contrato de... amor?

un desastroso primer encuentro

Los primeros rayos del sol atravesaban por la ventana de la habitación y comenzaban a iluminar el rostro de Sakura. La radio del despertador tenía varios minutos sonando, dejando escuchar una canción a la mitad.

[...it's over now/ what have you done? / ...I, I've been waiting for someone like you/ but now you're sleeping away/ Why? / Why does fate make us suffer? / There's a curse between us / between me and you/ would you mind if I kill you? / would you mind if try to / 'cause you have / turn into my worst enemy / you carry hate that...]

[Within temptation feat Keith Kabuto / What have you done?]

Por fin, Sakura decidió estirar su mano para apagarlo, pero no calculó y el despertador terminó en el suelo.

—¡Maldición! —dijo la pelirosa al oír el golpe, talló sus ojos jades y se estiró para levantar el aparato—. ¡No puede ser, son las 7:35!

Rápidamente se levantó de la cama, pero sus pies se enredaron con las sábanas y terminó cayendo al piso, pataleó para quitárselas y corrió hacia el armario para alcanzar su uniforme. Era más serio que el de las otras preparatorias de Konoha: blusa blanca, falda gris, saco negro, corbata roja y calcetas y zapatos negros. Se vistió y se peinó, luego fue hasta la cocina, sacó un paquete de galletas de la alacena y se dirigió al refrigerador.

«No hay leche, debí haberla comprado ayer», dio un gran suspiro, —En fin, creo que la compraré cuando regrese del trabajo —cerró la nevera, tomó una galleta y salió de su apartamento.

Iba caminando por la calle hasta que escuchó que alguien gritaba su nombre, dio la vuelta y vio que se trataba de su mejor amiga.

—¡Buenos días, Hinata! —dijo a la chica de cabello azulado y ojos perla que se acercaba corriendo hasta ella.

—¡Buenos días, Sakura! Creí que no te alcanzaría, caminas muy rápido.

—Perdón, pero es que ya es un poco tarde, ¿no crees?

—¿Tarde? No, son las 7:30.

—¡Qué! —exclamó Sakura al ver el reloj de su amiga—. Volví a ponerle mal la hora al despertador, creí que era más tarde.

—Siempre tienes problemas con tu despertador, tal vez deberías comprar uno nuevo.

La pelirosa negó con la cabeza. —Está bien, la culpa la tengo yo por ser tan distraída.

Ambas siguieron su camino hasta que llegaron a la escuela. Era el instituto más importante de todo el País del Fuego y uno de los de mayor prestigio en todo el mundo. Muchos estudiantes llegaban de todas partes para realizar el examen de ingreso, pero muy pocos lo conseguían dado que sólo había cuatro clases por grado y los grupos eran de treinta alumnos. Iban cruzando la entrada cuando Sakura volvió a escuchar que gritaban su nombre, aunque esta vez se trataba de un chico.

—¡Hola, Naruto! —le dijo al chico rubio de ojos azules que se acercaba corriendo con una rebanada de pan tostado en la boca y un envase de leche en la mano—. ¿Otra vez te quedaste dormido?

—Hola, Sakura-chan. Y no, no es eso, es que estaba revisando unas cosas en la web y se me pasó el tiempo.

—De seguro eran páginas pornográficas, ¿verdad?

—¡Claro que no!

—No te creo, vamos Hinata.

—Ah, hola, Hinata-chan —dijo con una sonrisa el rubio hacia la chica que acompañaba a su amiga—. ¿Cómo estás?

—Ho-hola, Naruto-kun, e-estoy bien —respondió la ojiperla mientras un leve sonrojo cubría sus mejillas. Al verla, Naruto se acercó a ella y colocó la mano en su frente.