No es que seamos prácticos. Es que morimos de hambre y no queremos pensar demasiado. 

—No sé ustedes, pero yo no pienso esperar más para jugar a ésta cosa. —Dice Zayn en cuanto corta la llamada con la pizzería, mostrándonos la carátula del GTA IV. 

No sé cuánto rato llevo arrancando en un carro exótico y arroyando a cuánto ser viviente y objeto grande se atraviesa en mi camino, cuando Liam vuelve a entrar en la habitación y un delicioso y graciento aroma a pizza me hinunda las fosas nasales. De pronto creo que es un buen momento para dejar de jugar. 

Una vez que Harry abre la primera caja, sus mejillas adquirien un liviano y casi imperceptible color rosa, por el aire caliente que la pizza emana. Sonríe, casi con malicia. —El amor es bueno. —Dice — Y hoy se presenta en forma de pizza. 

—Amén —Digo. Y todos comenzamos a comer.

El resto de la noche se resume en más pizza y más horas de jugar GTA, pegados a la pantalla del televisor que conecta con la consola. 

A la mañana siguiente me sorprendo al ver a Keyra sentada sin Toffee a su lado, cuando entro en el salón. Harry y yo tomamos nuestros lugares y dudo si voltearme a hablarle o no, pero Harry se me adelanta. 

—Hola, compañera nueva. ¿Puedo seguir llamándote así, o prefieres Keyra a secas? —Lucho contra la tentación de darme en la frente con la palma de mi mano. Qué pregunta tan estúpida. 

Aunque para ella no lo parece en absoluto. Pues levanta la mirada hasta nosotros en cuanto oye a Harry y, con toda la naturalidad del mundo, responde: —Prefiero Keyra, pero no a secas. 

Vaya. 

—¿No vendrá Toff? —Intervengo.

Ella resopla y niega con la cabeza. —Amaneció muy enferma. 

Brandy se acerca a nosotros y toma el puesto de Toffee. —Hola chicos. Hey Keyra, ¿te molesta si reemplazo a Toff por hoy? Quisiera hacerte compañía. 

Ella dibuja una sonrisa tímida en su rostro y sus ojos parecen iluminarse. —Claro —dice, casi agradeciéndole con el tono de su voz. 

Siempre he rescatado la capacidad de empatía que Brandy posee, pero más aún, la forma en que lidia con diversas situaciones. Quiero decir, probablemente todos nosotros pensamos, en ese preciso momento, que era una lástima que Toffee se enfermara justo en los primeros días, donde Keyra seguramente se sentiría algo incómoda al no conocer a nadie. Pero sólo Brandy actuó de forma tan natural y resolvió el problema con esa facilidad que sólo ella puede.

Entonces, nos pasamos todo ese día los tres, haciéndola sentir cómoda y sacándole miles de risas a cada rato. Todo lo que logro observar en ella hasta el momento es su timidez y lo fácil que es hacerla reír. Vamos, que por cada broma que alguno de nosotros hacía, podíamos tenerla riendo por largos minutos. 

No habla mucho sobre sí misma. Nada, de hecho, y por ahora nadie se atreve a preguntar tampoco. 

La semana pasa lento y muy simple: No hay muchas cosas importantes, más que un par de tareas y cosas que leer. 

Y al fin es Viernes. Y todos iremos a la fiesta de bienvenida. 

Mamá corre a tapizar mi rostro con besos en cuanto cierro la puerta de la casa detrás de mí. Sus manos están mojadas por quien sabe qué y lleva un cuchillo carnicero en una de ellas. —¿Estás cocinando? —Pregunto, una vez que vuelve a la cocina, sin dejar de decir lo lenta que se ha pasado la semana para ella. Yo no puedo hacer más que coincidir con ella en mi mente.

El televisor está encendido, pero ella no parece estar poniendo mucha atención. 

—Estoy preparando algo delicioso que mi querida amiga Maggie me ha enseñado hace unos días. No sé si tenga un nombre, pero lleva muchas verduras y cosas muy sanas. Más vale que te guste, Señor Horan. —Me amenaza, aunque ambos sabemos que su actitud alegre jamás le permitirá sonar realmente muy ruda o lo que sea. No lo necesita, de todos modos, pues siempre trato de darle en el gusto en todo lo que puedo. —Bien, cuéntame, cielo. ¿Cómo estuvo tu primera semana de instituto? 

Como siempre —pienso. Pero sé que esa no es la clase de respuesta que espera mamá. 

Me siento sobre un sillón de la sala y observo las imágenes que pasan por la pantalla de la tv. —Estuvo bien. Hay una chica nueva en la sección. ¿Recuerdas a Toffee, no?

—Por supuesto que la recuerdo. Es demasiado agradable como para olvidarla. —Dice, inclinándose sobre el mesón de la cocina hacia la sala. 

—Pues ésta chica nueva es su hermanastra. Y es extremadamente tímida. 

Me concentro en el aparato frente a mí, olvidando al instante de lo que estábamos hablando. Están pasando las noticias del día, y hablan sobre un niño de nueve años que necesita, con suma urgencia, un transplante de hígado. Hablan sobre un complicado cáncer que lo ha llevado a las últimas instancias, donde sólo un donante podría salvarlo. 

—El caso de ese chiquillo es una pena —Comenta, y toma asiento a mi lado. —Lleva mucho tiempo así.

Mi teléfono vibra dentro de mi bolsillo y recuerdo que debería estar preparándome para la fiesta de bienvenida. 

Reviso la pantalla y tengo un nuevo mensaje entrante: «Paso por ti en media hora», dice Louis. 

Debería darme prisa. 

Keyra en las nubes (fanfic n.h)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora