Capítulo 7: Tengamos una cita

634 84 20
                                    

Noir baja por las escaleras con cautela, esta persona era desconocida para él, al pasar el último escalón, la observa con determinación y enseguida se da cuenta, otro vampiro pero... ¿De qué especie? Podía ser un enemigo, no necesitaba saber que esa mujer debía irse pronto, un desconocido no era bueno para que su misión quede intacta, debía proteger a Natalie a toda costa y la desconfianza era lo que más lo caracterizaba.

― ¿Quién eres? ― le pregunto sin rodeos.

― Soy Marilyn, sirviente de Bast, como tú ― ella lo señala.

― Bast no tiene más sirvientes ― entrecierra los ojos intentando hacer cálculos.

― Lo mismo pensaba yo, pero como lo estoy buscando, la única información que encontré me llevo hasta ti ― le explica ― ¿Puedes decirme dónde está?

― ¿Desde cuando eres su sirviente? ― ignora la pregunta de ella con la suya propia.

― Soy vampiro desde hace 18 años ― le sonríe.

― No hablo con él hace más de 23 años.

― ¡¿23 años?! ― Natalie entra en la conversación ― ahora me molesta más, cuando me dijiste que no lo veías hace años, creí que hablabas de menos.

― Así es... 23 años ― le confirma Noir doblando su cabeza para mirarla.

― Pero tienes 150 ¿No? ― Marilyn le agarra del brazo ― háblame de Bast.

Él se suelta y agarra el brazo de Natalie.

― Lo siento, ahora tenemos una cita.

Salen rápidamente de allí dejando a Galen y Marilyn sin más información, por supuesto algo confundidos, al igual que Natalie que queda desconcertada. Luego de un rato de irse lejos y caminar mucho, ella se suelta.

― ¡¿Qué haces?! ¿Cita? ¡¿De qué hablabas ahí?! ― le grita sonrojada.

― Solo lo dije para quitármela de encima pero... si queres una cita conmigo, no me quejo ― le sonríe.

― ¡¿Quién quiere una cita contigo?! ― sigue gritando.

― Supongo que no te queda otra más que soportarla, porque esperaremos a que esa chica se vaya ― agarra su mano.

― ¡Suéltame! ¿Por qué estas huyendo?

― Simplemente no confió en nadie ― la arrastra a caminar.

― Entonces... ¿Tampoco confías en tu querido amo? ― le pregunta y sigue nerviosa por el rose de su mano al no poder soltarse.

― Confió en Bast más que en nadie ― se detiene.

― ¿No lo odias por hacerte un vampiro? ― intenta zafarse ― sé que odias a la humanidad pero ser un sirviente no debe ser bonito, es como si fueras un esclavo.

"Esclavo"

Resuena la palabra en el oído de Noir, tanto que le molesta mucho y la mira fijamente muy enojado, tanto, que demostraba que no le caía bien lo que dijo por ningún significado de la palabra.

― ¿Noir? ― ella queda shockeada por ver su rostro así.

― No vuelvas a repetirlo ― la suelta.

― ¿Qué sucede? ¿Por qué? ― esta confundida no había explicación para su enojo.

― No importa ― la ignora y comienza a caminar para adelante.

― Dijiste 150 años ¿No? ― ella no lo sigue y solo levanta la voz.

Noir se detiene dándose la vuelta.

― ¿Y? ― levanta una ceja.

― No dan las cuentas, la esclavitud término mucho antes.

Él camina velozmente y se pone en frente de ella.

― ¿Qué te hace pensar que había gente que todavía no tenía esclavos?

― Entonces... ¿Es cierto? ― queda pensativa ― ¿Fuiste un esclavo? Si eso es cierto... no conoces la libertad.

Noir sonríe.

― ¡Ja! ¿Comparas a ese maldito humano con Bast? No me hagas reír, Bast es mucho más persona que él, es un ser amable, ni te imaginas lo bueno que puede llegar a ser.

― Creo que te usa ¡¿No te das cuenta?! ― frunce el ceño.

― Aunque todo el mundo se pusiera en su contra, yo seguiría creyendo en él, es mi amigo y mi amo, no tengo porque desconfiar de Bast.

― Esta conversación se ha puesto tensa, mejor dejémosla ― Natalie gira su mirada para no ver lo enojado que esta.

Él suspira de alivio y sonríe.

― Que bueno.

Ella lo vuelve a mirar y se sonroja, parece que él también sintió que necesitaban parar, al dejar de discutir ellos se sentían mejor, continuaron como si no hubiera pasado nada, continuando con la "supuesta" cita.

Caminaron, charlaron, rieron, observaron los lugares a los que iban, nadie los molesto, ese día estaban tranquilos, era como si todo lo que estaba pasando no sucediera.

― Todavía no me dijiste de donde me conocías ― Noir le pregunta mientras están sentados en un banco de una plaza.

Ella lo mira y luego gira su cabeza.

― No lo sé ― se sonroja ― es como si te conociera de antes, como si lo hubiera olvidado.

― Quizás... si te han borrado la memoria ― él sonríe y se estira poniendo un brazo en el respaldo de la banca detrás de ella.

― Si fuera así... ¿No deberían habértela borrado a ti también? ― lo mira.

― No sé ― corre la vista ― no importa, ya lo recordare ― sonríe.

― Ahora vuelvo ― Natalie se levanta.

― ¿A dónde vas?

― Volveré, necesito cerciorarme de algo ― señala los árboles.

― ¿Hay alguien ahí? ― mira hacia allí.

― Me pareció, espérame aquí ― corre hacia adentro de la arboleda.

― Extraño... muy extraño ¿Cómo es que no me di cuenta primero?

Noir queda en la duda mientras la ve irse, sus dudas sobre que especie de vampiro en el que se convertiría Natalie todavía estaba latente.

Ella camina más y más, entonces lo encuentra.

― Jackson ― dice casi susurrando.

― Hola Natalie ― él sonríe apoyado levemente en un árbol cruzando los brazos.

Es la hora de que los cazadores tengan una charla.


La sangre que corre por mis venas (sin editar)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora