—Apuesto que en estos momentos quisieras estar en el lugar de Shisui, ¿no es así?—Le preguntó con amargura, a lo que él no respondió.

Sintió un apretón en el estómago cuando Shisui y Yami fueron declarados marido y mujer.

Las siguientes horas fueron las más difíciles, todos querían sacarse fotos con la feliz pareja excepto ella y logró no hacerlo. Cada vez que algún familiar preguntaba por ella para las fotos, se escabullía entre la multitud. Yami todavía no la había visto pero ya sabría que sí había asistido.

—¿Escondiéndote?

Akemi se sobresaltó al escuchar la voz de Shun a su lado.

—Claro que no, estoy a la vista de todos—le señaló ya que ciertamente se encontraba a la vista pero un poco retirada.

—Mmm... Si tú lo dices—dijo el pelirrojo encogiéndose de hombros. Algo pareció llamar su atención detrás de ella porque se quedó mirando. Volteó y se encontró con Shisui dirigiéndose hacia ellos junto con el fotógrafo—. Será mejor que los deje, estoy seguro de que solo quiere esas fotos contigo.

Ella lo miró irse, preguntándose a qué venía ese tono.

—No puedo obligarte a tomarte fotos con Yami pero sí conmigo—le dijo su primo en cuanto llegó a su lado.

—Que bueno que lo sabes—le sonrió ligeramente.

Él le rodeó con un brazo la cintura y la acercó a él. Con rapidez el fotógrafo comenzó a hacer su trabajo. Después de unos minutos su trabajo con ellos finalizó y se dirigió a otros invitados, dejandolos solos.

—Tal parece que Shun y tú se están llevando muy bien—comentó de repente.

Ella lo miró con curiosidad.

—Lo normal, apenas nos conocemos.

La miró fijamente por unos segundos, haciéndola sentir consciente de que su brazo seguía rodeandola.

—Te ves hermosa—la elogió levantando una mano y acariciando su mejilla.

Tragó saliva, sintiéndose nerviosa. La cercanía entre ambos era demasiado y cualquiera que los viera lo mal interpretaría. Cuerpos juntos, un brazo rodeando la cintura y una mano en la mejilla. Parecían una pareja de enamorados sin lugar a dudas.

—Gracias—le dijo alejándose con suavidad. Notó que al hacer esto su primo lució un poco herido pero lo supo disimular rápidamente.

—Lo mejor será que busque a Yami, se debe estar preguntando dónde estoy.

Akemi asintió de acuerdo, ligeramente incómoda. En cuanto él comenzó a alejarse, miró hacia la multitud preguntándose si alguien los habría visto. Sin querer terminó cruzando miradas con Yami, que la veía furiosa.

Solo le sonrió de vuelta.

(...)

—Fugaku, Mikoto, muchas gracias por haber asistido y por habernos ayudado a organizar todo esto—les agradeció Shisui mientras que Yami asentía con una sonrisa.

—No lo hubiéramos podido hacer sin vuestra ayuda—agregó ésta.

Sus padres entablaron una pequeña conversación para luego entrar a la recepción y así dejar pasar a los demás invitados.

Akemi rodó los ojos mientras ella y su hermano tomaban el lugar que anteriormente habían ocupado sus padres. En cuanto Yami la vio su sonrisa se volvió tensa.

—Chicos, me alegro de verlos. Gracias por venir.

Se adelantó y se dirigió hacia su primo—: Espero seas feliz.

Deseos ProhibidosWhere stories live. Discover now