Hagamos un trato...
-Yo te despierto en la mañana y tú me despiertas en la noche.-Dijo él
-¿A si? ¿Y cómo es eso?.-Respondí
-Así.-Contestó
Acto seguido juntó su rostro a unos centímetros del mío, posando sus labios sobre mis labios. Gozamos del beso...
He visto a Ian derrumbado, totalmente diferente, lo veo serio, triste, enojado, bueno tampoco es que Ian haya sido risueño todo el tiempo pero desde la partida de Niki, él está...como distante. Y peor aún cuando Nicole le dijo que deberían darse tiempo, intenté que viera que es bueno, puesto que un año es bastante, todos lo vemos pero él parece no querer darse cuenta, sí me preguntan creo que Niki hace esto porque piensa en él. No hay otra razón.
Hoy no se ha presentado a trabajar, es viernes, y eso me asusta un poco, a pesar de las malas cosas que sucedan en la vida de Ian, nunca había faltado a trabajar. Pero es tarde, ya casi es mi hora de salida, he estado marcando a su número pero no contesta.
En cuanto terminé todo mi trabajo pendiente, conduje hasta casa, ¡ah! Que alivio recostarme en mi sofá. No tenía planes, hace mucho tiempo que no salgo de fiesta y la verdad es que con todo el trabajo que tuve hoy, es lo que menos necesito. Mi teléfono comenzó a sonar, alcancé el saco que había dejado al otro extremo del sofá y lo saqué del bolsillo.
-Peter.-contesté. Escuché un estruendoso ruido del otro lado de la línea y nadie contestaba.-¿quién habla?
-Peteeeee, amigo.-la voz borracha de Ian se encontraba del otro lado. ¡No otra vez por favor!
-¿Dónde estas?-la atmósfera de tranquilidad que planeaba de mi viernes por la noche acababa de evaporarse.
-En el....-escuché que pedía otro trago.-Bar Neón.
-No te muevas de ahí, y ¡deja de pedir más tragos!-colgué sin esperar respuesta y tomé las llaves de mi auto.
¡Ay Ian! Debo decir que él nunca era de los que se emborrachaba. Es más, desde que empezó a salir con Nicole, y pasaban cosas como estas, iba a ese bar. Quizá el amor le pegó duro, y yo sabía que sobrio no diría lo que en realidad sentía, porque Ian siempre ha sido así. ¡Un reservado!
Llegué al bar, lo busqué como loco, pero al final lo encontré sentado en la barra, con un vaso de whisky en la mano y con la mirada perdida.
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-Ian.-me miró e intentó saludarme, apenas podía ponerse de pie.
-Peter, ¿que hacessss aquí?-increíble, olvidó que me marcó.-No importa, quiero hablar con alguien, sho necesito hablar con alguien.-Una parte de mí le causaba risa ver a Ian así, recuerdo a cuantas fiestas lo habíamos invitado con anterioridad y buscar que se pusiera ebrio (sin conseguirlo) para ver como era su reacción, pero por otra me daba un poco de nostalgia mirar así a mi amigo.
-Vamos a casa, hermano. Ahí podemos platicar sin tanto ruido.-pidió un trago más e indiqué al hombre que no se lo sirviera, dejé el dinero de los tragos de Ian junto con la propina y con bastante esfuerzo salimos de ese bar.-Ian coopera, intenta mantenerte de pie mientras voy por el auto.-lo dejé recargado sobre la pared, rogando porque no se cayera, corrí hasta el auto para poder acercarlo más a la entrada.
