Capítulo 43: Mariposas en la inmortalidad

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Malos, buenos, sinceros, mentirosos... noche, día la pasamos comparando y descifrando, lo que deberíamos hacer. El contrario, el opuesto, siempre está ahí.

Decisiones que quizás se toman por culpa de acciones pasadas. A veces están bien y otras mal. Si aciertas puedes ganar o perder. Depende como se lo mire.

Tantas opciones, tantas mariposas revoloteando en el lugar. Sin decidir cambiar, Verónica vuela sobre el desierto y visualiza a su hermana caminando en este.

Nerida no se iba a quedar con las manos vacías, parece que estaba formulando un nuevo plan y se dirigía a la piedra prohibida, que al parecer solo ella sabía cómo encontrar.

― ¡No me molestes, Berenice! ― exclamo molesta al percatarse de su presencia.

"Es hora de hacer mi buena acción del día o mejor dicho, de la noche" se escuchó en el viento, alrededor de toda esa oscuridad y la rodeo a gran velocidad, aprovechando su extraña esencia y llevándola a aquella tumba, con la cual la había encerrado antes "Cuando aprendas a pensar diferente, te liberare"

― ¡Nunca! ― grito Nerida y es lo último que se escuchó de ella al cerrarse la bóveda, mientras las mariposas siguieron revoloteando en la inmortalidad.

~~~

Aquellas alas rojas continúan mostrando las decisiones y observan con deseo las correctas, guiando el camino siendo una simple mariposa, que ahora oculta vuelve hasta Bast, mirando la escena con su mágica esencia.

Marilyn corre y llega hasta su amor.

― Al fin... ― respira agitada ― te encontré...

Él se gira con sorpresa al oír su voz.

― No pensé...

― ¡Espera! ― lo interrumpe ― antes que digas nada, quiero decirte... ― sus mejillas se tornan rojas ― lo mucho que quería verte.

Sonríe.

― Yo también... ― levanta la vista y mira el árbol donde está aquella mariposa ― parece que... un alma está en paz ― vuelve a observar a Marilyn y le ofrece su mano ― no la perturbemos...

Ella la acepta y ambos desaparecen en la oscuridad. El pequeño bichito volador de alas rojas, retoma vuelo pacíficamente mientras otro planea en diferente dirección, cruzándose con este y pasando su calmada esencia entre las inmortales sensaciones de todo a su alrededor.

~~~

Milán se encuentra reformando la guarida de los oscuros, las mariposas pasan por allí. Todos los clanes están en paz. No hay más que decir que no hay necesidad de preocupaciones, la mayoría se ayudan entre sí.

― Milán ― Scott se acerca a su jefe y amigo.

― ¿Qué ocurre?

― Mira al cielo... ― señala el horizonte y la luz del sol comienza a aparecer en ese lado.

Él sonríe.

― El primer amanecer del nuevo mundo.

Extrañamente en el lugar de los Sangre Roja no hay luz, mariposas vuelan por sobre el clan, impidiéndolo. Ellos no tenían la culpa del plan de Nerida, no había razón para el rencor.

Había paz.

~~~

Había una mariposa en particular, la cual representaba al amor, aquella buena sensación que sentía por él, se detuvo al encontrarlo y lo siguió por siempre.

Su corazón se quedó con Jackson.

Ahora los cazadores eran guardias, no solo protectores de los humanos, sino también de los vampiros. Los pocos que quedaban regían la ley, sabían más que cualquiera.

La luz no se acercaba en el clan, pero la pequeña mariposa brillaba alrededor de él mientras patrullaba.

Corrió el mechón de cabello que siempre se caía y luego levanto su dedo dejando que la mariposa se posara en este.

― ¿Qué extraño ser eres? ― pregunto sin esperar una respuesta y continúo su camino dejando que el pequeño bichito lo siguiera con su magia.

En la eternidad...

Por su parte, su amiga también tenía mariposas revoloteando. No muy lejos de allí, en un lugar oscuro, se encontraban Natalie y Noir.

― Que insoportable que es Berenice haciéndose la buena ― se quejó Biulit observando a los pequeños insectos de alas rojas.

― Deberías aprender de ella ― se rió Noir sentado sobre una piedra a pocos centímetros de la salida de la cueva.

Bufa y camina en círculos.

― No... este mundo es tan aburrido...

― Creo que necesitas un recordatorio de quién es Natalie... ― exclama cansado de la absurda situación y por la cual la había traído allí para que no causara disturbios.

― ¿Te ayudo? ― se oyó en la entrada y ambos se giraron a ver. Entonces a gran velocidad Biulit se acercó hacia él y lo abrazo amistosamente ― me asfixias ― dice Jackson sintiéndose ahogado por el apretón.

Ella juega con su cabello contenta cuando lo suelta y Noir tanto molesto como celoso expresa en tono arisco.

― ¿Qué haces aquí, Romeo?

― No hace falta que me llames así, ahora somos todos amigos ― exclama sin expresión en su rostro y corre el mechón de su cabello que se mueve.

― Uh ― hace puchero Biulit ― ya no está interesado en mí...

― La actual tú no me interesa ― continua inexpresivo y levanta una nota ― pero por la antigua Natalie, yo creo que deberías tener esto ― se lo entrega ― lo encontré hace poco investigando, en lo que queda de la guarida de los cazadores ― se gira ― si me disculpan, tengo que seguir patrullando ― retirándose de allí, la mariposa que tiene el corazón de Berenice lo continua siguiendo, en aquella inmortalidad que sigue presente.

"Ciertamente no entiendo a la luna, no comprendo esa maldición de la que tanto hablan los vampiros, pero algo es seguro, es como un padre castigando a sus hijos o un hermano reprendiéndolos por sus acciones. Me han dicho que Biulit es un monstruo despiadado, pero yo solo creo que es una chica incomprendida. La he visto actuar de manera ruin, pero cuando Bast me la entrego como un pequeño bebé, entendí que alguien realmente debía enseñarle que significan los valores desde el principio. Por eso esa nueva oportunidad. Su hermano lo sabía, su padre biológico no los había criado de la manera correcta y la vanidad de Biulit creció. Confió en mí para que calmara a aquella fiera que quería salir. Sé que tarde o temprano deberé enfrentarla, pero amo a mi hija y estoy orgulloso de ella, ira contra el demonio que la corrompe, luchara con él y se liberara de aquella maldición que ella misma ha creado..."

Una lagrima logra escaparse al Natalie terminar de leer el fragmento y Noir preocupado, baja de la roca acercándose para ponerse a su lado.

― ¿Qué es?

― Una hoja perdida del diario de papá ― suspira.

― ¿Y qué dice?

Sonríe.

― Que soy Natalie...

Fin.

Fin

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La sangre que corre por mis venas (sin editar)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora