Capítulo 38: Especial Jonh-Hannah

9.1K 534 7
                                    

(Jonathan)

Hannah dormía en mi regazo, se veía tan delicada, un mechón de cabello le cubría su rostro de porcelana. ¡Pero Dios mío! ¿Qué carajos estoy haciendo? Es apenas unos meses más grande que mi hermana y sin embargo esta aquí a mi lado, hace apenas unas horas nos entregamos el uno al otro. En momentos me siento una porquería, la verdad es que aún no defino lo que siento por ella.

Hace apenas unos meses que comencé a tratarla un poco más y su forma de ser causó un gran impacto en mí. Miro mi reloj de pulsera y observo que son la 1:30 de la mañana. Quizá es hora de llevarla a casa. No hemos definido lo que tendremos pero considero que es mejor no ponerle nombre. Además estoy con Elizabeth, en serio ¿qué clase de persona soy? A Elizabeth la estimo pero lo nuestro no va en serio, es pésimo siquiera considerarlo pero tal vez acepté tener una relación con ella para deshacerme del nuevo sentimiento que Hanny había despertado en mí.

Decidí despejarme de esos pensamientos y de una vez despertar a Hanny. Con el mechón de cabello que la cubría le hice cosquillas en su nariz, esa sensación provocó que se revolviera bajo las sábanas y poco a poco comenzó a abrir los ojos. Esos ojos azules me miraron y una sonrisa se dibujó en su rostro. La miré por un momento y le llené de besos la cara.

-Es hora de llevarte a casa Hanny.-me levanté un poco para quedar sentado.

-¿Qué hora es?-tomó su celular que se encontraba en el mueble a lado de la cama.-Ah la 1:35. Creo que si, ya debería volver a casa.-dijo y la besé una vez más y después de alejarme de ella, comenzamos a vestirnos.

Me coloqué mi ropa y ella su vestido, aquél que le quedaba a la perfección, resaltando esas curvas que me habían vuelto loco.

Antes de irnos, necesitaba decirle algo que era bastante claro y que ella ya debía de saber.

-Hannah...-la tomé delicadamente de la mano.

-¿Si?-se acercó posando sus manos en mis hombros y la rodeé de la cintura.

-Es...indispensable que no le menciones nada a nadie.-su sonrisa se desvaneció y se puso seria. Tomó una distancia considerable y esos gestos me bastaron para dejarme en claro que esto la lastimaba.

-Lo entiendo, estas con alguien y yo soy menor de edad.-No quería que terminara así esta noche, no después de que nos la habíamos pasado muy bien y no sólo por el placer al que nos habíamos entregado si no porque era simplemente ella, y eso me era suficiente.

-Oye...-tratando de remediar mi metida de pata, la tomé de sus adorables cachetes, levanté su rostro y la besé un largo tiempo. Saboreando sus labios, aquellos que no sabía después de cuanto tiempo podría volver a besar con toda libertad.-No debes llegar tarde, vamos.-salimos tomados de la mano del hotel, el hombre del parking me trajo mi auto y emprendí camino a la casa de Hannah.

(Hannah)

-Bien, debo irme.-le dije a Jonh mientras seguíamos dentro del auto.

-Cuídate.-respondió, se acercó a mí y me dio un beso lento que disfruté con toda mi alma.-Espero verte pronto.

-¿De qué hablas? Voy todo el tiempo a tu casa.-respondí sonriendo, obviamente sabía que me lo decía de la manera en que sólo pudiéramos vernos nosotros.

-Sabes lo que quiero decir.-su sonrisa de seductor me mataba. No sólo eso. Todo. Todo de él me mataba.

Bajé del auto y entré a casa. Me quité los tacones y corrí a la ventana de la sala que daba a la calle para mirar como se iba. Pero se quedó unos cuantos minutos observando la casa, para después arrancar e irse.

Subí a la segunda planta, toqué la puerta de la habitación de mis padres y abrí ligeramente para avisar que había llegado. Mamá no preguntó quien me había traído pues sabía que siempre que salía con Niki a alguna fiesta, su hermano pasaba a dejarme.

Me dirigí a mi habitación donde comencé a desvestirme, me puse un short y una camisa larga de papá que se marchó a Italia por negocios. Era un importante hombre de negocios y todo el tiempo viajaba. Rara vez le daban vacaciones y lo teníamos en casa. ¡En fin! Hace 3 años que me había acostumbrado.

Me recosté en mi cama pensando en las caricias de Jonh, sus manos suaves y fuertes, recorriendo cada centímetro de mi cuerpo, sus besos y su mirada me hacían feliz. Pero me dolía, si también me dolía y bastante. Saber que fue mío pero realmente sin serlo. Tenía una relación y yo sólo era su distracción o al menos así me sentía. Juré no contarle a nadie pero Niki era la única que me entendía, a pesar de ser su hermana, agradecía todo el apoyo que me daba y que no me juzgara como cualquier otra chica podría hacerlo.

Niki es sensible y apoya la felicidad del otro, por eso es mi mejor amiga. Por cada momento en los que me ha apoyado. Y me siento tonta por haberme enamorado de su hermano. No era justo para mí, Jonh no me decía que éramos o si al menos me quería de otra forma. Pero el amor es injusto algunas veces. Y al pensarlo bien, somos cuatro personas las que estamos jugando con fuego. Niki, Ian, Jonh y yo. Que si alguien se enterara perjudicaríamos a determinadas personas pero es que jugar con fuego siempre nos ha iluminado un poco la sonrisa...

(Jonathan)

Estaba realmente agotado, sólo deseaba llegar a casa y dormir un poco. Al entrar me encontré a Ian sentado en el sofá con la cabeza escondida entre sus manos recargado sobre sus rodillas. Parecía agotado, incluso como si estuviera llorando. Coloqué mis llaves en el plato donde siempre las pongo, me acerqué despacio para no hacer mucho ruido pensando que quizá pudo haberse quedado dormido, toqué su hombro y levantó la cabeza, donde pude mirar que tenía los ojos rojos y vidriosos.

-¿Qué pasa hermano?-tomé asiento a su lado.

-Nada ¿por qué?-su voz apenas era audible, era como si le costara trabajo articular una sola palabra.

-Parece como si quisieras llorar, tienes los ojos rojos.

-No es nada, sólo cansancio, ya sabes, mucho estrés.-yo sabía que no era eso pero respetaba que no me quisiera contar ahora, tal vez sería en otro momento.

-Pues entonces descansa Ian.-fue todo lo que se me ocurrió decir.-En seguida bajaré unas mantas, o sabes que puedes dormir en el cuarto de Niki, ella puede dormir en mi cuarto o con mamá.-hice el intento de ir a despertar a Niki pero me detuvo antes de que pudiera levantarme del sofá.

-No bro. Déjala descansar en su cama. Yo estoy bien aquí.-asentí y subí a mi habitación por unas mantas y una almohada.

Se las dejé y subí de nuevo a mi habitación a descansar. Podría apostar lo que sea a que lo que tiene Ian son problemas de amor. Como sea, esa chica debe ser realmente especial, pues hace mucho que Ian no se enamoraba y mucho menos  se le llenaban los ojos de lágrimas por alguien...

Sabor a prohibido (#Wattys2016)Where stories live. Discover now