesa de las chicas. Miro tranquilo, porque el lugar en el que estoy no me delata, en realidad es cómodo. 

Keyra hace callar a Toffee, mirándola con el ceño fruncido. Se ve graciosa haciendo esa expresión. Toffee se encoge de hombros y las tres vuelven a inclinarse hacia adelante, encima de la mesa para estar más cerca y oírse bien las unas a las otras. Toffee vuelve a enderezarse y parece no estar de acuerdo con las otras dos. Keyra dice algo, y Brandy niega con la cabeza, Toffee sigue en desacuerdo, e insiste en discutir con ellas. Suspira y se desliza sobre sus brazos, se desarma sobre la mesa. Brandy comeinza a hablar, apunta a Keyra con las puntas de sus dedos, su mano estirada en el aire, entonces Keyra sonríe y baja la mirada avergonzada. Sus labios se mueven en forma de "gracias Brandy". Ahora las tres sonríen. Se ven muy lindas. 

Son muy lindas.

Las tres se ríen, y cinco segundos después, están muy serias de nuevo. Raras.

Quisiera ir a besarla. Por un momento imagino que me armo de valor, que tengo el coraje de ponerme de pie, caminar hacia ella con decisión, sentarme a su lado y besarla. Besarla como si fuera algo común, algo de cada día. Ella sonreiría después, quizá incluso se reiría, y yo tomaría un mechón de cabello rebelde sobre su rostro para ponerlo detrás de su oreja. Las chicas sonreirían y tal vez dirían a coro algo como "son tan adorables, chicos", y me uniría a su conversación. 

No lo hago, desde luego.

Unos minutos después, se ponen de pie y dejan sus platos vacíos sobre el mesón. Salen del galpón sin habernos visto.  

Es el día de ramas, por lo que es el único momento del día en que las veo, a excepción del almuerzo, que también es en el galpón, pero los monitores de la rama femenina se adelantaron, por lo que sólo pudimos decirles hola desde lejos cuando ellas estaban saliendo y nosotros entrando. Keyra se veía preciosa, porque había tomado todo su cabello en una cola, en la parte más alta de su cabeza. Y porque sonrió al verme.

Por la noche hay una fiesta, pero ella no asiste. Dicen las chicas que no se sentía bien, aunque Toffee admite que piensa que ella sólo estaba desanimada. ¿Por qué? Ni idea. Ella siempre se ve animada, por eso es que creo que dijo la verdad.

En medio de la fiesta, Toff y yo salimos a dar un paseo en la arena, comenzando por el mismo lugar en el que estuve ayer con Keyra, un poco más temprano. No puedo hacer más que recordar cómo chillaba y gritaba, y sonrío sin darme cuenta. Hasta que mi amiga irrumpe en mis pensamientos.

—Siento interrumpir—dice. —¿Estás pensando en mi hermanita? —canturrea. 

Me río porque no sé qué responder, entonces me encojo de hombros, todavía sonriendo. Se sentiría demasiado extraño decir "eh, me gusta tu hermana, Toff". 

—Pienso que se verían muy lindos juntos—dice. 

—¿Eso crees?—pregunto, tratando de sonar lo más desinteresado posible. 

Corre mucho viento y hace que todo su cabello vuele por encima de su cara. En tres minutos se ha hecho el pelo a un lado como veintecinco veces. 

—Sí. —asegura. Vuelve a correrse el cabello. —¿Te gusta, Niall? 

Creo haber tenido esta conversación con ella antes. 

—Quiero decir, ¿te gusta en serio? 

Reprimo una risa, suspiro. —Sí, Toff. Me gusta en serio. 

Mi corazón late más fuerte al saber que estoy hablando sobre ella con una de mis mejores amigas. Con su hermana. Me siento como un chiquillo, pero no puedo evitarlo, siento cosas. Sonríe con suficiencia, con el regocijo de haber logrado algo.

—Tú también le gustas—dice. —Me siento una perra en este momento, por estar diciéndote esto. Keyra me mataría. Pero quiero que estén juntos, Niall. 

A éstas alturas, estoy a punto de tragar mi propio corazón. Siento que me palpita en la boca del estómago, que sube hasta mi garganta y late prácticamente en mi lengua. Claro que lo sospechaba, pero que su propia hermana confirme que yo le gusto a ella también, hace las cosas muy diferentes. 

Miro al suelo mientras caminamos. Llevo mis manos en los bolsillos, y no dejo de sonreír. 

—Quieres que estemos juntos—repito riendo. 

—Sí. Keyra es especial. 

Lo es. 

—Sí. —digo. —Por eso me gusta. Es tan exótica. 

Ella deja de caminar, por lo que me detengo también. Por primera vez en un buen rato, levanto la mirada. Toffee entorna sus ojos para evitar el viento dentro de ellos. —Es que creo que se merecen mutuamente—sonríe. 

—Vaya. Gracias, Toff. 

Me guiña un ojo. 

—Una cosa—dice. Se pone seria de la nada, tal como han hecho en el casino, durante el desayuno. —Que le hagas daño, Nialler, y juro que te corto el miembro y te lo pego en la frente. 

Sé que la amenaza va en serio, pero no me pidas que no me ría, porque ésta Toffee Hoult está completamente chiflada. ¿Qué clase de chica te amenaza de ese modo? Sólo ella, porque es jodidamente genial. Aunque aterra como el infierno oír algo así. Y peor si viene de ella.

Después de reírme en su cara por largos segundos, lo acepto. 

—No pienso hacerle daño—digo. 

Me odiaría a mí mismo si lo hiciera. Esa es la verdad.

Keyra en las nubes (fanfic n.h)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora