Capítulo 23: Apocalipsis vampírico

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El ritual para que sea de noche para siempre, comienza. Nerida corta sus muñecas y hace un dibujo en el centro del salón con su sangre. Una vez terminada la imagen en el suelo, esta empieza a evaporarse yendo directo hacia el eclipse que está actuando sobre la luna. Ella levanta sus manos y siente la energía, la controla. El piso comienza a temblar. El eclipse pronto estará en su máxima potencia para cualquier vampiro, pero luego de esta noche solo servirá para oscurecer el planeta. Al la sangre terminar de llegar a su punto clave y Nerida acabar su poder, ella queda sin fuerzas, está seca, vacía, ni una gota le queda, el desmayo es inminente.

La Ancestral se desmaya y Ludikar la ataja entre sus brazos para que no se golpee contra el suelo. Todos quedan sorprendidos, menos él que sabía que es lo que ocurriría al tener una conversación con ella antes.

― ¿Se desmayó? ― exclama uno.

― Esta indefensa ― dice otro.

Un tercero sonríe.

― Podemos aprovecharnos de su poder de Ancestral ahora.

Varios empiezan a especular la forma de traicionar a Nerida para obtener algo de su sangre. La sangre de los Ancestrales es muy codiciada por otros vampiros porque trae ventajas inimaginables para los que no son como ellos.

― ¡Silencio! ― exclama Ludikar enojado ― ¿Planean arruinar todo lo que hemos logrado por una estupidez como esa? ¡La necesitamos! Y no somos cobardes como para andar a atacando a un ser que no puede defenderse ¡¡Idiotas!! Tenemos prioridades, una de ellas es protegerla para que al despertar nos ayude ¡¿Entendieron?! ― pregunta gritando.

― ¡Sí! ― responden todos.

― Bien ― carga a Nerida hasta un ataúd. Un vampiro lo abre y Ludikar la apoya allí ― esperaremos a que regrese ― se da vuelta ― escuchen... esta guerra acaba de comenzar, no podemos dar pasos en falso ― aumenta la voz ― ¡Hay que estar atentos! Ahora tenemos la noche de nuestro lado... ¡Pero también! Problemas... ― camina hasta el centro del salón ― se rumorea que Biulit ha regresado y saben perfectamente que significa eso ¿Verdad? ― entrecierra los ojos.

Todos se asustan sorprendidos, por supuesto que lo saben. Aunque no saben que en realidad no es la antigua Biulit, sin embargo eso traerá nuevas preguntas sobre lo que pasara y nuevas acciones por su parte.

Ludikar suspira.

― La alianza es inminente ¡Nos uniremos a los Arácnidos!

Los Sangre Roja escuchan atentamente a su jefe y aceptan todo lo que dice, confían plenamente en él.

― Ahora... ¡Que comience el ataque! ― ordena y todos los vampiros salen del clan.

Ahora que los Sangre Roja no tienen limitaciones del sol, se han vuelto más peligrosos. Esta especie de vampiros es la que tiene más cantidad de ellos. De todos los clanes, este es el más poblado y también era el más oculto, ahora pueden llenar las calles sin ningún problema. Eso solo significa una cosa, el fin de la vida como la conocemos. Muchos humanos estarán a su merced y muchos morirán ¿Acaso los cazadores pueden liderar con esto?

Cerca del clan Arácnido, pasos se escuchan caminar, una ventana se abre en el gran edificio y un hombre entra a una habitación. Es Bast, se sienta en el borde de esta y observa a cada lado.

― Reo... ¿Dónde está? ― refiriéndose que lo llamo allí, se acerca a una cortina que es adorno de la cama que tiene en frente, la corre ― ¿Marilyn?... ― pronuncia sorprendido al verla, no sabía que estaba allí.

La observa detenidamente. Lo que hace desaparecer su expresión de confusión por una de preocupación. Se encuentra en un profundo sueño y su ropa esta rasgada, lo que obvio hace pensar lo peor. El Ancestral deja de estar del lado de la ventana y se acerca a ella, toca su mejilla.

La sangre que corre por mis venas (sin editar)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora