Capítulo 39: Pacto con el destino

330 56 5
                                    

Maratón 4/7

Una guerra planeada por miles de años, hace tanto tiempo que no se podrían contar los días aún con millones de personas contando. Una simple mujer humana de un pequeño pueblo en la antigüedad del desierto, caminando perdida en la arena, a la luz de la noche y la luna que la iluminaba.

― Nerida... ― la llamaron detrás y se sobresaltó.

Se giró asustada.

― ¿Quién eres?

Sus ojos brillaron en la oscuridad, un rojo intenso que daba pavor. Levanto su mano y señalo el lugar prohibido, que ella hasta ese momento no había visto.

― Ahí está lo que buscas...

― ¿Lo que busco?

― Lleva a tus amigos ― señalo el camino hacia su pueblo y un viento comenzó a crecer, el vampiro desapareció.

El largo cabello de ella revoloteo y mientras observaba el camino, sonrió con malicia.

― Lo que busco...

¿Pero qué es lo que realmente buscaba?

~~~

Llegando al presente, Nerida iba a revelar su verdad, volvió a sonreír con maldad, delante de lo que para ella llamaba "amigos" y se dispuso a confesar.

― La maldición...

Todos abrieron sus ojos en grande por esa respuesta tan abstracta, que de algún modo igual, ellos solos podían entender. Tal como cuando Bast dijo que la sangre que corría por sus venas estaba maldita y Reo se detuvo de atacarlo hace tan poco tiempo, comparando con al que se refería Nerida.

― Antes de ser una vampiresa ― continuo la Ancestral ― yo ya estaba maldita, mi vampiro interior nos condujo a nuestra perdición, la luna no lo pudo evitar ― levanto los brazos ― no hay razón para tanto sufrimiento ¡Yo solo seguí mi instinto! ― camina sensualmente hasta Bast ― por eso somos tan contrarios mi querido juguete, nunca te amé ― se rió.

― Ya me parecía ― Reo lanzo una carcajada.

― Ciertamente mis sentimientos por ti desaparecieron hace mucho ― aclara Rukhu y la sonrisa de Nerida se borra.

― Uh, golpe bajo... ― el otro sigue riendo.

Mientras esa conversación, tan importante como absurda se formulaba y teniendo de espectadores, tanto a Noir como al Oscuro Milán e incluso en el suelo yacían inconscientes Jackson y Marilyn, alguien faltaba en particular en esa reunión Ancestral.

El único que no se encontraba en aquella sala.

Aquel vampiro que tenía la espada que deseaban todos.

Obviamente, Thaiel.

Fuera del clan, levanto su espada. Se encontraba en la parte trasera del edificio, dónde había mucho pasto y más adelante había tumbas. La noche eterna continuaba, la sangre en el filo cayo y allí, clavo el suelo con intensidad. Miro al cielo, a aquella luna que lo llamaba y entonces, decidió cumplir con lo que había sido pactado por su destino de tristeza.

La muerte y la venganza.

Todo se acabaría, ya no había vuelta atrás.

Cerró los ojos y la nombro.

― Sasha...

La sangre que corre por mis venas (sin editar)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora