contrato de... amor?

Deudas de honor

Deudas de honor

Era una cálida tarde de julio y el sol brillaba en todo su esplendor mientras tres amigos iban llegando al hogar de uno de ellos festejando por su más reciente adquisición.

- ¡Les dije que conseguiríamos entradas! - exclamaba cierto rubio extremadamente contento mientras subían las escaleras - Y tú Gaara que dijiste que no encontraríamos porque ya estaban agotadas.

- Yo no dije que no encontraríamos. Dije que NO deberíamos haberlas comprado, ¿Qué no se suponía que por eso habías comprado un nuevo televisor, Kiba?

- Así había sido pero vamos Gaara, es el juego más importante de la temporada. Dime, ¿A ti no te gustaría ver en vivo como el equipo de la Universidad Central aplasta al de la Universidad de Suna? - cuestionó abriendo la puerta del apartamento - Valieron la pena las dos horas y media que intentamos convencer al dueño del equipo para que nos diera entradas y...

- ¡¿Qué ustedes hicieron qué? - gritó una rubia frente a ellos.

- Ino - dijo Kiba en un suspiro. Su novia estaba más que enfadada.

- ¿Así que no asistieron al desayuno que habíamos planeado por irse a conseguir unas estúpidas entradas para un estúpido juego?

- Tranquilízate Ino - pidió Naruto mientras se acercaba a su amiga - El juego no es estúpido. Es el encuentro entre la Universidad Central y la Uni...

- ¡Cállate, Naruto! - exclamó haciendo que el ojiazul se encogiera en hombros - Iniciaremos la nueva gira en menos de un mes, acordamos pasar tiempo juntos y ayudar a Sakura con el inicio de los preparativos de su boda, esa había sido la razón por la que habíamos quedado en desayunar juntos, ¡¿Y ustedes faltaron por ir a conseguir entradas para un juego de football?

- Tranquila Ino. Respira - pidió Sakura acercándose a ella para poner la mano en su hombro. La rubia jaló a los tres chicos hacia el interior de su apartamento y luego cerró la puerta de golpe. Tenten y Hinata estaban sentadas en la estancia.

- ¡¿Acaso creen que eso es lo que las familias hacen, bola de inútiles desconsiderados? - cuestionó gritando tan alto que cualquiera pudo jurar que los vecinos la habían escuchado. Los chicos agacharon las miradas.

- Lo sentimos, Sakura-chan - dijo el rubio con arrepentimiento - Gaara nos advirtió pero pensamos que tal vez ustedes como chicas podrían hacerlo mejor que nosotros.

- ¡Eso no bastará para que se disculpen! - exclamó Tenten molesta, poniéndose de pie - ¿Qué van a hacer para compensar su idiotez, eh?

- Nosotros pues... - intentó decir Kiba aunque después todo fue silencio.

- Yo sé cómo - dijo Ino con una sonrisa de satisfacción en el rostro. Su mente era muy ágil cuando de encontrar castigos se trataba - Haremos una apuesta.

- Ino, yo creo que no es necesario - interrumpió Sakura.

- Por supuesto que es necesario - volteó a ver a los chicos - ¿Qué dicen? ¿Se animan? - los tres la miraron cautelosos. Esa expresión en el rostro de Ino no parecía ser buena señal.

- De acuerdo - dijo Naruto finalmente - ¿En qué consistirá la apuesta? - la rubia buscó papel y pluma para escribir los términos de aquel convenio. Luego de un par de minutos lo dio a conocer - ¡¿QUÉ? ¡¿Acaso te has vuelto loca, mujer? - exclamó el rubio - ¡NO! Me niego rotundamente.

- ¿No crees que estás exagerando un poco, cielo? - cuestionó Kiba algo nervioso al ver en qué consistía la apuesta. Gaara sólo se limitó a tragar saliva - No hay razón para hacer algo así.