Capítulo 16: Caprichos de una Ancestral

552 78 44
                                    

A cambio de calmar la guerra que se está creando, Bast ofrece un intercambio, pero cuando Reo elije lo que desea, la cara del vampiro ancestral cambia a una rotunda mirada amenazante.

― Quiero a Biulit ― repite Reo aun con su sonrisa ― aunque de todas formas, siempre ha sido mía ¿No?

Bast suspira para sacarse el enojo que lleva dentro.

― Escúchame, nos conocemos de hace mucho, incluso hemos sido amigos, pero por favor, no metas a Biulit en una de tus tantas ambiciones.

― Denegado ― dice cortante y serio ― Biulit es y será siempre una de mis ambiciones y aunque no lo quieras admitir, desde el Antiguo Egipto que me pertenece.

Bast frunce el ceño.

― Agotas mis paciencia.

Reo se ríe.

― Eres un Ancestral pero también el vampiro más amable que conozco ― luego vuelve su cara seria ― siempre me ha molestado ese intento tuyo de ser samaritano, humanos o vampiros, no importa que especie, tú siempre así, me molesta mucho, deja de ayudar a los demás, eres patético.

Bast sonríe.

― La verdad es que tus planteos no me hacen enojar, solo me odias porque varias comunidades me han elegido a mí ― borra su sonrisa ― Reo... si quieres ser querido, deja de hacer cosas que lastimen a los demás.

Reo hace una carcajada muy fuerte.

― ¿Yo? ¿Querido? Ni en broma, prefiero tener a todos a mi merced ― hace una sonrisa retorcida ― sobre todo a la caprichosa de Biulit.

Bast se acerca velozmente y le da una piña que lo hace volar hasta la pared, esta queda destruida en pedazos, un agujero se ha formado en la punta de la habitación, Reo intenta levantarse pero Bast lo pisa con su zapato inmovilizándolo.

― No me obligues, Reo ― pronuncia y convierte su mano en garra.

Este sonríe.

― A mí tampoco ― agarra su pierna y lo revolea hasta el otro lado del lugar.

Bast se levanta enseguida y mira a los presentes.

― Váyanse, esto se va a poner feo.

Todos huyen, Reo se ríe, luego se enoja.

― Odio tu amabilidad ― lo agarra de la ropa en un movimiento veloz, pero Bast lo corre para un costado, para no chocarse con la pared.

Ambos siguen peleando.

Egipto - 3153 a. C

Caminando por los pasillos del palacio, saliendo para ver una noche clara y estrellada, unas sandalias color oro, se movían en la hermosa oscuridad, el viento se escuchaba, la arena se veía, su piel era aterciopelada, clara y bella, sus ropas llenas de oro, blancas, preciosas, telas de las más finas, un cabello largo y negro, enganchado hacia arriba con un accesorio de color dorado, que le recogía todos sus mechones, solo dos partes de este estaban sobre su cara, no usaba flequillo pero esos cabellos de un costado y de otro que se acercaban a sus ojos, resaltaban su hermoso color rojo, un rojo fuego, una hermosísima vampira ancestral, era Biulit o mejor dicho, su rostro lo demostraba, sin contar sus ojos rojos, era Natalie.

Una sonrisa maliciosa salió de su rostro.

― Hola Berenice ― la miro con una cara llena de superioridad.

Verónica se dio vuelta, estaba mirando las estrellas pacíficamente, pero al verla frunció el ceño.

― ¿Qué quieres Biulit?

― Molestarte, es que me aburro mucho, mi hermano no me deja molestar a los humanos, dice que los asusto ― mientras lo dice se toca el pelo que en esa época era más lacio todavía.

― Ya se están peleando ― aparece Reo por detrás.

Ella lo mira de reojo.

― Eres molesto ― frunce el ceño y lo ignora volviendo a mirar a Verónica, Reo la abraza ― ¡Suéltame! ― se enoja.

― No puedo, me encantas ― huele su cabello ― ¿Por qué no le prestas atención a tu prometido? ― refiriéndose a él.

― ¡Porque no me interesa! ― lo golpea con el codo y Reo hace un gesto de dolor soltándola agarrándose el estómago ― solo acepte aquello porque la comunidad es molesta y no quería que me insistan más ― lo apunta ― ¡Tú! Ser inferior, no te creas tanto.

― ¿Inferior? ― levanta una ceja ― soy tan fuerte como tú.

― Ja, aparte de mi hermano, para mi todos son inferiores ¡Yo mando! ― se apunta a si misma con el pulgar.

― Ja, ja, ja ― Reo saca una carcajada ― como me encanta ese aire de superioridad que tienes ― sigue riendo.

Verónica suspira y se da vuelta para ignorarlos, vuelve a mirar al cielo.

Actualidad - fuera de la guarida de los cazadores

Noir mira, aun Natalie no sale de buscar la información, observa detenidamente y de pronto se da cuenta.

― Maldición ― se queja y esquiva un disparo.

Un cazador sale escondido detrás de una pared y otro aparece del otro lado a sus espaldas.

― Vampiro ¡Muere! ― le dispara otra vez.

Noir lo esquiva fácilmente, le quita el arma a uno y lo mira a los ojos.

― Vete ahora ― lo hipnotiza y este se va. El hipnotismo de un Luz Divina dura un rato, debe mirarlo directamente a los ojos y solo funciona contra humanos. Se gira y salta detrás del otro tipo, agarra su rostro y le dice ― Tú también ― pero más cazadores aparecen y tiene que retroceder.

Se escuchan más disparos.

Natalie que está dentro, oye el ruido, guarda el papel rápido y sale enseguida de allí. Noir la divisa, agarra su mano y escapan de allí.

Al alejarse Noir se enoja y la reta.

― ¡¿Se puede saber que estás haciendo?!

― ¡¿Y quién te dijo que me sigas?! ― ella se defiende.

Él suspira.

― ¡Uf! No importa, por suerte ya nos fuimos.

Mientras tanto, Bast y Reo siguen peleando.

Parece que Bast tenía la ventaja pero de pronto se detiene. Reo sonríe y aunque ve una oportunidad no se mueve, sabe lo que va a pasar, Bast comienza a cambiar, cae al suelo, su pelo crece y la ropa le queda grande, se convierte en Verónica.

― Berenice, te extrañe ― exclama Reo ― ¡Ah! No, cierto, Verónica ahora... ¿Puedes decirme porque le dejas a Bast elegir la ropa? Tu perfecta silueta de mujer no puede notarse con esa vestimenta de hombre, aunque sería gracioso ver a Bast así ― se ríe y le alza la mano para ayudarla.

Ella sonríe y acepta su gesto para levantarse.

― No puedo evitarlo, Bast con esta ropa me encanta.

La sangre que corre por mis venas (sin editar)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora