Introducción: Muerte en el callejón

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Habían matado a su padre, habían destruido su orgullo, estaba destrozada y aun así el vampiro que la mordió la había convertido en una de ellos.

Natalie pertenecía a una comunidad cazavampiros y era una gran guerrera, su padre le enseñó todo lo que sabía sobre ese mundo oscuro, pero nadie le enseñó a ser esa horrible criatura, cuando despertó, vio sangre por todas partes, tenía lagunas en su mente, no podía recordar casi nada de lo que sucedió, sólo unos gritos de dolor de la persona la cual parece que había atacado.

De pronto se escuchan unos pasos acercándose en el lugar que era poco visible para ella, ya que se sentía un poco mareada y no podía mantenerse en pie. Al intentar mirar un poco más, vio que estaba en un callejón y sus manos tenían sangre, sus ojos marrones observaron toda la escena y quedó petrificada, de verdad había matado a alguien que no era un ser sobrenatural, intento pararse pero no pudo, insistió pero se caía, los pasos se escuchaban más fuerte, sus sentidos estaban agudizados y era molesto, cuando miro hacia arriba, allí estaba un vampiro, uno del grupo el cual mató a su padre.

― Parece que te gusto la cena ― decía él.

En eso ella se desmaya y el la levanta. Noir se llamaba, era el más joven del grupo, con sólo 150 años ya podía mantenerse oculto de la humanidad él sólo. Todos los vampiros jóvenes tardan 200 años en aprender pero él era mejor que aquellos novatos.

Un vampiro con un buen porte, cabello negro y una seguridad increíble, sin embargo él no era el que la había convertido, el culpable era el mayor del clan, estaban preparando algo contra los cazadores pero Noir no tenía idea de que era, sólo seguía órdenes.

Al despertar Natalie se encontraba sola, decidió esconderse para escapar pero Noir apareció de la nada y la detuvo.

― Olvídalo, no podrás ― él le dijo.

― Si no lo intento nunca lo sabré ― ella le respondió sonriendo
Intento golpearlo pero él paro su puño.

― Detente, te lastimaras ― volvió a advertirle con su cara sería.

Ella se lo pensó.

― Bien ¿pero qué hacemos detrás de este callejón?

Natalie sabía perfectamente que no se habían ido del lugar de la escena de su propio crimen, estaban en una habitación contigua a tan sólo pocos metros de allí.

― La muerte está cerca ― él le responde ― lo presiento.

El olor de la sangre se extendió por todo el lugar, una masacre estaba ocurriendo cerca. Natalie estaba entre la espada y la pared, no podía salir ni tampoco ayudar, no podía hacer nada y su frustración aumentaba, en eso Noir recuerda un sentimiento cálido que hace mucho no sentía, se acerca hacia ella y le pregunta.

― ¿Yo te conozco?

Natalie lo observa con determinación y también se da cuenta.

― sí, nos conocemos

La sangre que corre por mis venas (sin editar)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora