11. Sobre la soledad de la estación, y otras tantas cosas desagradables. (Pt.10)

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La abuela dice que voy a acostumbrarme, que el trabajo en el café podrá ser pesado, pero eso es sólo en las tardes, y ocasionalmente los sábados. Mamá dice que podría aplicar a la Universidad de Emberbury, ya que -ahora lo sabe-no fui aceptada en la de Ashbury.

La Bibliotecaria quiere que regrese.

Su llamada me sorprendió el martes pasado, después de hablar con papá sobre cómo el psiquiatra había sugerido que mamá pasara más tiempo con Rose, y de cómo mamá quería que me quedara con ella, y sobre como iríamos a Ashbury a tiempo para el Festival del Destino, y de cómo todo va de maravilla por aquí.

-¿Hola? - Contesté dubitativa, pues el identificador de llamadas sólo decía "número privado".

-¿A?

-Uhm, ¿sí?

-Es R.

¿Cómo pude no reconocer su voz?

-¡Señora Dubh! - Maldita sea. Primer error.

-Creí que ya habíamos acordado que no me llamarías así, querida. ¿Cómo te encuentras?

-Uh, de maravilla, R. - Suspiré, haciendo un gran esfuerzo por sonar convincente.

-Te echamos de menos en Ashbury. ¿Cuándo podremos esperarte de regreso?

-Me encantaría poder contestar con algo seguro, pero por el momento no hay nada...

-Entiendo que tu madre tuvo una... recaída. No quiero presionarte, pero me gustaría verte a la brevedad. Hay algo sumamente importante que necesito decirte, y me temo que no puede ser por teléfono, Abril.

-¿Pasa algo malo? -¿Cómo pudo saberlo? Imagino que Tomás tuvo que haberle dicho algo cuando estuvo aquí para conseguir un par de días de licencia para estar con mamá. Es la única explicación.

-No, por supuesto que no, pero es necesario que regreses. De preferencia, este mismo fin de semana.

-No sé si podría organizar el viaje con tan poco tiempo de...

-No tienes que preocuparte por eso, A. Los gastos correrán por cuenta de la Biblioteca. ¿Prefieres ventana o pasillo para tu vuelo de regreso?

-Odio volar, pero ese no es el caso. Lo siento, pero no sé si podré hacerlo. Tengo que hablar con mi madre, y...

-Tu futuro puede depender de eso, A. Sigue siendo tu decisión, pero te pido de corazón que lo consideres.

-Lo haré.

-Esa es una fantástica noticia. F envía sus saludos.

-Uh... igualmente. Lo siento, R, tengo que irme ahora, pero ha sido un placer hablar contigo. - No, no lo ha sido.

-Entiendo, A. En caso de que cambies de opinión... Alguien te llamará luego para arreglar los detalles del viaje.

-Está bien. Gracias. -¿Gracias por qué? ¿Gracias por perturbarme al punto de que muy seguramente no podré dormir? Sí, seguramente.

-Que tengas una buena noche.

Así que ahora me encuentro en camino a la clínica para recoger la última orden de los calmantes de mamá antes de dirigirme a la estación del tren.

Le dije que quería ir por algunas cosas, y que Samuel me recogería en la estación en Ashbury para llevarme a casa. No puedo decirle que voy a reunirme con Regina Dubh, y mucho menos frente a la abuela. No puedo decirle que mi teléfono lleva apagado diez días, más o menos desde que Cedric se fue, por no decir que lo sumí en la inconsciencia cuando perdí de vista el Ford blanco.

Las Crónicas de Ashbury: El LibroOnde histórias criam vida. Descubra agora